El gerente del departamento de salud de La Ribera, Javier Palau, ha afirmado este miércoles que la reversión a la gestión pública de este área es “una decisión poco brillante” y “un paso atrás” que “hace perder 20 años de evolución sanitaria, pero que no es el fin del modelo Alzira”. Palau ha asegurado que Ribera Salud entregará este área de salud el próximo domingo a la Generalitat con “unos excelentes indicadores asistenciales” y “nada guardado en los cajones”, aunque ha reconocido que la empresa debe a la Generalitat 50 millones de euros de las liquidaciones de 2013 a 2015 (el Gobierno valenciano cifraba esta cantidad en 102 millones).
Palau ha ofrecido este miércoles una rueda de prensa para hacer balance de la situación de este departamento de salud, que el próximo domingo pasará a ser gestionado de forma directa por la Conselleria de Sanidad tras una concesión durante 18 años a Ribera Salud que, ha afirmado, ha supuesto un ahorro de 50 millones anuales a la Generalitat.
Así, ha garantizado “sin duda” la colaboración de Ribera Salud en los días que quedan hasta la reversión, ya que como son profesionales “no tolerarán” que haya problemas el día 1 y ha asegurado además que tras la reversión propiciarán “una transición tranquila” pese a este último año “muy complicado” porque han tenido que soportar de la Conselleria “actitudes poco elegantes” con “desplantes, desprecios y calumnias”.
Sin embargo, ha recalcado que Ribera Salud pasa este departamento a la Generalitat con “excelentes indicadores asistenciales, de calidad y de promoción de salud” y ha confiado en que cuando pase a la gestión privada se puedan mantener estos niveles.