La sindicatura de Comptes denuncia varias irregularidades en la gestión de la caja fija del Consell, los millones de facturas de gastos discrecionales y sin control presupuestario que el gobierno valenciano no enseña a la oposición pese al mandato de los jueces.
El informe del Síndic sobre 2013 es contudente: en muchas ocasiones no hay constancia de la aprobación del gasto, las facturas no se comprueban y, en contra de las recomendaciones, quién aprueba la comisión del gasto luego debe verificar que éste ha sido correcto, una acumulación de funciones desaconsejada.
En los gastos en restaurantes, “no queda constancia expresa en todas las facturas o tickets, del motivo de la sesión de trabajo y del número de asistentes en los casos de gastos de restauración” y se detectan “entregas en metálico con el carácter de gastos a justificar, lo que no está permitido”. La revelación de gastos en apariencia impropios con cargo a ese apartado como comilonas o huevos Kinder ha sido relativamente habitual.
Las irregularidades han sido detectadas a través de facturas escogidas al azar de la caja fija de la Consellerias de Presidencia o Economía durante 2013. A la vista de las anomalías, el Síndic pide cambios en la ley que regula los gastos opacos de la Generalitat, “insuficiente en algunos aspectos importantes para la adecuada gestión y control de estos fondos”.
Gastos opacos…. por razones administrativas
El Consell se opone a detallar el gasto del dinero de la caja fija -nombre que reciben estos fondos 'opacos' en la jerga administrativa- por la enorme carga de trabajo que supondría. La caja fija es la partida que sirve para afrontar gastos inesperados o puntuales como taxis, dietas o materiales, pero la oposición, ante la opacidad en este apartado, siempre ha desconfíado. La revelación de pagos con cargo a ese apartado de huevos Kinder, leche desnatada o una noche de hotel en año nuevo han azuzado las sospechas. Además, la Sindicatura de Cuentas, ya antes de su informe de 2013, ha detectado irregularidades en su uso.
La Generalitat ha sido condenada varias veces por no facilitar información a la oposición aunque presume de transparencia e incluso ha abierto una web para informar de su actividad a la ciudadanía.