La Valencia con la que sueña el alcalde Joan Ribó no se circunscribe a los límites estrictos de la ciudad. Sus márgenes son más amplios, desbordan las fronteras municipales marcadas, se amplían hasta la ciudad real que percibe la gente. Recogen a gran parte de los municipios aledaños al cap i casal. Y concuerdan con la clásica reivindicación de la izquierda de abordar el proyecto enterrado por la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, de un área metropolitana con servicios comunes.
El primer edil quiere dar el primero paso, poner la primera piedra para fraguar unos de sus grandes proyectos políticos. Si este verano ya comprobó la buena disposición de los alcaldes de las localidades que se integran en el área de influencia de Valencia y trasladó su intención tanto a la consellera de Obras Públicas y Vertebración del Territorrio, María José Salvador, como el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, el próximo día 16 de noviembre hará la primera declaración seria para poner en marcha el proyecto. Y empezará por la movilidad.
Ese día el gobierno local pretende realizar una declaración institucional para crear una autoridad única de transporte de carácter metropolitano en toda el área de Valencia. La intención de esta iniciativa, además de hacer constar que no está relegado en el olvido el proyecto metropolitano, es crear una comisión intermunicipal con la conselleria que dirige Salvador para comenzar a abordar la creación de este ente.
Aunque las fuentes consultadas no han precisado el número de las localidades a las que afecta dicha declaración, los límites de la Valencia de un millón y medio de habitantes que planea Ribó están delimitados. Serían todos los municipios que tras las elecciones locales han vuelto a teñirse de rojo y naranja. Es decir, Paterna, Aldaia, Alaquás, Xirivella, Torrent, Picanya, Paiporta, Mislata, Burjassot, Alboraia, Meliana y Tavernes Blanques.
De hecho, desde el nuevo ejecutivo municipal ya se planteó devolver los autobuses de la EMT a Mislata, Burjassot y Alboraia. Una líneas que existían pero que pasaron a mejor vida al padecer los recortes presupuestarios que aplicó el anterior equipo municipal del PP. El tripartito prometió realizar estudios para determinar tanto los costes y beneficios que pudieran conllevar dichas líneas.
Una unión metropolitana que no solo se haría en materia de movilidad. Otros servicios de índole e incidencia supramunicipal también se plantea que sean mancomunados. El agua, el alumbrado público, la basura, la huerta y el servicio de bicicleta se unirían al transporte público, la primera pieza del puzzle metropolitano que quiere reconstruir Ribó.