“El maltratador que mata a sus hijos busca infligir el mayor daño posible a la madre, que sufra el resto de su vida”

“Lo que pretende el asesino es que la madre sufra el resto de su vida”. Así explica Sonia Brines, psicóloga clínica, la motivación de un maltratador que acaba matando a sus hijos: “decide que los hijos no forman parte de él sino que son de su pareja o expareja”.

Este martes, un hombre, denunciado por violencia machista, acababa con la vida de sus dos hijas, de 2 y 6 años, en Castellón. Con estas dos víctimas, ya son 27 los menores asesinados por violencia machista desde 2013.  El hombre se suicidaba posteriormente lanzándose por la ventana.

Sonia, que trabaja en el área de Igualdad de una localidad valenciana atendiendo a mujeres maltratadas e impartiendo formación en centros educativos, apunta que con este tipo de acciones el maltratador no está pensando en hacerle daño a los niños, sino en causar el máximo dolor posible a la madre: “la crueldad llega al punto de que sabe que matándolo inflige el mayor de los males, en este caso psicológico, a su pareja o expareja, es algo que le va a acompañar el resto de su vida”.

Así, explica que si en cualquier situación de pérdida hay que elaborar un duelo, “en estos casos la construcción del duelo es mucho más compleja, porque es más difícil desprenderse del dolor, con un recuerdo que siempre va a estar ahí acompañado de reproches: 'si yo no hubiera aguantado, mis hijos estarían vivos'. O a la inversa”.

Casos de denuncias a diario

La psicóloga reconoce que todos los días pasan por el área de Igualdad casos de maltrato, físico o psicológico. La razón, que ha bajado el nivel de tolerancia respecto a hace unos años y que, por tanto, la detección es más precoz: “antes era muy difícil ver a mujeres denunciando acoso psicológico, algo que ahora sí que se produce”. En este sentido, insiste en que cuando se produce un caso de maltrato físico, normalmente viene precedido de un prolongado y continuado maltrato psicológico. Y lo mismo sucede con la edad de las denunciantes, que cada vez son más jóvenes, “y eso se debe, en gran medida, a la labor pedagógica que se realiza en los institutos. No sólo denuncian ser víctimas, sino haber sido testigos de casos de maltrato”.

Escuchar a la víctima

“¿Y qué se hace cuando alguien se presenta a denunciar? Escuchar, porque cuando viene alguien ya lleva tiempo sufriendo maltrato”, indica Sonia, y compara la situación por la que atraviesan al estrés postraumático que sufre quien ha vivido un accidente de aviación. Lo habitual es que esa mujer haya sido víctima de una gran opresión a todos los niveles: “tiene sentimiento de culpa y, en muchas ocasiones se creen merecedoras de lo que les sucede, con lo que asumen el rol al que les relega la víctima y se ven cada vez más pequeñas”. “Busca humillar y arrinconar” a su pareja o expareja.

“Lo que debe hacer la víctima es restaurar vínculos familiares y rehacer su vida, y eso no resulta fácil, y menos en casos de señoras mayores que han vivido una vida de maltrato con su pareja”, mantiene Brines. Así, recuerda que aunque consiga romper, el recuerdo y la amenaza en el pensamiento permanece, “la tortura psicológica prosigue”.

No existe un perfil del maltratador

Por lo que respecta al perfil del maltratador o la víctima, Brines descarta que exista un perfil definido: “los hay de todos los tipos en todos los ámbitos de la sociedad, lo único que parece claro es que sí que tienen una visión sobrevalorada del hombre e infravalorada de la mujer”. También señala que puede haber agravantes como el alcohol o el estrés, pero que estos elementos no forman necesariamente parte del patrón. “Recuerdo mi primer caso, una mujer que me contó que la primera vez que le pegó su marido fue porque la sopa estaba muy caliente, la siguiente porque estaba muy fría, la tercera porque era poca... para el maltratador la razón lo de menos, cualquier excusa le sirve”, concluye la psicóloga. 

Aumentar y mejorar las herramientas de control

Para luchar contra esta lacra es necesario mejorar las medidas de detección temprana y aumentar y perfeccionar las medidas de control de los maltratadores: “si bien es cierto que las órdenes de alejamiento se las suelen saltar los agresores continuamente, también es verdad que cada vez hay más herramientas que facilitan la denuncia”. Así, Brines anima a quienes sufran situaciones de violencia machista a acudir a las áreas de Igualdad de los ayuntamientos o a los Centros Mujer 24 horas (el número telefónico para denunciar casos de maltrato es el 016) .