Por una “cuestión de calidad democrática”, el president de la Generalitat Ximo Puig defendía que no era conveniente preguntar a los ciudadanos por ámbitos tan diferentes como el autonómico y el nacional porque consideraba que los debates “no se pueden contaminar todos por la cuestión catalana y por la situación general que en estos momentos vive España”. “Es evidente que priman unos debates sobre otros”, aseguraba.
Así defendía el jefe del Consell y líder de los socialistas valencianos el pasado 15 de febrero, horas antes de que Pedro Sánchez anunciara las elecciones generales para el 28 de abril, la inconveniencia de hacer coincidir las autonómicas con las generales el 26 de mayo en los micrófonos de Onda Cero con Carlos Alsina. Precisamente, tal y como ha explicado en las últimas horas la vicepresidenta Mónica Oltra, fue ese 15 de febrero la última vez -hasta este lunes a mediodía- en la que hablaron de la posibilidad de modificar la fecha de los comicios valencianos. Entonces ambos coincidieron en descartar esa posibilidad, tal y como ha reconocido reiteradamente Oltra.
Sin embargo, algo pasó (tal vez las encuestas, que han prevalecido sobre la prudencia) entre ese ya lejano 15 de febrero en el que el adelanto electoral era una opción remota -si tenemos en cuenta las palabras del jefe del Consell y las de la vicepresidenta- y este lunes, cuando Puig ha anunciado la convocatoria de los comicios autonómicos para el 28 de abril en contra del criterio de sus socios de Gobierno, Compromís, quienes han manifestado rotundamente su oposición a mover la fecha de las elecciones.
Una decisión que ha provocado una fractura en un Gobierno del Botànic “a prueba de bombas”, tal y como ha repetido a lo largo de los últimos casi cuatro años tantas veces como se le ha preguntado a Oltra después de cada una de las crisis por las que ha pasado el Ejecutivo bicolor valenciano. Esta fractura -todavía no se sabe de qué magnitud- quedó patente cuando se escuchó a la líder de Compromís lo que había sucedido en el pleno del Consell del lunes, en el que se rompió la unanimidad en los acuerdos por primera vez y después de más de 5.700 temas abordados.
Singularizar a la Comunitat Valenciana
Ximo Puig comparecía pasadas las 18.15 horas de este lunes en el Palau de la Generalitat para informar de la decisión adoptada por el Consell -con los cinco votos en contra de los consellers de Compromís, Mónica Oltra, Vicent Marzà, Vicent Climent, Elena Cebrián y Manuel Alcaraz, y gracias al voto de calidad del presidente- de disolver las Corts Valencianes y convocar elecciones para el 28 de abril. Justificó su decisión el jefe del Consell para “singularizar” a la Comunitat Valenciana, así como también reivindicó la “vía valenciana” para una “España valenciana”.
Enfado en Compromís
Menos de una hora después de la comparecencia del president de la Generalitat en el Palau, a las 19 horas, lo hacía Oltra en la sede de la vicepresidencia -no en la de la coalición- arropada por los otros cuatro consellers de Compromís. La también consellera valenciana de Igualdad y Políticas Inclusivas, de forma muy solemne, cuestionó la decisión del jefe del Consell: “Esto no singulariza a los valencianos para nada”. Así mismo, también puso en duda la legalidad del acuerdo, aunque puntualizó que no pensaban recurrirlo.
A pesar de la crisis, la vicepresidenta no cuestionó el Gobierno autonómico: “El próximo viernes hay pleno del Consell y vamos a seguir trabajando hasta el final”. No obstante, habrá que ver qué sucede a partir de ahora, en los poco menos de dos meses que quedan antes de los comicios, y en las negociaciones posteriores, si hay posibilidad de reeditar el Botànic. El tiempo dirá si se curan las heridas y cómo cicatrizan.