La vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, no dimitirá, pese a haber sido imputada por la gestión de su departamento en el caso de los abusos a una menor por los que fue condenado su exmarido. Oltra ha comparecido este viernes como portavoz del Ejecutivo autonómico, como viene haciendo de forma ininterrumpida desde 2015 tras cada sesión plenaria. En su comparecencia ha confirmado que no dejará el cargo. Su decisión, ha dicho, “es una postura ética, estética y política” y no personal: “Soy coherente y lo seguiré siendo”.
La dirigente de Compromís y número dos del Gobierno valenciano considera que “no existe prueba directa” es la frase que define el auto judicial por el que el Tribunal Superior de Justicia se declara competente para investigarla por la gestión de su departamento en un caso de abuso de una menor tutelada por su expareja.
La vicepresidenta hace referencia a una parte del texto judicial que sostiene que, de los testimonios de los funcionarios que han declarado, se deduce por su similitud que hay “indicios plurales” para “beneficiar la situación procesal” de su exmarido, condenado por estos abusos, o para proteger su propia carrera política.
Oltra defiende la gestión de su departamento y recuerda que los funcionarios no fueron citados a declarar en el juicio por los abusos. “La conselleria ni ha sido parte ni ha sido oída”, ha insistido la también titular de Igualdad y Políticas Inclusivas.
La vicepresidenta del Consell sostiene que la querella que origina la investigación, planteada por el dirigente de España 2000, José Luis Roberto, es “una cacería política” y ha recordado la denuncia que interpuso a la formación ultra por acoso en su domicilio familiar, leyendo mensajes amenazantes en redes sociales hacia ella. La dimisión, considera, es dar por vencida una batalla contra la extrema derecha, en línea con la tesis que ha defendido su partido y que reiteró ayer: “La extrema derecha no nos va a impedir trabajar”.
Por eso descarta dimitir en cualquier fase del procedimiento judicial. Hacerlo es, según su criterio, darse por vencida. “Ningún proceso judicial, ninguna fase del proceso judicial, cambia la realidad”, ha defendido en la rueda de prensa.
Preguntada por la presión que sufre desde que se conociera la investigación por abusos a la menor tutelada, una cuestión que se ha intensificado en las últimas semanas, ha respondido: “La presión se aguanta. Si no, una se dedica a otra cosa. Me presiona más acabar con la lista de dependencia. La presión está en hacer bien el trabajo”. En una segunda ocasión, cuestionada sobre si su situación personal condiciona su decisión, ha indicado: “Ni me lo planteo. Y si lo hago, no creo que tenga obligación de compartirlo. Esto es una cuestión política. Cuando una tiene unas convicciones, y mi trayectoria política lo avala, ha de saber aguantar las presiones”.
Oltra defiende que su caso, contrariamente a lo que apuntan desde el PP, no tiene nada que ver con el del expresidente Francisco Camps, a quién exigió dimitir por su investigación por corrupción: “La comparación con la corrupción del PP es odiosa”.
La titular de Igualdad y Políticas Inclusivas declarará el próximo 6 de julio tras el acuerdo de los magistrados del TSJ valenciano, donde, asegura, “dirá la verdad como siempre”. “He dado todas las explicaciones, toda la documentación, he respondido a todas las preguntas”, ha insistido. “Nunca me he escapado del control de las Corts Valencianes ni de sus preguntas”.
La decisión de no abandonar el cargo, incide, “es una postura ética, estética y política” y no personal. “Soy coherente y lo seguiré siendo”, se ha reafirmado, al tiempo que ha insistido en que –frente a algunos sectores que presionan a Ximo Puig para que aborde su cese– tiene el respaldo del Gobierno Valenciano.