Paco 'Telefunken', de verdugo a héroe

El cierre de Canal 9 desde el principio es esperpéntico y digno del mejor Berlanga, y por ello necesitaba su verdugo cual Pepe Isbert. Es un hombre de Gata de Gorgos, de unos sesenta años, y que arregla televisores. Sus vecinos lo conocen como Paco Telefunken, un técnico que, acompañado de su sobrino Pepe, aparecía sobre las 2 de la madrugada y tenía que ser el encargado de estirar el cable para desenchufar la televisión pública.

Un hombre que no estaba acreditado, por lo que ha sido invitado a abandonar el centro de producciones, pero que con Policías Nacionales de guardaespaldas ha regresado. Encerrado en un pequeño cuarto la policía lo protege, porque con una casa llena de periodistas las preguntas acechan, y él sólo acierta a decir que “le han enviado” de una empresa.

Paco Telefunken, no viste traje, viste ropa de trabajo, no es culpa suya, es un trabajador, un ‘mandao’, un pobre señor que mandan a hacer un trabajillo nocturno, porque los que pagan sí que llevan corbata y no quieren mancharse las manos.

Pero al final Paco Telefunken ha estado sometido a una gran presión, a un ambiente de lágrimas y ha dado la cara, ha hablado, y ha dicho que su trabajo sólo era hacer un informe, no cerrar, y ha añadido que tampoco quería hacerlo, pero no ha acertado a decir quien concretamente le ha mandado.

El señor Paco Signes ha acabado solidarizándose y se ha marchado aplaudido, con su sobrino, con su furgoneta, a su casa. Telefunken vuelve a su pueblo, donde le bautizaron con el nombre de una mítica y ya desaparecida marca de televisores. Y convertido en todo en un personaje.