“El cardenal Cañizares es producto de 700 años de inquisición y dos dictaduras”

Ferran Torrent (Sedaví, Valencia, 1951) es uno de los escritores valencianos más reconocidos. Entre sus más de 20 novelas -casi todas en valenciano y muchas del género negro- destaca la trilogía sobre la corrupción local: Societat limitada, Espècies protegides y Judici final, escritas entre 2002 y 2006, en plena borrachera de poder del PP autonómico.

Tras su primera obra post crisis -Un dinar un dia qualsevol-, Torrent, un progresista crítico, lanza su primer trabajo desde que un gobierno de izquierdas acabara con 20 años de hegemonía de la derecha en las instituciones valencianas. En Individus com nosaltres entremezcla periodismo y ficción para tomarle el pulso a la alicaída sociedad valenciana.

Pregunta: Hablar de Valencia es hablar de corrupción, dice usted.

Sin ir de sobrado, quién empezó a hablar de corrupción fui yo, en Societat Limitada. Mis intuiciones se demostraron acertadas, pero esta novela se centra en lo que denomino el segundo sistema, lo que ahora me interesa como novelista. En la postcrisis, el sistema reconoce que un 25% de la población ha quedado excluida, y vivirá al margen de lo establecido, es un universo paralelo y alegal.

“Lo que ha pasado en los últimos 20 años [en referencia a la etapa del PP] es de estructura mafiosa”. ¿Se ha superado?

Políticamente, no, aunque quedan cosas por saber. Electoralmente, tampoco, pero ahora, como novelista, me interesa pintar ese fresco postcrisis.

¿Cómo es Valencia tras el mandato del PP y la crisis?

Ha dejado mucha desgracia, mucha tragedia. Hemos aprendido que las cosas no son tan fáciles. Nada volverá a ser igual, y eso genera insolidaridad y egoismo. Mis personajes son siempre muy solidarios, no practican la solidaridad colectiva -intentar arregar el mundo- pero si la individual, hacer algo por el amigo o el vecino. Creo en la solidaridad individual. En la otra no tanto.

En 'Individus com nosaltres' la política deja espacio al retrato de una sociedad machacada por la crisis, con médicos emigrados a Alemania y precariado diverso.

Todos conocemos los efectos devastadores de la crisis sobre los trabajadores y la clase media, con esas parejas con sueldos buenos y aspiraciones de consumo que de golpe ven como cambia la situación. En los pueblos [Torrent vive en Sedaví, 10.000 habitantes, en el área metropolitana de Valencia] se ve con claridad quién gana, quién pierde, quién está sufriendo....voy por la calle e intento tomarle el pulso a la gente, porque me interesa la sociedad en su conjunto. Me gusta decir que todo el mundo trabaja para mi porque alimenta mis novelas.

En la novela se especula con fundar un diario digital con dinero negro. ¿Tan mal está el periodismo, profesión que usted ejerció?

Fatal, desgraciadamente. Yo tenía una semana para hacer un reportaje, un lujo ahora mismo. Falta rigor y profundidad.

Y habla de operaciones especulativas en La Marina de Valencia. ¿Sigue vigente la “cultura del pelotazo” pese al estallido de la burbuja inmobiliaria?

Si, y creo que continuará, aún con otras formas. En un país sin industria, que desgraciadamente vive del turismo, un país de camareros, este tipo de operaciones son casi inevitables.

El arzobispado, en su ficción, se queda comisiones de operaciones ilegales. ¿Qué opinión le merece el Cardenal Cañizares, Arzobispo de Valencia?

Un ejemplo de la sociología colectiva producida por 700 años de inquisición, la dictadura de Primo de Rivera y la de Franco. Lo lamentable, lo que indigna, no es lo que dice o hace, sino la impunidad de la que disfruta. Eso en Alemania sería impensable.

Sus personajes son mayores, algunos están enfermos. Muchos tiene un punto cínico y reflexionan sin doblez sobre la muerte ¿Qué hay de usted en ellos?

Todos los novelistas dejan su poso en las novelas. Me gustan las comida son sobremesa larga, como en algún pasaje del libro. En Individus com nosaltres los personajes ya tienen una cierta edad, hablan mucho de la pensión, que saben que seguramente no cobrarán, y en cierta manera han evolucionado, o involucionado, conmigo. Eso sí, siempre hacia la desobediencia. Son contestatarios, no política pero si vitalmente. Son outsiders, gente que vive al margen del sistema.

Usted ha sido muy crítico con el PP. ¿Estaba vetado en Canal 9? ¿Qué espera de la nueva televisión valenciana?

Que yo sepa no estaba vetado, y alguna novela apareció en los informativos. La nueva televisión no lo tendrá fácil: con tantos canales hacer una televisión buena, rigurosa y en valenciano es una tarea difícil. Les deseo suerte.

¿Qué impacto ha tenido el nuevo gobierno valenciano en la cultura y el uso del valenciano?

No se ha notado. Han celebrado sus dos primeros años de gobierno con triunfalismo. Mi consigna es ir contra el poder aunque sea de izquierdas, pero me molesta esa falta de autocrítica, que debería ser obligatoria al margen de las dinámicas propagandísticas de los partidos. Me considero de izquierdas y valencianista pero PSPV-PSOE y Compromís deben demostrar que saben gobernar. No firmo cheques en blanco, y si no me convencen, me quedaré en casa.

Usted ha escrito una biografía de Mónica Oltra antes de su llegada al Consell. ¿Qué tal le ha sentado el poder?

Pasar de la oposición al poder ya es un cambio radical. Tiene una enorme vocación politica y se lleva los problemas a casa, lo que quema mucho. Creo que el nuevo gobierno tiene ansiedad por la cantidad de ganas de hacer las cosas que no se han hecho en los últimos 25 años.