Que el Ayuntamiento “mantenga en su lugar la Cruz del Parque Ribalta, garantizando así su permanencia en la ubicación en la que se encuentra desde 1944”. Esta es la petición principal de la moción que el PP de Castellón presentará en el próximo Pleno municipal, que se celebrará el jueves.
El monumento fue inaugurado en la posguerra con el lema “Caídos por Dios y por España”. Fue una de las miles de cruces de los caídos que homenajearon en todo el país al bando franquista, que consiguió instaurar una dictadura en España en 1939 después de un golpe de estado y tres años de guerra civil.
Según el PP, la cruz debe quedarse porque en 1979 el Pleno decidió cambiar la inscripción original por “Víctimas de la Violencia”. Es por ello que, según el PP, en la actualidad la cruz sí cumple con la Ley de Memoria Histórica y es un homenaje a las “víctimas que a lo largo de la historia reciente de nuestro país han pagado con su vida” para conseguir la actual democracia española.
El partido considera, además, que la intención de retirar la cruz es una “maniobra electoral” que rompe los consensos de la transición y es “una nueva muestra de persecución de los símbolos católicos”.
Sin valor artístico y con significado franquista
Es la aportación del PP al debate que se ha generado en torno al monumento franquista. La cruz de los caídos ha vuelto a estar de actualidad después de que el Grupo per la recerca de la memòria històrica de Castelló pidiera hace unos meses su eliminación.
Prácticamente al mismo tiempo, el Comité Técnico de Expertos para la valoración de la retirada de vestigios relativos a la Guerra Civil y la Dictadura en la Comunitat Valenciana (un órgano adscrito a la Conselleria de Justícia) inició un estudio del monumento para decidir si su valor artístico aconsejaba la permanencia o la retirada.
A mediados de este mes, el Ayuntamiento hizo público el informe final enviado por la Conselleria. En él, se afirma que la cruz no tiene valor artístico, que es un añadido “artificial” al parque. También que, a pesar del cambio de inscripción hecho durante la transición, la cruz de los caídos “sigue siendo en la actualidad un signo de exaltación de la Guerra Civil y la dictadura por ser punto de exaltación del franquismo en fechas concretas”.
El informe recomienda la retirada de la cruz. La decisión final es del Ayuntamiento. Fuentes municipales afirman que el símbolo será retirado y trasladado a otro lugar. Esto sucedera, afirman, cuando se defina una partida presupuestaria para ello, posiblemente durante el año 2018.