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Investigadores valencianos inician el primer estudio sobre cómo se producen los sesgos de género en atención primaria

La probabilidad de que una mujer sufra una práctica médica desaconsejada es ocho veces superior a la de un hombre. En 2017, un 73% de los pacientes que acudieron a atención primaria recibieron al menos uno de los diez tratamientos innecesarios para su caso estudiados, de los que el 5% tuvo efectos adversos. El sobrediagnóstico y el sobretratamiento tienen consecuencias directas sobre la salud de los pacientes, aunque la mayoría sean casos leves, pero también impacto directo sobre el sistema nacional de salud. De un lado, se asume un coste económico innecesario; de otro, el coste de oportunidad: un sistema saturado no puede permitirse dejar sin atender a personas que lo requieren.

El grupo de investigación Atenea de la Fundación Fisabio, dependiente de la Conselleria de Sanidad del Gobierno Valenciano, ha iniciado este mes un estudio para determinar el sesgo de género en el sobrediagnóstico y sobretratamiento, unas prácticas médicas que se producen por inercia en un sistema que trabaja con menos recursos de los que necesita. “La sobreutilización es la prestación de servicios sanitarios en circunstancias en las que el riesgo potencial de causar daño al paciente supera sus posibles beneficios”, define José Joaquín Mira, catedrático de Psicología de la Salud y coordinador de la investigación junto a Concha Carratalá. El equipo ha obtenido una subvención de 430.000 euros de la Conselleria de Innovación y tendrá cuatro años para abordar la investigación.

A raíz de una investigación previa, el equipo analizará si existe un sesgo de género asociado a la sobreutilización de recursos médicos. La finalidad es elaborar recomendaciones para los profesionales de atención primaria de cara a una mejor atención al paciente y a optimizar el funcionamiento del sistema de salud público, tanto en ahorro económico como en liberar recursos asistenciales.

La atención primaria, recuerda Mira en conversación con elDiario.es, es la puerta de entrada al sistema sanitario y condiciona los itinerarios asistenciales para los pacientes. Un error de diagnóstico puede tener consecuencias para la salud de los usuarios del sistema, por lo que resulta especialmente conveniente reducir aquellos en los que hay margen, como los sesgos de género. El análisis se centra en las prácticas calificadas como 'no hacer', contraindicaciones que los protocolos subrayan en la atención, según las indicaciones de Sanidad de los últimos años, pero que por ineficacias del sistema se siguen cometiendo. La saturación de la atención primaria -pocos minutos por consulta y paciente- y la presión de los ciudadanos sobre los médicos en la consulta es un factor que intensifica esta sobreutilización de la prueba diagnóstica. Y según la información preliminar, las mujeres sufren más estas prácticas que los hombres, aún ajustando la estimación a la proporción en la que acuden al médico.

Los expertos plantean centrar la investigación en qué factores asociados al sexo -biológicos- y qué factores asociados al género -sociales y culturales- influyen en estas prácticas, prescripciones y tratamientos. Según afirma Mira, este análisis no se ha realizado con anterioridad y pretende abrir una puerta para reducir las deficiencias del sistema, combinando el análisis epidemiológico con la investigación cualitativa para elaborar propuestas prácticas. “Hay un sesgo que afecta a la salud de las mujeres que no ha sido estudiado y se puede corregir”, subraya el catedrático de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

El estudio parte de una investigación previa de la sobreutilización de recursos asistenciales elaborada entre 2017 y 2021 por profesores del mismo grupo. Esta sobreutilización de recursos diagnósticos, preventivos y terapéuticos está presente en todas las especialidades y en todos los sistemas sanitarios, y amenaza a la seguridad de los pacientes y a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, afirma el informe previo.