Ya hay fecha para el juicio en el Tribunal de Cuentas contra Celia Zafra, la exdirectiva de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia por el 'fraude del CEO': el próximo 26 de abril. En el juicio, según ha acordado este martes el tribunal en una audiencia previa, declarará también el presidente de la EMT, el edil Giuseppe Grezzi, además de otros trabajadores de la empresa pública en calidad de testigos.
La Fiscalía del Tribunal de Cuentas considera que Zafra, que proporcionó a los estafadores los DNI y las firmas de sus superiores, es “responsable directa” del fraude. De hecho, el tribunal que fiscaliza las cuentas públicas sostiene que la exdirectiva protagonizó una “negligencia grave” y “dolosa” que propició la estafa de cuatro millones de euros que acabaron en cuentas de Bank of China en Hong Kong. Así, el Tribunal de Cuentas requirió a Zafra 4,2 millones de euros y procedió al embargo de sus bienes para cubrir la cifra.
La defensa de la exdirectiva, en un escrito al que ha tenido acceso este diario, niega que haya una “correlación causa efecto” entre la actuación de la exdirectiva y el daño económico ocasionado a la empresa. Y apunta a Caixabank, la entidad que tramitó las transferencias, “que es el causante final al fallar sus sistemas de alerta”.
También niega que hubiera negligencia grave o dolo, tal como sostenía la instructora del Tribunal de Cuentas. “Si aquí existió una negligencia fue la de sus superiores y la de la entidad bancaria, pero no de ella”. Además, afirma que los bienes de Zafra no llegan “a cubrir ni el 10%” de la cantidad que le pide el Ministerio Fiscal. El letrado de la exdirectiva lanza la siguiente comparación: “Es como si alguien atracara el Banco de España y se pidiera al trabajador de dicha institución que se hiciera cargo del robo por no haberla evitado”.
La defensa de Zafra achaca la estafa a la falta de formación sobre ciber seguridad de sus empleados. Además, agrega, “nada se ha demostrado (...) que permita atisbar la participación” de Zafra “más allá del envío material al banco de la documentación recibida para el pago de las transferencias fraudulentas”.
El escrito carga duramente contra la actuación de Caixabank. Mientras que la exdirectiva “se limitó a realizar su trabajo”, la responsabilidad o negligencia, “de existir, sería del banco”. Tras detectar los empleados de la entidad que las firmas de las cartas de pago eran sospechosamente falsas, “es el banco, pese a las reticencias iniciales, e inexplicablemente, el que sigue autorizando las transferencias sin decir nada más”.
Así, abunda la defensa de Celia Zafra, “es la entidad bancaria depositaria de los fondos de la EMT la que considera suficiente la documentación recibida y acuerda” el pago de las transferencias por un total de cuatro millones de euros, pese a que la empresa municipal no estaba autorizada a operar en China.
De hecho, en la misma línea, el acta de liquidación provisional del Tribunal de Cuentas alude también al incumplimiento de los protocolos por parte de Caixabank.
En paralelo al procedimiento del Tribunal de Cuentas, Zafra es la única investigada por la vía penal en el Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia. La representación letrada de Caixabank, tal como ha informado este diario, se resiste a proporcionar los protocolos internos sobre blanqueo de capitales a los que estaban sujetos los empleados que intervinieron en la operativa. Se trata de los últimos flecos antes de la finalización de la instrucción del caso.
Caixabank descarta cualquier tipo de responsabilidad por estos hechos y rechaza devolver el dinero, mientras que la EMT considera que fue responsable subsidiaria del robo. Una revista interna de Bankia, la entidad que rechazó en un primer momento efectuar las transferencias, presumió poco después de que se destapara el fraude de que sus trabajadores evitaron un “importante daño reputacional” a la entidad bancaria. Por el contrario, según la revista Somos Bankia, la estafa a la EMT ha supuesto un “grave impacto reputacional” a Caixabank.