Podemos interpelará al Ejecutivo de Rajoy sobre el caso de Víctor Parada, el joven boliviano condenado a la horca en Malasia por traficar con 450 gramos de cocaína en su interior. En concreto, la formación morada le preguntará si ha establecido contacto con los gobiernos boliviano y malayo para evitar la ejecución del que fuera un vecino más de la localidad próxima a Alcoi de Benilloba.
Se trata de un nuevo movimiento que se produce tras acordar el pasado lunes el pleno de Alcoi, donde vive parte de la familia de Parada, que se inste al gobierno de España a que realice las gestiones necesarias para que Malasia, con la ayuda diplomática de Bolivia, conmute la pena capital.
Podemos, por su parte, acometerá dos acciones conjuntas tanto en el Congreso como en el Senado para recabar más información sobre el papel que está teniendo Moncloa en este asunto. Àngela Ballester, diputada en la Cámara Baja y Vicenta Jiménez, senadora en la Cámara Alta, preguntarán además al Ejecutivo sobre la posibilidad de ayudar económicamente a la familia española de Víctor o, más en general, sobre la existencia de casos similares en otros países.
Explica Jiménez, natural de Alcoi, que “Victor fue durante años vecino nuestro”, que recuerda que “su hermana es ciudadana de Alcoi”. “España le expulsó y la pobreza le arrastró a Malasia, tenemos la obligación de hacer todos los esfuerzos para evitar que acabe en la horca”, ha afirmado a través de un comunicado.
Àngela Ballester, en cambio, ha añadido que el Gobierno “se ha comprometido en el Congreso a luchar contra la pena de muerte”. “Ahora toca pasar de las palabras a los hechos y encontrar la manera de proteger la vida de Víctor y evitar que se aplique esta pena cruel y contraria a los Derechos Humanos”.
Víctor Parada vivió y trabajó como carpintero en Benilloba desde 2003 hasta su expulsión en 2009, motivada según su hermana Yoli por estar desempleado en el momento de su detención cuando todavía no había formalizado su situación legal en España. Ya en Bolivia encontró trabajo hasta que sufrió un accidente laboral que le dejó inútil la mano derecha. Las deudas económicas que debía al que resultó ser un traficante de droga le obligó a tomar la decisión, bajo amenaza de que sufriría daños su hijo menor Lucas, de hacer de mula.
“La situación en la que se encontró en Malasia en el momento de su detención incrementó su vulnerabilidad”, abunda en su escrito Podemos. “Su familia se encuentra también con enormes dificultades para sufragar los gastos de la defensa y tramitación judicial del caso, y por tanto se incrementa su indefensión”.
En la entrevista concedida por la familia de Víctor a este medio se aseveró que, de momento, Bolivia solo había acudido en una ocasión a interesarse por el estado del joven, en una prisión de Kuala Lumpur desde hace cinco años. Preguntada a la hermana si habían pedido la ayuda de España contestó que sí pero que no se la habían concedido al ser Víctor ciudadano boliviano y no español.