Natàlia Enguix es Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, experta en Igualdad y cuenta con un máster en derecho y violencia de género. Feminista y de base progresista, ha sido la mano derecha de Jorge Rodríguez, expresidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Ontinyent, expulsado del PSOE por su imputación en el Caso Alquería, del que fue absuelto un día después de las elecciones municipales tras cuatro años cuestionado.
Enguix es desde hace un mes la vicepresidenta de la Diputación de Valencia, en virtud de un acuerdo de su partido, Ens Uneix, con el PP, en la única institución grande en la que la izquierda tenía mayoría en la Comunitat Valenciana. Su voto, a su propia formación, decantó la balanza hacia la derecha; con el sí de Vox, el candidato del PP Vicente Mompó obtuvo la presidencia.
La vicepresidenta, que durante la entrevista ejerce de presidenta en funciones, gestiona las áreas de memoria democrática, igualdad, cooperación municipal e internacional, las más sensibles en un contexto en el que la extrema derecha ha entrado en los Gobiernos. En el PSPV, su antiguo partido, les acusan de haberse vendido a la derecha; ellos a su expartido de haberlos maltratado mientras la causa judicial estuvo abierta.
¿Cómo están siendo estos primeros días?
Para mí esta es mi segunda casa. Empecé como secretaria de presidencia de la Diputación, después fui asesora, luego diputada y ahora vicepresidenta. Tengo una visión global de todas las áreas. Estoy bien, cómoda, muy tranquila. Conozco a los compañeros, tanto a los funcionarios como a los diputados. Ya hemos tenido la primera reunión de gobierno y encuentro buena sintonía. Tengo ganas de trabajar, de empezar a poner en marcha todas las áreas.
¿Por dónde van a empezar?
Empezaremos manteniendo reuniones con asociaciones de mujeres, memorialísticas, ayuntamientos y mancomunidades que tengan asuntos pendientes. Tengo que ponerme al día con el área de cooperación municipal, continuar el trabajo que se ha hecho y continuar atendiendo a los alcaldes y alcaldesas. Lo que quiero es tener contacto con las entidades y los alcaldes.
No se ha entendido muy bien el pacto de gobierno con el PP, si fue algo previo, algo posterior a la investidura... ¿Cómo se ha gestado todo eso?
Previo no hubo nada. Empezamos las negociaciones reuniéndonos con el PP y el PSPV con una hoja en blanco. Con la idea de ver con quién podíamos pactar, qué sintonía había, cómo venían a las negociaciones y qué nos ofrecían... Y así se fue gestando la decisión de votarnos a nosotros mismos. Ahora, intencionadamente, se está planteando si teníamos un pacto con el PP. Nosotros le propusimos al PSPV pactar: que nos votaran a nosotros, que compartiéramos la presidencia durante un tiempo; esa fue nuestra condición de pactar. Lo que no puede ser es que quieras pactar con nosotros y no te podamos pedir nada.
Pero sí que pidieron a ambos partidos una serie de inversiones mientras negociaban.
Sí, nosotros planteamos al PSPV y al PP una serie de necesidades en la comarca. Somos un partido municipalista, comarcalista; yo soy la diputada del partido judicial de La Vall d'Albaida, tengo que mirar y defender los intereses de los ciudadanos de la comarca. Hablamos con los alcaldes y planteamos una serie de inversiones. Más allá de eso, tenemos el derecho de pedir lo que consideramos que en el pacto tiene que estar. Pero como dijo Jorge Rodríguez, se fueron dando una serie de acontecimientos en las últimas semanas que nos hacían dudar de la fiabilidad y de la confianza que el PSOE nos podía dar. No es que no quisiéramos pactar con ellos; queríamos llegar a un acuerdo, y a quién primero se lo planteamos fue al PSOE. Les dijimos que necesitábamos un margen de tiempo en el que arreglaran su situación interna, algo dicho por ellos, para poder confiar.
