El repunte de los delitos de odio no es el único problema al que se enfrentan las autoridades valencianas, tal y como alertó este miércoles la delegada del Gobierno, Gloria Calero.
Además, existe preocupación por un fenómeno relativamente reciente, pero que va a más y que tiene en las redes sociales su mayor aliado. Según informan a elDiario.es desde Delegación del Gobierno, se ha detectado “un repunte de violencia entre jóvenes que ha coincidido con los periodos de confinamiento acordados a partir del mes de enero”.
Por ello, “la Delegación del Gobierno impulsará, a partir del mes de septiembre, una mesa interdepartamental para revisar las herramientas de las administraciones contra estas violencias, a la que se invitará la Generalitat, operadores jurídicos y policiales, así como ayuntamientos, para revisar herramientas y realizar campañas informativas y de concienciación, pues la intervención policial no es suficiente”.
Con ello “la Delegación pretende ofrecer a colectivos vulnerables el apoyo de Policía y Guardia Civil e intensificar las relaciones con el fin de reforzar la seguridad”.
Y es que las mismas fuentes afirman que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detectado en los últimos meses macroquedadas entre grupos de jóvenes para pegarse, grabarse y difundir los vídeos a través de redes sociales: “No hay enfrentamientos previos entre las personas que participan en estas peleas, solo quedan a través de redes sociales, fundamentalmente de Instagram, para pegarse”.
Según explican, “se fija una hora determinada y cada grupo usa un tipo de vestimenta para diferenciarse de la banda rival”. En Paiporta, por ejemplo, a mediados de febrero la Guardia Civil abortó una de estas peleas que tenía como fin un enfrentamiento multitudinario entre dos supuestos bandos: “Los vestidos de rojo y los de negro. El objetivo de los participantes es conseguir seguidores y likes en redes sociales”.
Este fenómeno se ha extendido por València y su área metropolitana. Silla, Xirivella, L’Eliana, Mislata, Paterna, Paiporta, además de la ciudad de València son algunos de los puntos donde han intervenido las fuerzas de seguridad para evitar las peleas.
“Entre el mes de enero y abril se han abortado una decena de este tipo de peleas. En las ‘campales’, así es como las denominan, han estado involucrados grupos de entre 50 y 200 personas. La intervención policial ha abortado todas estas peleas”, informan.
También se ha detectado un repunte de violencia mientras se consume alcohol en la vía pública, en los denominados botellones. En la plaza de Honduras de València, la Policía Nacional ha detectado que se concentra una gran cantidad de jóvenes procedentes de toda la ciudad y localidades cercanas, siendo un lugar de actuación preferente con gran actividad policial e intervenciones habituales en peleas, agresiones, robos, malos tratos en vía pública, además de los botellones.
Los vecinos vienen denunciado esta situación desde hace semanas con caceroladas nocturnas y otras iniciativas con el objetivo de visibilizar el problema.
Solo en esta zona, desde el 9 de mayo, sin tener en cuenta lo relativo a las infracciones relacionados con la normativa COVID, se han realizado cinco detenciones por robo con violencia e intimidación, dos el 10 de junio, dos el 18 de junio y uno el 23 de junio; cuatro detenciones por lesiones, tres el día 11 de mayo y uno el 23 de junio; tres por violencia de género en vía pública, días 28 de mayo, 23 de junio y 7 de julio; dos detenidos por atentado agentes de la autoridad, días 23 de junio y 9 de julio; un detenido por reclamación judicial, día 5 de julio; 26 propuestas de sanción por tenencia o consumo de sustancias estupefacientes; y seis actuaciones por peleas en la zona, que se solucionan con presencia policial.
Así, al margen de las “campales” organizadas durante el periodo en el que estaban desplegadas medidas de confinamientos más duras, “es una realidad constatada y evidente, que, con la llegada de la relajación en las medidas restrictivas de movilidad en torno a la COVID 19, se ha producido también un incremento de personas en reuniones y en vías públicas que han favorecido el conocido como fenómeno del botellón, así como de peleas y reyertas”, hechos entre otros que han dificultado el normal descanso y convivencia de los residentes en diversas localidades valencianas.