De Valenbisi a los patinetes eléctricos compartidos: las nuevas tecnologías revolucionan la movilidad en València

“Las nuevas tecnologías nos están mareando con problemas en el sector del taxi, con los apartamentos turísticos y ahora con los temas de movilidad de una forma bastante masiva; tenemos que hacer unas ordenanzas para regularlo porque saldrán más innovaciones y sobre ese tema debemos actuar”.

Así se pronunció este lunes el alcalde de València, Joan Ribó, sobre el desembarco en València de Lime, una empresa californiana con capital de Uber y Alphabet que ha comenzado a operar el alquiler por tiempo de patinetes eléctricos, los cuales ha distribuido por distintos puntos de la ciudad, entre ellos, el Mercado Central, la Estación del Norte o la plaza de Toros.

Desde el año 2010, el único sistema de préstamo de vehículos compartidos que funcionaba en la ciudad era Valenbisi. El proyecto, impulsado por el Ayuntamiento de València mediante una concesión que se adjudicó a la empresa JCDecaux, supuso la distribución de 2.700 bicicletas en 250 bases ubicadas por toda la ciudad.

En su momento, supuso una revolución y llegó a alcanzar los 110.000 abonados. Pero poco a poco ha ido perdiendo adeptos, hasta los 44.000 actuales, entre otras cosas, por el excesivo peso de los vehículos o por la falta de garantías de existencia de bicis en las bases, así como de anclajes a la hora de dejarlas.

En la actualidad, todos estos problemas han quedado más que resueltos con el avance de los motores eléctricos, cada vez más extendidos, potentes y autónomos, unido al boom de las aplicaciones móviles vinculadas a los medios de transporte.

Estos son los dos principales factores que han hecho posible la implantación hace un año de Muving, la empresa de alquiler de motos eléctricas, y ahora de Lime, con los patinetes eléctricos.

Un medio de transporte que se ha disparado en los últimos meses en la ciudad, primcipalmente por la ampliación de la red de carriles bici, que posibilita una circulación segura con el patinete por buena parte de València.

El funcionamiento de ambos sistemas es idéntico. Mediante una aplicación móvil se ponen en marcha tanto las motos como los patinetes y se cobra una cuantía en función del tiempo de uso. Además, se puede localizar el vehículo disponible más cercano.

Vacío legal

La irrupción de estos servicios ha pillado a contrapié al Ayuntamiento de València. Por una parte, los responsables municipales consideran positivo el que se utilicen medios de transporte sostenibles que contribuyan a reducir el uso del vehículo privado.

Pero por otra lado, temen que esto pueda generar una invasión de todo tipo de vehículos en el espacio público. Y es que, en el caso de los patinetes, la actual ordenanza de movilidad no hace mención alguna al estacionamiento de los mismos, por lo que la compañía Lime no ha necesitado de ningún tipo de permiso municipal para instaurarse. Simplemente, ha deajdo los patinetes aparcados en las aceras.

Aún así, según ha explicado a eldiario.es el portavoz de Lime en España, Álvaro Salvat, “Lime ha estado en contacto con responsables institucionales de Valencia, incluyendo el Ayuntamiento de la ciudad, para explicar su modelo de funcionamiento”.

Salvat ha añadido que su intención es “trabajar con el Ayuntamiento para que el funcionamiento de Lime sea lo más beneficioso posible para todas las partes involucradas, incluyendo viandantes y usuarios”.

Tal y como han explicado el alcalde Ribó y el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, el Ayuntamiento regulará por una parte todo lo relacionado con la circulación y el estacionamiento de patinetes, motos y bicis en la nueva ordenanza de circulación, cuyo borrador está previsto que se presente este mismo mes, pero además, elaborará una normativa específica para regular y controlar todo lo relacionado con las nuevas tecnologías y la movilidad.

Y es que, tras las motos y los patinetes eléctricos, vendrán otras modalidades como los coches eléctricos de alquiler compartido que funionarán también a través de los teléfonos móviles.

El Ayuntamiento ya ha recibido varias propuestas de empresas interesadas en ofrecer este servicio que ya funciona en otras ciudades, algo que genera dudas en el Consistorio por el ya de por sí deficitario espacio para aparcar.

La movilidad del futuro está a la vuelta de la esquina y está por ver si las ciudades y en este caso València están preparadas para asumirla, además del efecto que tendrá en otros medios tradicionales como el vehículo privado, el bus, el metro, el tranvía y hasta Valenbisi, sistema que a buen seguro deberá reinventarse.