El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha asegurado este martes que si bien el Gobierno valenciano no tiene “ninguna oposición” a que el buque Aquarius pudiera realizar un nuevo atraque en la Comunitat, “no interferirá en una situación que tiene características internacionales complicadas”.
Puig ha hecho estas declaraciones en una visita a Monóvar (Alicante), al ser preguntado por la situación en relación al buque, después de que el Gobierno de Pedro Sánchez haya considerado que España “no es el puerto más seguro” para que desembarquen los 141 inmigrantes y refugiados que van a bordo del barco de rescate operado por SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras.
A juicio del president, esta es “una respuesta europea que debe darse de manera europea”. “Somos una comunidad absolutamente receptora, hospitalaria y lo vamos a seguir siendo”, ha dicho, aunque considera “evidente” que Europa “debe reaccionar de manera común porque no puede haber esta incertidumbre cada vez que hay un barco sin rumbo, como está sucediendo en estos momentos”.
Puig ha rechazado que la Comunitat Valenciana mantenga una posición en esta cuestión que pueda generar “más confusión” y se ha mostrado a favor de una “solución humanitaria y estructural” a un problema que no es un “fenómeno coyuntural”. “Es un barco que está equipado básicamente por una ONG con sede en un país determinado”, ha subrayado y ha abogado por “buscar soluciones para las personas que están en situación dramática y generar espacios de confortabilidad de futuro, porque no se puede atenderlas de manera desorganizada”.
Al respecto, ha recalcado que las personas que viajan en el barco “están huyendo de una guerra, del hambre, de la persecución y Europa, que es la cuna de las libertades, es evidente que no puede estar ajena y mirar al otro lado”.
Así, ha instado a todos los gobiernos a tener “una actitud claramente posicionada a favor de la humanidad” y ha calificado de “muy lamentable” que los países que están más cerca del buque y que son “los que en justicia y en derecho deberían aceptar al Aquarius y otros barcos se nieguen sistemáticamente”.
En esta línea, ha hecho hincapié en que la situación exige “una respuesta europea, al margen de lo que se pueda hacer desde España en un momento determinado como se hizo y aquí hicimos”. “Al margen de una cuestión puntual, debe haber una respuesta estructural”, ha dicho, --de acogida “en términos de racionalidad y seguridad para los que vienen y la población europea”-- y ha reclamado que “más pronto que tarde, en estos días se tiene que tomar una decisión”.
Sobre la posibilidad de que la Comunitat sea de nuevo puerto de atraque del buque tras la llegada del Aquarius el pasado 17 de junio, Puig ha precisado que la Generalitat no tiene “ninguna oposición” pero ha precisado: “No se trata de que esto sea cada vez una situación de falta absoluta de coherencia o planificación. Sabemos que está pasando, y no es una cuestión de que cada vez tengamos que acudir al rescate puertos determinados”, ha subrayado.
Por ello, ha exigido que “de una vez por todas” se dé “una respuesta coherente a una situación que va a continuar”, al tiempo que ha pedido que se acabe con “el lenguaje y xenofobia que se está introduciendo por la derecha española que es muy lamentable”, en alusión a recientes declaraciones como la del vicepresidente de la Diputación de Alicante, Alejandro Morán, quien pidió deportaciones masivas ante la inmigración ilegal.
“¿Por qué se quiere generar odio de esta manera tan absolutamente ilógica?”, se ha preguntado y ha añadido: “Es evidente que esta sensación de querer ganar votos a costa de los peores sentimientos de las personas me parece profundamente lamentable”.
Guerra Civil
En este sentido, ha recordado que del aeródromo de Monóvar y del Puerto de Alicante “salieron hace 80 años personas que se fueron al exilio” hacia Orán y puertos “que tenían que acoger a quienes huían de la guerra y la persecución”. “El mundo es así y debemos dar respuesta en cada momento y no puede ser que ahora que debemos ser receptores no lo queramos ser”, ha pedido.
“Claro que Europa es un faro de acogida y afortunadamente hay efecto llamada porque es la cuna de la ilustración”, ha dicho, para considerar “positivo” ese efecto llamada “mientras no haya gobiernos neofascistas que lo impidan”. “Si no somos capaces de entender el sentido básico de la humanidad, el de la compasión, Europa habrá dejado de ser Europa y será otra cosa”, ha dicho, y ha advertido: “Quienes pretendan que el Mediterráneo siga siendo un cementerio, serán ellos los responsables pero no vamos a mirar hacia otro lado, con nuestras posibilidades, que son escasas”.