La Policía Nacional ha detenido a diez personas como presuntas autoras de más de 60 estafas de diferentes tipos a víctimas de 35 países, con unas ganancias que superan por el momento el medio millón de euros.
Las detenciones se han practicado en Vitoria, València y los municipios valencianos de Xirivella y Alfafar después de siete meses de investigaciones sobre esta organización criminal de ámbito internacional, dedicada a la comisión de delitos de estafa, falsedad documental y blanqueo de capitales.
Unos timos del que eran objetivo tanto españoles como extranjeros, ya que se valían de las nuevas tecnologías y de la falsificación de documentos. Para llevar a cabo sus actividades ilícitas realizaban inicialmente labores de captación de víctimas, a las que posteriormente trataban de engañar de diferentes formas.
Una de las estafas más comunes que realizaban consistía en utilizar la figura de un falso abogado, que actuaba en representación de una persona con un alto nivel adquisitivo, residente en Nigeria u otro país africano, quien presentaba la necesidad de sacar una importante cantidad de dinero al extranjero.
Para convencer a las víctimas, el supuesto letrado les ofrecía un porcentaje del total de efectivo que deseaba transferir su representado, a cambio de que estas aportaran una cantidad de dinero necesaria para acometer una serie de trámites sin los cuales sería imposible sacar el efectivo de África.
La segunda modalidad consistía en el timo conocido como las “cartas nigerianas”, es decir, el envío masivo de correos electrónicos en los que anuncian a los destinatarios que han sido agraciados con un premio millonario de la lotería, que son beneficiarios de una herencia o cualquier otro pretexto para llamar su atención.
Ya “enganchados” instan al perjudicado al pago de una cantidad para hacer frente a una serie de trámites necesarios para que les sea entregado el importe del premio o la herencia con los que han sido favorecidos.
La tercera de las variantes delictivas usadas para engañar a las víctimas radicaba en un engaño basado en la usurpación de empresas proveedoras de suministros.
En este caso ofertaban a suministros a precios muy competitivos para captar clientes, y una vez recibidos los pedidos solicitaban un primer pago previo al envío del material que supuestamente iban a recibir, sin llegar nunca a recibir los productos.
Como instrumento para recibir las transferencias de dinero estafadas a las víctimas, se servían de una serie de cuentas bancarias distribuidas por toda España, que abrían mediante el uso de documentos falsos para extraer el efectivo en cajeros automáticos a través de personas de confianza o mediante envíos de pequeñas cantidades utilizando los servicios de locutorios.
Durante la operación han sido registrados seis domicilios y un locutorio utilizado por miembros de este grupo criminal, donde se intervinieron cinco pasaportes falsos -cuatro británicos y uno camerunés-, tarjetas y libretas bancarias abiertas con identidades falsas, documentación relacionada con sus actividades delictivas, recibos de transferencias monetarias y cerca de 7.000 euros en efectivo.