El pasado viernes, la coordinadora general de Esquerra Unida, Marga Sanz, y el diputado autonómico Ignacio Blanco presentaban su candidatura a las primarias de EU, que el próximo 8 de noviembre deben elegir al candidato de esta formación a la presidencia de la Generalitat Valenciana. De este modo, unas 5.000 personas (3.325 afiliados además de los 1.600 simpatizantes inscritos hasta ahora) decidirán quién será el cabeza de lista, mientras que el otro candidato ocupará, previsiblemente, el número dos de la candidatura.
Sanz -que cuenta con el respaldo de Partido Comunista y comparte candidatura con el concejal de Valencia Amadeu Sanchis o el alcalde de Buñol, Ximo Masmano, entre otros- destacaba que su candidatura está “avalada por un buen trabajo al frente del grupo parlamentario de EU”. Además, presumía de tener la candidatura de mayor pluralidad, con presencia de representantes del Partit Comunista del País Valencià, Izquierda Republicana, Izquierda Abierta “y muchos compañeros sin carné que aportan experiencia institucional, compromiso con la movilización social y el arraigo territorial”.
La síndica de la formación pretende “unir a Esquerra Unida para después unir a la izquierda y tirar al PP, abriendo un proceso de esperanza, un proceso de transformaciones, una sociedad justa, democrática y con mayor autogobierno”.
Para un “mejor” resultado electoral
Blanco, por su parte, cuenta con el respaldo de la excoordinadora Glòria Marcos, el diputado en el Congreso Ricardo Sixto, el histórico referente del PCPV y CCOO Antonio Montalbán, Antonio Arnau o de su compañera en Les Corts Esther López Barceló. Se presenta porque considera que su candidatura puede conseguir “un mejor resultado electoral y hacer posible la derrota definitiva del PP, acabando con su régimen masivo de corrupción y con el desmantelamiento cultural, político, social y económico del país”.
El parlamentario se presenta con “ganas, ilusión y fuerza, encabezando un equipo, una lista renovada generacionalmente, con una media de edad de 37 años, con capacidad y experiencia demostrada tanto en cargos públicos como en la militancia política y social, comarcalizada, con representación de todos los territorios, feminizada y feminista, representativa de la pluralidad interna de Esquerra Unida, pero sobre todo, lo que es más importante, representativa de las luchas sociales de la calle, con un fuerte componente sindical y de los movimientos sociales”.