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El PP amenaza con denunciar por prevaricación al ayuntamiento progresista de Castellón si retira una cruz franquista

Lucas Marco

2 de junio de 2021 22:15 h

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La cruz a los caídos del Parque Ribalta de Castellón no es un monumento franquista porque fue resignificado en 1979, según el PP de Castellón. El portavoz adjunto del grupo municipal popular en el Ayuntamiento de Castellón, Sergio Toledo, considera que el monumento no se ajusta a la aplicación de las leyes de memoria histórica.

“Seguir adelante con este procedimiento y acordar la retirada o derribo del monumento constituirá un abuso de poder por parte de las autoridades políticas que lo acuerden”, agrega Toledo, quien acusa al equipo de gobierno municipal, formado por PSPV-PSOE, Compromís y Podem, de iniciar una “cruzada” que atenta contra la libertad religiosa y persigue un “símbolo del cristianismo, como es la Cruz resignificada”.

En la misma línea que la asociación Abogados Cristianos, que intentó en vano paralizar el proceso, los populares consideran que la retirada del monumento podría incurrir “probablemente” en los supuestos delitos de prevaricación y contra los sentimientos religiosos. El escrito de alegaciones, firmado por la portavoz municipal del PP, Begoña Carrasco, sostiene que el expediente municipal para ola retirada de la cruz “adolece desde su origen e inicio de un defecto que lo convierte en nulo de pleno derecho”. 

La posible retirada del monumento, carente de valor artístico o arquitectónico, supondría “el mayor de los desvíos y abuso de poder”. “Dejamos anunciadas las acciones judiciales de todo tipo que se seguirán”, apostilla el escrito.

“Se intenta torciera y manifiestamente, faltando a la verdad e ignorando conscientemente y a sabiendas un acuerdo plenario y acto administrativo municipal de 1979, identificar a la Cruz del Parque Ribalta con la inapropiada, falsa e inexistente denominación Monumento De la Cruz de los Caídos”, reza el escrito de alegaciones.

Tal como argumentaba Ciudadanos, un acuerdo plenario del 31 de mayo de 1979 “resignificó el monumento como homenaje a las víctimas de la violencia”. “Esta circunstancia, lejos de ser minusvalorada con pretensiones de olvido (...) debiera ser valorada como muestra de ejemplaridad de aquellos hombres y mujeres que formaron aquella corporación de la conciliación [sic] y la concordia en un periodo de transición democrática ejemplar”, abunda el escrito de alegaciones del PP.

Así, los populares acusan al consistorio gobernado por la socialista Amparo Marco de “atacar y eliminar un símbolo religioso con el que se identifica histórica y tradicionalmente la ciudadanía castellonense, como también lo hace el resto de la población española por razones de historia y tradición”.

Además, los populares también dudan de que la cruz haya sido escenario de actos de exaltación franquista. El escrito del PP se mofa de la recopilación de noticias sobre actos políticos franquistas a pie de cruz, que se remontan a la década de 1980: “Inasequible al desaliento, la concejala de Memoria Democrática [Verònica Ruiz, de Compromís] ha hurgado, buceado, sobrevolado y profundizado hasta el más oscuro subsuelo en busca de noticias, reseñas y anuncios”. 

El PP también recuerda que la cruz es obra del arquitecto municipal Francisco Maristany y de Vicente Traver Tomás, “históricamente reconocidos por la ciudadanía castellonense como autores de grandes obras arquitectónicas”. “La Cruz del Ribalta podrá o no tener reconocido valor arquitectónico o artístico, pero nadie puede poner en duda el respeto que como obra merece, siendo fruto de dos ilustres personalidades de la historia de Castellón”, concluye el escrito de alegaciones.