¿Durante las negociaciones, Carlos Fernández-Bielsa -el candidato a la presidencia de la Corporación por el PSPV y secretario general provincial- dijo en algún momento que tuvieran una situación complicada?
Bueno, el congreso del PSOE [valenciano] está pendiente de realizarse. Y ellos saben perfectamente que quieren hacer un cambio en la secretaría general. Que lo consigan o no es un problema de ellos; de aquí a unos meses veremos si era la intención que tenían. Lo que no puedes hacer es usar la Diputación para tu carrera política. La Diputación es una institución que tiene que servir a los alcaldes. Creo que se están equivocando en el ambiente que están creando de conflicto. Los alcaldes no quieren una Diputación que se base en el conflicto, quieren una Diputación de consenso, como siempre ha sido, quitando de algunas épocas... Cuando Jorge Rodríguez entró a la Diputación en 2015 volvió el consenso y la armonía.
Precisamente esa es la acusación que se vuelve contra ustedes. Rebeca Torró, la portavoz del PSPV, en una entrevista con elDiario.es, dijo: “El partido de Jorge Rodríguez ha pasado de llorar a facturar”.
Bueno, ya nos conocemos desde hace muchos años. La que más ha rentabilizado la traición a Jorge Rodríguez ha sido ella. Una persona que nunca se ha presentado a unas elecciones y que nunca ha ganado nada. En las municipales el PSPV quedó como quinta fuerza política; en las autonómicas quedaron por detrás del PP y Compromís. Las pocas veces que se ha presentado ha sido para perder, a diferencia de Jorge Rodríguez, que lleva tres mayorías absolutas. La gente del PSOE se tendría que mirar que el problema no lo tienen los líderes nacionales, Pedro Sánchez ha ganado las elecciones; el problema lo tienen los líderes autonómicos y locales. Y el problema en concreto lo tiene ella, que en Ontinyent no la quieren porque saben que ha traicionado a Jorge Rodríguez, que ella era su mano derecha, a cambio de un puestecito en la Generalitat.
¿Este ambiente con el PSPV cómo se ha trasladado a la Diputación?
Nosotros queremos que las cosas se calmen. Nos vamos a centrar en la gestión, en exportar el modelo de Ontinyent. Llevamos tres mayorías absolutas, conocemos la Diputación como nuestra casa, tenemos capacidad de gestión y experiencia, vamos a llevar áreas vertebradores y muy importantes en cuanto a valores, al tipo de sociedad que queremos. Vamos a demostrar que somos los mismos. Tenemos una base progresista, sabemos de dónde venimos.
¿Cómo se define Ens Uneix ideológicamente?
Priorizamos gobernar para las personas más allá de las siglas políticas. Todas las personas, nuestras alcaldías, son personas que han venido a buscarnos por nuestra manera de hacer política. Jorge [Rodríguez] ya lo dijo: ser socialista no te lo da un carnet. En los últimos cinco años no hemos hecho más que trabajar, demostrar que lo hemos hecho bien. En Ontinyent hemos demostrado que somos un ayuntamiento saneado, llevamos años sin subir impuestos, con un superávit de 2,5 millones de euros, hemos mejorado los servicios sociales, el área de igualdad, la promoción económica... Creo que esa gestión es lo que tenemos que explicar. Independientemente de eso, tenemos una base progresista y la gente que viene con nosotros lo sabe. No nos escondemos. Tenemos a gente que ha salido del PP y está con nosotros; otros han venido y no se han quedado. Tenemos un proyecto político que abarca a quién quiera estar con nosotros.
¿Cómo encaja esa base progresista y esa defensa de los servicios públicos de la igualdad, con gobernar con el PP, en un momento en el que pacta con Vox?
