“Alto estado de embriaguez”, “malas contestaciones y desaires” con agentes de la Policía Nacional, con los que mantuvo una “actitud agresiva e intimidatoria, prepotente y faltona”, con un “tono brusco e irrespetuoso” y profiriendo “frases despectivas respecto a otros cuerpos de seguridad”. Así acabó un teniente de la Guardia Civil tras una noche de juerga en el pub Delirium, situado en la avenida del País Valenciano de Alcoi, donde protagonizó un incidente con un grupo de jóvenes. El instituto armado ha impuesto al teniente una sanción grave, con la pérdida de cinco días de haberes. “La imagen de la Guardia Civil se vio muy negativamente afectada por su comportamiento”, concluye la sentencia de la sección primera del Tribunal Militar Central que ha desestimado el recurso del oficial contra la sanción.
La madrugada del 29 de septiembre del 2019, el agente (destinado en el puesto principal de Las Torres de Cotillas, en Murcia) se encontraba fuera de servicio en un pub de la localidad alicantina de Alcoi en compañía de un cabo primero destinado en Villena, en el que ambos se vieron implicados en un incidente con un grupo de jóvenes. Fuera del local, según los hechos probados de la sentencia, se reprodujo el enfrentamiento hasta que acudió una patrulla de la Policía Nacional “para restablecer el orden público”.
El teniente, con “dificultad para articular palabra y mantener el equilibrio”, se mostró reticente a identificarse ante los agentes de la Policía Nacional y afirmó ser miembro de la Guardia Civil. El agente alcoholizado se dirigió a una subinspectora y otros policías de paisano con un tono “irrespetuoso”.
Varios implicados, incluidlos los dos agentes de la Guardia Civil, resultaron heridos leves en la reyerta tabernaria. En una segunda fase de la madrugada, ambos grupos volvieron a enzarzarse en una discusión en un centro médico de la localidad. Alertados por personal del ambulatorio, dos indicativos Alfa de la Policía Nacional acudieron al centro sanitario a mediar.
Los agentes intentan que los dos guardias beodos abandonen el centro médico y, de nuevo, el teniente se dirige a los policías “en tono brusco e irrespetuoso”. “El agente uniformado se identifica e insta al teniente a que se comporte como un oficial de la Guardia Civil y obedezca los mandatos de la fuerza pública”, rezan los hechos probados d ella sentencia del Tribunal Militar Central. En ese momento se produce un “momento de tensión” en el que incluso los policías llegan a “esgrimir su defensa personal”.
En una tercera fase de la agitada noche, los jóvenes y los agentes de la Guardia Civil se topan de nuevo en las dependencias policiales a donde ambos grupos habían acudido a denunciar los hechos. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcoi dictó un auto de extinción de responsabilidad criminal de todos los implicados en la reyerta y archivó las diligencias al haber alcanzado las partes un acuerdo de conciliación.
“Comportamiento altivo y prepotente”
El instructor del atestado entregado al juzgado reiteró que los la Policía no había podido cursar la denuncia a consecuencia del “estado de embriaguez que presentan” los agentes fuera de servicio. El capitán de la compañía del teniente sancionado incluso mantuvo una conversación con el comisario jefe de la Policía Nacional de Alcoi para tratar de “minimizar” el incidente, algo que “en realidad confirma lo ocurrido”, según la sentencia.
“Si bien matizado por un consumo excesivo de bebidas alcohólicas, en todo momento el teniente mantuvo el control de sus actos, se manifestó como oficial de la Guardia Civil ante los miembros de la Policía Nacional y mantuvo un comportamiento altivo y prepotente”, concluye la sección primera del Tribunal Militar Central.
La actitud de oficial provocó que la subinspectora de la Policía Nacional que acudió en un primer momento al pub redactara un nota interna sobre lo ocurrido. El cabo del instituto armado no fue sancionado pero a su compañero se le ha impuesto una sanción grave por sus “malas contestaciones” y “desaires” a los policías que “en todo momento se encontraban cumpliendo con su función de mantenimiento del orden público”.
El teniente fue el implicado en la riña que mantuvo una “actitud más agresiva”, incluso “intimidatoria” y llegó a proferir “frases despectivas respecto a otros cuerpos de seguridad”. Todo ello con un actuación “prepotente y faltona” y encontrándose bajo los efectos del “consumo no moderado” de alcohol.