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No es serio este tanatorio

Dice mi abuela que esto de los funerales sin cruces ni santos es como el pan sin sal, que se puede comer, pero no sabe igual, y ya nos tiene advertidos a todos: que ella quiere un entierro en condiciones, con su cruz, su Cristo, su Virgen y su cura; no va a estar una pagando las cuotas del seguro de los muertos para que luego le anden escatimando la pompa al asunto.

Yo la intento convencer de que no tiene por qué preocuparse, que la ausencia de símbolos que ha ordenado el Ayuntamiento será sólo para los que no sean religiosos, pero ella, que tiene horror vacui, sigue dándole al torno como Perico. “Si es que tampoco es ya sólo por religión, sino por tradición, por estética… Es como las bodas civiles, que quedan muy deslucidas, y oye, que se ponen a leerte los artículos del Código Civil y parece que estás en el notario firmando una hipoteca, y se le quitan a uno las ganas de casarse…”.

Mi abuelo aún lo ve peor: “Se empieza así y se acaban quemando iglesias y violando monjas...”. Ella le quita hierro al asunto: “No, hombre, si no lo hacen por maldad, son manías, modas, que les ha dado por los símbolos como podía haberles dado por cualquier otra cosa. Es como lo de las cosas franquistas, que digo yo que por qué tuvieron que quitarle a nuestra calle el nombre de José Antonio, que a saber las cartas que se habrán perdido con el lío del cambio, o a santo de qué hicieron desaparecer de la plaza la estatua ecuestre del caudillo, cuando hay por ahí estatuas de Colón, que se cargó un montón de indios, por poner un caso, eso sin contar con la culpa que tendrá el pobre caballo de lo que hiciera el Generalísimo”.

Yo, que veo que les da igual lo que les diga, los dejo discutiendo y me pongo a mirar el periódico, pero el asunto me persigue: la plataforma católica y conservadora Hazteoír.org recoge firmas contra la retirada de símbolos religiosos, que califica de “ataque laicista” y “odio religioso”, en una petición que se muestra junto a otras contra el reparto de preservativos a menores o por la retirada de una guía que pretende prevenir el acoso escolar contra homosexuales y transexuales. Pienso que esto no ha hecho más que empezar y que la verdadera batalla se librará si un nuevo Gobierno salido de las urnas el 20-D es capaz de derogar el concordato con la Santa Sede y meterle mano al laicismo en la escuela. En el mismo diario veo que Ciudadanos no comparte la medida de retirar los símbolos católicos de los funerales. ¿Será capaz este partido de llevar a cabo su programa sobre una enseñanza pública en la que sólo se enseñe la religión desde un punto de vista histórico o cultural? Quizás depende de con quien tenga que aliarse.

Harta del mono tema, dejo el periódico, pero mis iaios no me dan tregua: “Esto es un cachondeo, aquí cada uno hará lo que le dé la gana, uno pondrá en la ceremonia un escudo del Barça, otro una foto de su perro…”, dice él.  “Pues, oye, tampoco le haría yo ascos a un poster de Robert Redford al lado de la Geperudeta”. Yo ya me imagino a los de la Funermostra ampliando su negocio a los tanatorios personalizados y a Mecano resurgiendo para arrasar con una nueva versión de su éxito, “No es serio este tanatorio”.