Nosotros nos hemos votado a nosotros mismos. A partir de ahí los números han hecho que gobierne el PP. Ellos nos plantearon que entráramos en el gobierno. También lo dijimos desde el principio: queríamos estar, creemos que tenemos mucho que aportar. Es la segunda vez que sacamos el diputado provincial y si no lo hubiéramos sacado nosotros lo hubiera sacado el PP. Si tenemos que esperar a que lo saque el PSOE... Nosotros somos quienes le arrebatamos el diputado al PP en La Vall d'Albaida, por 17 votos; somos nosotros quienes hemos parado a la extrema derecha porque nuestro diputado ha permitido que el PP no gobierne con Vox y gobierne con nosotros. Eso el PP lo tenía claro desde el primer momento: si podían elegir, preferían estar con nosotros a estar con Vox. Por eso insistimos en que hemos parado a la ultraderecha. A partir de ahí hemos recibido confianza del PP, de Vicent Mompó, porque somos personas serias, responsables y con experiencia. Él confía en nuestra manera de hacer las cosas. Vamos a tener cuatro años para demostrar lo que podemos hacer en las áreas que pedimos gestionar
Según los números, va a faltar un voto para sacar adelante los presupuestos y otras medidas en el pleno. Todo apunta que el voto, por inclinación ideológica del PP, lo va a buscar en Vox. ¿Qué harán ante ese escenario?
Nosotros vamos a gobernar para todos. Hará falta el apoyo de otros grupos políticos: está el Vox, Compromís y el PSOE. Vamos a tender la mano a los tres por igual. En función de su responsabilidad decidirán.
¿No van a tener un socio preferente?
No. Pero si tenemos que pactar con Vox, Compromís o el PSPV, lo tendremos que hacer.
Pero tanto los programas electorales como las medidas de gobierno que anuncia Vox son radicalmente opuestas a las áreas que gestiona usted.
Ellos nos conocen y nosotros a ellos también. Hay una predisposición a hablar. Pero lo que tenemos claro ambos es que no queremos una Diputación que se base en el conflicto, que no se pueda gestionar. Queremos una Diputación que beneficie a todos los municipios. A partir de ahí, cada uno tiene su responsabilidad. No vamos a hacer lo que nos hizo el PSOE en el anterior mandato; a Ens Uneix no nos pidieron apoyo y nunca votamos en contra del equipo de gobierno. No han tendido puentes con nosotros durante cuatro años. Nunca nos han agradecido nada. Nosotros no vamos a ser así, vamos a hablar y negociar con todos; todos los grupos políticos tienen la misma importancia.
¿Y el equipo que lidera Bielsa, que también formaba parte de la Diputación en el pasado mandato, ahora es distinto? Por lo que cuenta parece que les han hecho el vacío.
Nos han hecho el vacío durante cuatro años. Nos han tratado como una marca blanca del PSOE, como uno más. No se han sentado con nosotros para pedirnos el voto. No han tenido ninguna consideración con nosotros. Si querían tender puentes, nos podrían haber dado una delegación, como hemos hecho nosotros en el Ayuntamiento de Ontinyent. Creo que no se esperaban que la situación fuera la que ha sido. Si consideraban que éramos progresistas y que podríamos ir de la mano se lo tendrían que haber trabajado más. Y aún así, al negociar, lo hicimos dejando todo eso de lado. No nos hemos dejado llevar por el rencor, hemos tenido cuatro años para gestionar lo que nos pasó.
Cuando sale Jorge Rodríguez a decir que hasta que no haya un congreso que renueve al secretario general, Ximo Puig, no se puede negociar con el PSPV... Parece que atrás no ha quedado.
Es que en las últimas semanas hubo hechos que indicaban que la negociación no la estaba llevando Bielsa. La llevaban Ximo Puig y Alfred Boix. No hemos podido formar gobierno en Adzaneta de Albaida; su candidata dijo que su presidente nunca la dejaría pactar con nosotros. En Villalonga, nuestro concejal pedía una media liberación para formar parte del equipo de gobierno; nos dijeron que sí, con un acuerdo firmado, y no se la dieron. Diana Morant [la ministra de Ciencia y número 1 del PSOE por Valencia] vino a La Vall d'Albaida y no pasó por Ontinyent...
¿La dirección autonómica del PSPV ha boicoteado la negociación de la Diputación?
