El Ayuntamiento de Valencia deberá inyectar más de un millón de euros en el Palacio de Congresos de la Ciudad después de que el recinto, obra de Norman Foster, arquitecto mediático al estilo de Santiago Calatrava, haya sumado su segundo año consecutivo perdiendo dinero: 1,1millones de euros.
Hace apenas 13 meses, Rita Barberá, la alcaldesa de Valencia, quería impulsar una macroampliación del recinto por 24 millones de euros. La instalación, inaugurada en 1998, costó 30 millones. El proyecto ha sido finalmente aparcado a la espera de tiempos mejores, pero la dura oposición de PSPV, Compromís y Esquerra Unida (EU) parecía justificada. Lejos de generar dinero, el Palacio de Congresos está siendo una losa para la economía municipal.
En 2012 ya perdió dinero unos 1,5 millones- y se quedó muy lejos de sus previsiones iniciales. Y, en 2013, los resultados de la sociedad que explota el recinto, controlada por el ayuntamiento, también han sido negativos, de 1.1 millones de euros. El Ayuntamiento tendrá ahora que tapar el agujero, según EU.
“Nos parece preocupante que el PP proponga que el Ayuntamiento de Valencia ayude con una aportación de más de 1.1 millones de euros para compensar este remanente negativo de tesorería”, asegura Amadeu Sanchis, concejal de esta formación, que es muy crítico con la gestión e incluso con la filosofía inicial del proyecto.
“La gestión económica está siendo negativa, buena parte de los objetivos que se habían fijado no se están cumpliendo. En definitiva, el Palacio de Congresos es una muestra más de los fallidos grandes proyectos que se han realizado en la ciudad de Valencia”, dice Sanchis, que ha tenido acceso -y difundido- las cuentas de la infraestructura.
¿Triunfalismo sin base?
En julio de 2013, coincidiendo con el decimoquinto aniversario del Palacio de Congresos, la dirección del recinto aseguró que el impacto económico generado por éste ascendía a 832 millones de euros, nada más y nada menos que 55 millones por año. Las previsiones, entonces, eran buenas: 45 millones de euros de negocio hasta 2019, a una media de casi 7 millones por año. A la vista de los números de 2013, mucho van a tener que cambiar las cosas para que ese pronóstico se haga realidad.