Iniciativa-Compromís, la rama ecofeminista de la coalición valencianista, aborda este sábado su futuro político en su asamblea en un contexto convulso. El encuentro, que se suspendió por el incendio de Campanar el pasado febrero, busca dibujar las nuevas líneas de acción del partido tras la pérdida del Gobierno autonómico y de varias alcaldías de relevancia. A ello se suma el final dell proceso judicial contra Mónica Oltra, ahora archivado, que permite recuperar a la exvicepresidenta como activo político, y el encaje en las alianzas electorales con Sumar, que les ha valido un diputado en el Congreso, su también coportavoz, Alberto Ibáñez.
La participación de la exvicepresidenta en la Asamblea no se contempla, según fuentes de la dirección, aunque el partido quiere recuperarla en un futuro próximo. El diputado Carles Esteve, uno de los parlamentarios más cercanos a la exdirigente, manifestó en una entrevista en Valencia Plaza su deseo de que retornara “a un proyecto más amplio”, aunque la formación siempre matiza que será cómo, cuándo y dónde ella quiera. La exvicepresidenta se dejó ver el pasado viernes en los Premis Llibertat d'Expressió de la Unió de Periodistes, junto a la exdiputada de Podemos Victoria Rosell y el periodista Carlos Sosa.
Pese a su posible ausencia, la ponencia política y el informe de gestión cuentan con varias alusiones al caso que la obligó a dimitir, empujada por sus socios de gobierno. “La persona más relevante políticamente de nuestra formación ha sufrido un claro caso de lawfare, junto con su equipo y uno de nuestros exportavoces. Una guerra jurídica sucia a la que quizás no hemos sabido dar la respuesta necesaria dentro de la coalición electoral de la que formamos parte”, afirma el documento.
La idea de guerra sucia entre la política y los tribunales empapa el análisis de la gestión, un balance de los últimos años y las medidas futuras, conscientes de que la estrategia no tiene visos de frenarse. Sobre el fracaso electoral, lo enmarca entre la persecución política representada en Oltra, la incapacidad de Unidas Podemos-Esquerra Unida de llegar al 5% de votos y las acciones del PSPV-PSOE: la “deriva autodestructiva del gobierno de coalición en la segunda legislatura, marcado por una tendencia presidencialista-partidista de Ximo Puig, que frenó el impulso de reformas y pequeñas revoluciones que han sido el mejor legado del (Pacto del) Botánico”.
El contexto, apuntan, es de crispación absoluta y retroceso en derechos. “El gobierno ultra de Mazón ha puesto la directa con una batería legislativa profundamente antivalenciana, negacionista y de devaluación de la calidad democrática mientras toda la acción de su Consell va encaminada a los recortes, privatizaciones masivas y destrucción de nuestro territorio”.
Hacia el futuro, la formación que dirigen Alberto Ibáñez y Aitana Mas plantea varias preguntas a la militancia: cuál debe ser el encaje en Compromís y la relación con Sumar, con Podemos, Esquerra Unida y otras fuerzas de la izquierda en el Estado español. El partido plantea unos órganos de decisión comunes en Compromís, que avanza hacia una federación de partidos; este proyecto “se tiene que definir asegurando que todas las partes implicadas encajan con comodidad”, a la vez que el contexto político “urge a cerrar el proceso en un plazo corto”.
Sobre la relación con el partido de Yolanda Díaz, se expone: “La utilidad coyuntural de la coalición electoral es innegable pero la indefinición del proyecto genera dudas razonables que habrá que resolver en los próximos meses”, siempre manteniendo la marca propia. “La estrategia de integrar diferentes partidos ya existentes ha dado un buen resultado en las últimas elecciones evitando un Gobierno de derechas”, dice el documento. La línea política, aprobada hace dos años, se considera aún vigente, aunque el partido cree que su reto está en “volver a ser referentes de las luchas sociales en un contexto de tejido ciudadano poco articulado”.