Sí. Eran mensajes. No somos tontos. Pero a Bielsa le faltó trabajárselo más. Daban por hecho que íbamos a apoyarles porque veníamos del PSOE. Pero ya no lo somos y no tenemos ningún trauma. También tenemos derecho a cambiar de opinión. Parece que ellos sí tienen derecho a negociar con el PP cuando quieren, como han hecho en muchos municipios. La política municipal y en las diputaciones es muy diferente. Tendrían que hacer autocrítica; Ens Uneix no tiene la culpa del fracaso de la izquierda valenciana. Han perdido la Generalitat, muchísimos municipios... En lugar de criticarnos deberían pensar por qué han sido incapaces de mantener el Pacto del Botánico hace ochos años.
¿Pero no les parece algo extraño distanciarse del PSOE y de su dirección por la expulsión del partido, a raíz de la causa judicial, que terminó en absolución, y acercarse al partido que encarnaba la acusación popular en esa causa?
Partíamos de una posición muy complicada. A Jorge Rodríguez Ximo Puig le pidió que dejara la Diputación la misma noche que entró en el calabozo. No hemos recibido apoyo en estos cuatro años. Pues ellos se lo pierden. Si tienes un líder como Jorge, que gana elecciones una tras de otra... Yo no lo dejaría escapar.
Volviendo a Vox: ¿Está cerrada la puerta para que entren en el gobierno de la Diputación?
Fue una condición que pusimos desde el principio y Vicent Mompó la aceptó.
¿Para toda la legislatura?
Veremos lo que pasa. No me quiero adelantar, pero esa fue nuestra condición. Tenemos clarísimo que no íbamos a gobernar con Vox.
¿Si ellos entraran, ustedes saldrían?
Entendemos que eso no va a pasar. Nosotros confiamos en el presidente y en las negociaciones que hemos cerrado con él.
En algún momento se planteó la posibilidad de una moción de censura, un cambio de gobierno en la Diputación.
No estamos en ese momento. Eso se enmarca en las negociaciones. Esto es un pacto sólido que le da estabilidad al gobierno de la Diputación. Nosotros queremos gestionar y exportar el modelo de Ontinyent. Tengo muchas ganas de empezar la legislatura.
¿Cómo va a gestionar sus áreas?
Seguir la línea que empezó Jorge Rodríguez en materia de memoria democrática con la exconsellera Rosa Pérez, continuar con la línea de las exhumaciones, trabajar con el museo de Etnografía... En igualdad; que empezó con Isabel García y con nosotros en Presidencia [en 2015, con el PSOE], antes no tenía área, me gustaría reforzar la Xarxa municipal contra la violencia de género, reforzar la formación a las policías locales, ver cómo están las Casas de la Dona, ayudar con los recursos en materia de personal y memoria, reunirme con asociaciones feministas... En cooperación municipal hay muchas necesidades, especialmente en el interior. Y en cooperación internacional, quería continuar también esa línea. Estamos revisando las subvenciones de la pasada legislatura, con la entidad externa que la evalúa, para ver cómo mejorar.
¿Y cómo está Jorge Rodríguez?
Bien. Está centrado en Ontinyent. Han sido cuatro años muy duros en lo político y lo personal, pero ahora está bien.
¿Ens Uneix aspira a ser un partido que salga del ámbito comarcal?
Queremos ser una mancha de aceite, expandirnos a las comarcas próximas. En estas elecciones no queríamos ir más allá de lo que podíamos hacer, acabábamos de pasar un juicio... Hemos conseguido 6 alcaldías, que para nosotros es un éxito, pero nos quedan municipios de La Vall. Queremos extendernos por las comarcas limítrofes, pero ir despacio, con pie firme. Lo más importante ha sido Ontinyent, si no tenemos Ontinyent no tenemos nada; es nuestra patria. Es lo que nos ha hecho sobrevivir estos cuatro años. Todo lo que nos quite tiempo de Ontinyent o la Diputación... iremos poco a poco.