La nueva síndica de Unides Podem en las Corts, Naiara Davó, afirma que el primer reto de este grupo es poder hacer “una buena labor”, basada en acompañar y profundizar las políticas de un Consell del que ahora forman parte, y augura que tendrán que hacer frente a una oposición “dura” e incluso “fea”.
Davó reivindica en una entrevista con EFE que, frente a las críticas al pacto del Botànic II de la oposición, que lo tacha de “pacto de los sillones”, cuando los proyectos son “plurales, son más complejos de gestionar y necesitan una estructura más grande”, si bien eso hace que sean “más sólidos y más fuertes”.
Admite que se han aumentado “un poco” los altos cargos en la Administración autonómica, pero destaca que “continúan siendo menos” que en anteriores Gobiernos, y además la Comunitat sigue por debajo de la mayoría de las autonomías y lejos de los 7'7 altos cargos por cada cien mil habitantes del País Vasco, pues aquí son 2'5.
“Es un debate de fondo”, destaca la síndica, quien considera que, si se quieren instituciones “al servicio de la gente” se necesitan estructuras administrativas e institucionales “fuertes”, aunque entiende que con un pasado de “mucha corrupción y mucho enchufismo” parece que la Administración está “sobredimensionada y no sirve para nada”.
El problema “no es tanto el cuánto, sino el qué hacemos y cómo lo hacemos”, asegura Davó, quien opina que, “si de verdad las instituciones se deben a la población, no habrá problema en que sean unas instituciones fuertes”.
Tras llegar a un cargo en el que le han precedido tres hombres, la síndica afirma que “no cabía otra que no fuera una mujer” quien lo ocupara, pues son el único grupo de Les Corts formado mayoritariamente por mujeres (siete de sus ocho componentes), que además están preparadas y son capaces de hacer “la mejor tarea posible”.
“Es el momento de que las mujeres estemos en espacios políticos de máxima responsabilidad y visibilidad, y que lo podamos hacer sin tener que renunciar a nuestra vida personal y familiar, un reto que no se ha conseguido aún”, señala.
Entre las prioridades de su grupo para la legislatura, cita también introducir las demandas de los colectivos en la acción de gobierno, sobre todo en “un País Valencià muy desvertebrado, donde hay cierto centralismo en la capital”, y defender el derecho a la vivienda y unos precios de alquiler “asequibles”.
Por lo que respecta a la oposición, augura que Vox seguirá haciendo “barbaridades” y rompiendo consensos en lo que haga referencia a derechos sociales, mientras que Ciudadanos continuará teniendo un discurso “muy duro” y compitiendo con el PP para ver “quién es el líder de la oposición”.
En clave interna, afirma que no habrá problema de bicefalia en Podem por el hecho de que el secretario general no esté en Les Corts y que con las diputadas de Esquerra Unida van a trabajar “muy bien conjuntamente”, mientras que cree que su procedencia de la política local puede servir para reforzar su papel como síndica.
Davó defiende que reeditar el Botànic era necesario para que las necesidades de la gente “continúen estando en la agenda pública”, y manifiesta que los partidos del pacto tienen “claro” el acuerdo que han firmado y que tienen que trabajar para sacarlo adelante.
Por ello, sostiene que la tasa turística no debe ser un “elemento de confrontación”, sino un horizonte al que poder llegar, pues si se han puesto de acuerdo en que quieren un turismo que no agote los recursos naturales, donde no haya precariedad laboral y que revierta en lo social y en lo medioambiental, hay que “pensar ya en los instrumentos”.
La tasa turística “es un instrumento que consideramos que está bien y que es necesario, pero sería cerrarse mucho las miras si solo nos centramos en ella”, afirma Davó, quien alerta a Compromís de que no se puede llamar tasa turística a un impuesto discrecional en el que cada Ayuntamiento decide si lo pone o no y no se sabe a qué se va a destinar.