“Nosotros no diagnosticamos ni tratamos la transexualidad, nosotros acompañamos a la persona en su proceso personal de tránsito, con una asistencia de calidad y rigurosa que pasa primero por una atención psicológica, analizando cada caso de forma individualizada. Consideramos fundamental el empoderamiento de la persona y el trabajo del los entornos hostiles así como la exploración de íias alternativas a la medicalización. Tras la asistencia psicológica, el siguiente paso serían, si así lo decide la persona, las terapias hormonales y el último las intervenciónes quirúrgicas, aunque estas han bajado un 60% ya que cada vez son menos las personas transgénero que las solicitan”.
Así se pronuncia el doctor Marcelino Gómez, coordinador de la unidad de identidad de género del Hospital Doctor Peset, el centro de referencia en la materia en la provincia de València, que añade que “las personas transgénero no binarias no tienen necesidad de actuaciones tan intensivas; esto no va de hormonas ni de cirugías, esto va de personas y antes de realizar tratamientos médicos o quirúrgicos hay todo un proceso previo muy serio, riguroso y garantista”.
La Comunitat Valenciana presta atención integral pública en esta línea en virtud de la Ley 8/2017, que promueve un acompañamiento médico y social, basado en el principio del respeto a la libre manifestación de la identidad de género de todas las personas, en una base de respecto a la igualdad y a la dignidad de todas ellas: “Los principios con los que nos regimos van en la línea de la libre autodeterminación de género, la autonomía de la persona para decidir su proyecto vital, la no patalogización de la transexualidad y la atención sanitaria garantista y de calidad para las personas que escojan la medicalización como camino de desarrollo de su proyecto vital”
En este sentido, la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública viene prestando desde 2017 una atención sanitaria integral a la ciudadanía en condiciones de equidad, calidad y seguridad asistencial, sin discriminación alguna. Desde entonces, según los datos facilitados por el departamento que dirige Ana Barceló, en la primera fase del proceso, que es la atención psicoterapéutica, se han realizado 954 atenciones y se ha pasado de las 189 de 2017 a las 239 de 2020, un 26,4% más.
El coordinador del hospital Doctor Peset explica que “en esta fase el psicólogo hace un análisis de cada caso y de la demanda de la persona para dirigirla por un camino u otro según las necesidades, valorando cada caso de forma individualizada”. Además, “se presta atención a la familia, aunque cada vez menos porque ya no es algo que se vea con tanto dramatismo”.
Así pues, “el sexólogo atiende la demanda buscando vías alternativas a la medicación, se trabaja el empoderamiento de la persona, el hacer ver que todos los cuerpos son válidos para que no haya sentimiento de inferioridad o de estigmatización”. Si aún así la persona sigue entendiendo que las adecuaciones hormonales le van a ser de utilidad “se da un paso más hacia la medicación, siempre promocionando la salud”, explica Gómez. En esta segunda fase en la que entran terapias hormonales y farmacológicas Sanidad ha realizado 1.028 atenciones y se ha pasado de las 195 de 2017 a las 261 de 2020, un 34% más.
“En el caso de los adolescentes no siempre son requeridos los bloqueos puberales. Hay muchos adolescentes que viven esta etapa de la vida sin malestar ni disconfort. En ese caso seguimos trabajando el desarrollo personal, los recursos sociales y las habilidades personales. El reprimir sus sentimientos identitarios no es una buena estrategía. Pero algunos adolescentes viven los cambios físicos puberales como una tortura. Es ese caso bloqueamos la pubertad”, afirma el doctor.
Marcelino Gómez añade que “lo que se hace es un bloqueo del desarrollo de la pubertad con fármacos, pero no se mantiene más de dos años, depende de la evolución”. De forma “también individualizada y como decisión compartida se decide el tratamiento hormonal con estrógenos o con testosterona según la evolución de cada caso”.
Este sería el paso previo a la intervención quirúrgica si la persona entiende que la necesita. Desde 2017 se han realizado en la Comunitat Valenciana un total de 565 operaciones. Las más habituales son la histerectomia y la anexectomía (extirpar útero y ovarios) con 107 intervenciones; las mastectomías con 179; el asesoramiento nutricional bioimpedancia para conocer la composición corporal con 125; las mastoplastias (implante de mamas) con 72 operaciones, la educación de la voz con 48 intervenciones o las vaginoplastias con 26 intervenciones.
Además, 748 personas han pedido el cambio de nombre en la tarjeta SIP para acceder al sistema sanitario público valenciano.
“Ahora solo algo más del 40% de las mujeres transgénero solicitan una cirugía genital con respecto al año 2008. Esto es porque la juventud está rompiendo el rígido binarismo transexual clásico. La transexualidad se abre hacia lo no binario. Cada vez son más las personas que solicitan solo cambios administrativos y mínimas intervenciones farmacológicas” comenta el doctor Gómez.