El primer juicio al fútbol español de élite tramposo ha acabado en absolución para los 36 futbolistas acusados de amañar un partido de Primera División a cambio de dinero. El juez de lo Penal solo ha condenado a dos directivos de Zaragoza a un año y tres meses de cárcel por falsedad documental.
La Fiscalía acusaba al Zaragoza de haber sobornado con 1,7 millones de euros a los jugadores del Levante UD por dejarse perder en la última jornada de la temporada 2010-2011, lo que aseguró la permanencia del club maño y condenó al Deportivo de la Coruña.
Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano el juez ha absuelto a los 42 acusados del delito de corrupción deportiva. El titular del juzgado de lo Penal número 7 de València ha determinado que el expresidente del Zaragoza Agapito Iglesias y su director financiero justificaron de manera fraudulenta la salida de los 1,7 millones de las cuentas del club con el pago de primas especiales a sus jugadores por lograr la permanencia en Primera División.
Lo que no se ha podido demostrar es que ese dinero acabara en manos de los jugadores del Levante UD. Rechaza, por tanto, que el partido fuera amañado.
Una sentencia condenatoria hubiera acabado con las carreras profesionales de los futbolistas y con el prestigio de la Liga española, porque de cara al mundo hubiera sido la demostración de que existen trampas en la considerada “mejor liga del mundo”. Una situación similar pasó en el fútbol italiano y todavía no ha recuperado su prestigio. La denuncia partió del propio presidente de la Liga, Javier Tebas.
En esta macrocausa, según el auto de la Audiencia de Valencia en el que se reabrió un proceso cerrado en su día y se ordenó ir a juicio, existen indicios de que nueve jugadores, el técnico y el director deportivo del Real Zaragoza, percibieron dinero los días previos al encuentro, que habría terminado en manos de los jugadores procesados del Levante. El Zaragoza necesitaba ganar aquel partido para garantizarse la permanencia en la Primera División de La Liga y con ello propició el descenso del Deportivo de la Coruña.
Debido a estas sospechas de pago, la Fiscalía se interesó por la falta de movimiento en las cuentas de uno de los jugadores acusados del Levante, Xavi Torres, el cual estuvo 72 días en verano sin retirar dinero en efectivo de su cuenta bancaria. El jugador respondió: “En vacaciones vivía en casa de mis padres, en las fiestas de mi pueblo estás todo el día comiendo y cenando fuera en una peña que tenemos. Luego coincide la pretemporada, te vas fuera a otros países, dos semanas concentrados. Son meses en los que gastas menos”.