El PSPV llega, como el resto de la organización, quebrado en dos mitades ante el comité federal que el PSOE celebrará este sábado, donde se dilucidará el futuro a corto plazo de la organización y la correlacion de fuerzas entre los apoyos de Pedro Sánchez y sus críticos.
La división es total en el socialismo valenciano. El jefe de Consell, Ximo Puig, quiere forzar la salida de Sánchez. Una de sus conselleras, la de Sanidad, Carmen Montón, no ha dimitido de la ejecutiva en señal de apoyo al secretario general del PSOE. Mientras que el PSPV apoya a la facción liderada por Susana Díaz, el partido en la provincia de Valencia, liderado por José Luis Ábalos, se posiciona con contundencia a favor de Sánchez.
La batalla tiene plasmación en las declaraciones públicas, en las redes sociales -con ambos bandos tuiteando en defensa de sus posiciones- y hasta en la calle. En una demostración sin réplica en el resto de España, más de un centenar de personas protestaron el jueves contra la posición de Puig y el PSPV: “Fuera golpistas del Partido Socialista”, corearon en la sede del partido en Valencia. La dirección de los socialistas ha censurado los insultos.
En este contexto de confrontación abierta, 22 miembros del PSPV tienen derecho a acudir y votar en el comité federal decisivo. Llegan divididos, a priori, partidos en dos mitades. Puig y su núcleo duro (Alfred Boix, secretario de organización; Ciprià Císcar, diputado en Madrid; Vicent Sarrià, concejal en Valencia...) apoyarán la revuelta, a falta de un eventual acuerdo que reconduzca la crisis.
Otros miembros valencianos del comité federal harán lo mismo. Sánchez, por su parte, también tiene sus apoyos. Además de Ábalos, su hombre en la Comunidad Valenciana, Gabriel Echávarri, alcalde de Alicante, o Joan Lerma, senador y expresidente de la Generalitat.
Hay varias ausencias anunciadas. La exministra Leire Pajín nunca acude a las reuniones. Carmen Martínez, alcaldesa de Quart de Poblet y vicepresidenta de las Corts Valencianes, tiene un compromiso en su municipio. Elena Martín, exportavoz socialista en el Ayuntamiento de Alicante, debe atender su negocio.
Según fuentes del partido, y a falta de que se decida -o se conozca- el sentido de algunos votos, la igualdad entre Sánchez y los que pretenden su destitución es casi total.