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Así se recicla el vallado de la Fórmula 1: del abandono en el circuito a la nueva pista deportiva de la Marina de València

El circuito urbano de Fórmula 1 ha dejado una enorma cicatriz a nivel urbanístico, especialmente en el barrio del Grao, por no hablar del agujero aconómico generado con una deuda a día de hoy de 37,5 millones que el Gobierno valenciano seguirá pagando hasta el año 2023, a razón de 7,5 millones de euros anuales.

Parte de los elementos complementarios del trazado, principalmente el vallado, permanecían abandonados en la Marina Sur desde el año 2012, cuando se disputó la última carrera.

Sin embargo, una parte de ellos pasarán a ser de uso público desde finales del presente mes gracias a una actuación urbanística sencilla económicamente, pero tremendemente rentable en lo social.

Operarios del recinto trabajan estos días en la reconviersión de los vestigios de la elitista prueba automovilística en la cancha polideportiva artística para la que se usarán 30 vallas del circuito, el 50% de las que todavía se conservaban sin uso, con el objetivo de marcar el perímetro de la misma.

Fuentes del Consorcio Valencia 2007 han explicado que las vallas, de acero de alta resistencia, se han cortado con el objetivo de hacerlas más ligeras, de forma que rodearán la cancha a diferentes alturas: “nos parecía simbólico y a la vez divertido jugar reutilizando este material”.

Así, una vez finalizados los trabajos, jugar al fútbol o al baloncesto será una opción en La Marina de València en la pista multideportiva que se está creando de 1.000 metros cuadrados entre los jardines de la Pèrgola y la playa.

Las mismas fuentes han comentado que “se trata de un gran triángulo de asfalto que había quedado muerto y sin uso por el propio trazado del circuito”.

Será un tapiz multicolor en tres dimensiones, pues la pintura llena el suelo y sube a paredes y bancos. Es obra de Abel Iglesias, un joven artista multidisciplinar residente en València cuyo talento ya es reconocido e en el panorama artístico nacional.