La Universidad Internacional de Valencia (VIU) nació con la pretensión de ser un centro de estudios virtual, de practicar la enseñanza online a través de internet. Su impulso no estuvo exento de polémica: la ley de creación, aprobada por la mayoría absoluta del PP en las Corts Valencianes en 2008, apuntaba al carácter privado de la entidad, que sin embargo se sufragaría con fondos públicos.
Cuando se produjo la votación, los grupos socialista y Compromís manifestaron su posición contraria. La entonces síndica del PSPV, Ana Noguera, afirmó: “Nace en contraposición y en ataque frontal al sistema público”. Añadió que el Consell tenía “la intención de controlar sus contenidos y su formación”, porque “no confía en nada que no se pueda controlar y que acate las órdenes del presidente”. El diputado del grupo de Compromís Josep Maria Pañella se manifestó en el mismo sentido: aseguró que era un proyecto hermético, que respondía a “la voluntad de hacer una universidad totalmente privada con el control del Consell”.
El PP, que llevaba trabajando en la creación de la institución más de cuatro años, defendió que la institución de enseñanza online “acerca la Universidad a todos los sectores sociales”, casi como si se tratara de una obra social. El centro, cinco años después, fue vendido al Grupo Planeta por la entonces consellera de Educación, Maria José Catalá, hoy portavoz del PP en las Corts Valencianes, candidata al Ayuntamiento de València y profesora en la citada universidad.
La institución acercó la universidad a multitud de capas sociales, especialmente a aquellas afines al partido que la creó desde el Gobierno. El primer rector del centro fue José Sanmartín, conseller de Trabajo y Asuntos Sociales en el primer gobierno de Eduardo Zaplana en la Generalitat Valenciana, responsable de la VIU entre 2008 y 2011. Catedrático de Filosofía por la Universitat de València, ya había dirigido la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en València, entre otras responsabilidades. A Sanmartín le siguió Juan Manuel Badenas, catedrático de Derecho Civil por la Universitat Jaume I de Castelló y actual candidato de Vox para el Ayuntamiento de València.
Durante estos años, personas que habían mantenido cargos bajo el signo político de los populares estuvieron a sueldo de la universidad. Los excargos de confianza de los populares tenían los salarios más elevados de la institución, según la tabla retributiva a la que ha tenido acceso este diario, solo por debajo del rector. El informe del auditor previo a la venta de la universidad apuntó que había remuneraciones en altos cargos por encima de lo legalmente previsto, sin entrar en detalle de cuáles ni cuántos.
Entre los trabajadores afines, según la documentación consultada por elDiario.es, se encuentra el que fue jefe de prensa de Rafael Blasco, Víctor Mut Badenes. Hombre de máxima confianza del exconseller condenado por corrupción, al que acompañó durante distintas etapas en el Gobierno valenciano (como en Industria, Territorio y Cooperación), Mut fue designado jefe de comunicación de la universidad en 2011, prácticamente en el mismo momento que Badenas fue elegido rector. Mut consta como profesor no titular, con contrato temporal y una retribución anual de 48.200 euros.
Otro de los empleados de la VIU que fue cargo de confianza de los populares es José Santamans. Fue director de marketing y comunicación de la VIU entre 2007 y 2011, según su perfil profesional. En el momento de la venta, constaba como profesor titular con reserva, en situación de excedencia, con la misma categoría laboral que Mut, aunque no consta su jornada ni su retribución. En 2006 Santamans fue asesor de prensa de Justo Nieto en la Conselleria de Empresa, Universidad y Ciencia. Tras su paso por la VIU, fue asesor de José Císcar en la Conselleria de Educación y director general de Relaciones Informativas y Promoción Institucional de la Generalitat Valenciana, también con Císcar, en el Gobierno de Alberto Fabra. Tras un año en el sector privado, en julio de 2015 fue llamado por el entonces presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, del PP, para ser jefe de prensa, donde estuvo un año.
En la lista le sigue Maria Antonia Porcel, vicegerente y responsable de servicios generales administrativos de la VIU desde julio de 2008 hasta el año 2014. Antes, según consta en su perfil profesional, fue adjunta al director en la Fundación Jaume II el Just, entre octubre 2004 y enero 2008. La fundación fue una idea de Francisco Camps, que se creó para restaurar el patrimonio valenciano y se convirtió en una oficina de empleo para el Partido Popular: hasta 17 personas vinculadas al partido trabajaron en la entidad pública que dejó un agujero de 8 millones de euros, entre ellas el sobrino de Rita Barberá y la exportavoz de justicia del grupo popular en las Corts. Con contrato indefinido como personal administrativo, consta una retribución de 50.282 euros anuales.
Otra popular en nómina de la universidad sufragada con fondos públicos es Lucia Granados Alós, actualmente directora del máster en psicopedagogía en la VIU. En el momento de la consulta consta como profesor auxiliar ayudante, con un contrato temporal y una retribución anual de 29.300 euros. Granados fue concejal del PP en el Ayuntamiento de Alcoi durante varios mandatos, entrando en el gobierno municipal de la mano de Miguel Peralta, secretario general del PP en Alicante. Dejó el partido en 2016 para pasarse a Ciudadanos, en una maniobra conjunta con otros representantes, y fue candidata de los naranjas al Senado en 2019, como número 1 y 2 por Alicante en las sucesivas convocatorias electorales.
Entre las personas afines a los populares que se relacionaron con la universidad también se encuentra gente de más relieve público, como el periodista Arcadi Espada. En 2012 la VIU lo incorporó como consultor, una figura que empleaba también para complementar la labor docente, aunque se desconoce su salario. Espada impartió varias conferencias a cargo de la universidad, entre ellas una titulada 'Periodismo 3C', sobre las conexiones entre ciencias y humanidades, y el 'Encuentro optimista', ambas el mismo año y retransmitidas por streaming. Años más tarde escribiría el libro en defensa de Francisco Camps, Un buen tío: cómo el populismo y la posverdad liquidan a los hombres (Ariel, del Grupo Planeta, en 2018), que presentó en Valencia ese marzo junto al expresidente.