Alcoi se une para intentar frenar la condena a muerte de Víctor Parada en Malasia

Todos los grupos políticos con representación municipal en Alcoi se han unido este lunes para lanzar un llamamiento “a las instancias pertinentes” con un solo objetivo: que hagan lo posible por salvar la vida de Víctor Parada, condenado a la horca en Malasia por tráfico de drogas.

A los pocos minutos de dar comienzo el pleno ordinario se ha leído una declaración institucional dirigida al gobierno de España para, en primer lugar, mostrar la “preocupación” del consistorio por la situación que atraviesa Parada, cuya familia reside desde hace unos años en Alcoi. “Dejamos clara nuestra postura de repulsa frente a la pena de muerte en todo el mundo”, ha avanzado el comunicado.

A continuación, le han pedido al ejecutivo de Rajoy que “prosiga con las gestiones para instar al gobierno de Bolivia –donde nació esta familia- a que realice todas las medidas y acciones necesarias con el gobierno de Malasia para evitar la ejecución de esta pena capital”. La declaración institucional ha acabado con un “ánimo” y “fuerza” para dos de las hermanas que han acudido a escuchar la sesión plenaria.

Y es que, según han explicado a este medio una de ellas, Yoli Parada, hasta la fecha Bolivia “ha hecho poco” por su ciudadano. Solo ha ido “una vez” a visitarlo a la cárcel de Kuala Lumpur donde lleva preso cinco años. Con respecto al gobierno español, lo único que ha conseguido esta familia, que se reconoce “desesperada”, es que les digan que no pueden hacer nada al no ser español.

Expulsado de España en 2009

Parada llegó a la localidad próxima a Alcoi, Benilloba, en 2003 pero fue expulsado a Bolivia en 2009 por haberse quedado sin trabajo y por no tener la documentación en regla. Según afirma la hermana y madre, Víctor sufrió un grave accidente laboral en Bolivia que de nuevo le dejó sin empleo y con deudas económicas que tuvo que saldar haciendo de mula bajo la amenaza de que si no accedía su hijo Lucas sufriría daños. En octubre de 2013 Víctor Parada fue detenido en Malasia con 450 gramos de cocaína en su cuerpo. En enero de este año lo condenaron a morir en la horca. La familia ha recurrido la sentencia y espera que la acciones diplomáticas de Bolivia y España permitan a este carpintero de 30 años salvar su vida.