Thomas Cook podría haber sobrevivido (pero no lo hizo)

La quiebra de Thomas Cook ha generado un auténtico tsunami en el sector turístico. Estos días todos hablan de las repercusiones que tendrá la caída del turoperador británico. Es lógico, no en vano, enviaba a España una media de siete millones de turistas anuales.

Pero ante esta situación de catarsis quiero sacar la parte positiva de todo ello. En lugar de lamentarnos, tratemos de aprender. Así que aquí van mis reflexiones sobre qué debe hacer nuestra empresa para evitar acabar en una situación así.

Los pilares para que tu compañía perdure son, básicamente, tres. La primera es saber adaptarse a los cambios. Da igual que tenga 50 años de historia o 5. Será más fuerte aquella que sea dinámica, versátil y sepa adaptarse y Thomas Cook no lo ha hecho. Le afectó la Primavera Árabe y el Brexit, además de otros factores endógenos.

El segundo punto clave es la estructura de costes. El gigante británico tenía una estructura central muy alta, con unos costes fijos insostenibles y un gradísimo endeudamiento.

Y por último, la digitalización de los procesos. Las nuevas tecnologías no pueden estrangularnos sino que deben ser una oportunidad.

Esta quiebra está generando una enorme incertidumbre en el sector. Creo que afectará más al mercado vacacional que al urbano y en España los destinos más afectados son Baleares y Canarias. En Benidorm se puede notar pero mínimamente.

Los que seguimos al pie del cañón debemos aprender de todo ello. Y termino con tres palabras claves para sobrevivir: adaptación, versatilidad e innovación.