Cerco a los morosos que no abonan sus impuestos o las multas de la Policía Local. El Ayuntamiento de València ha incementado la presión en ambos aspectos creando un equipo de inspectores específico en el caso de los tributos y gestionando el cobro de las sanciones a los vecinos con cuentas bancarias fuera de la ciudad, a los que era muy complicado embargarles en caso de impago.
Con ambas medidas el Consistorio ha logrado recaudar durante los años 2015, 2016, 2017 y 2018 un total de 29 millones de euros hasta ahora impagados.
Así lo comentaron este miércoles el alcalde de València, Joan Ribó, y el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, quienes presentaron un balance económico del Consistorio desde el año 2015.
Respecto a la partida de ingresos por inspecciones de tributos que no se realizaban con anterioridad, el Ayuntamiento ha obtenido una cantidad de 8.704.021,93 euros en 2018, convirtiéndose en el ejercicio con más beneficios en este aspecto.
“València ya no es el semiparaíso fiscal en el que se convirtió con el anterior gobierno; ahora los defraudadores ya no lo tienen fácil”, explicó el alcalde.
Así, recordó que durante 2017 se puso en marcha la inspección del Impuesto sobre Actividades Económicas (aplicable sobre las empresas con más de un millón de euros de facturación), “que no se inspeccionaba desde 2004”, así como la inspección al Impuesto de Construcciones (ICIO), “que nunca se había inspeccionado en este Ayuntamiento hasta la llegada del Govern de la Nau”.
Para el alcalde y el concejal de Hacienda, “la inspección ha sido posible durante estos años del Govern de la Nau”, ya que el fraude destapado durante el mandato actual ha sido de 29 millones de euros, teniendo en cuenta plusvalías (13,6 millones), multas (4,9 millones), Impuesto sobre Actividades Económicas (4,8 millones), Impuesto de Construcciones (3,1 millones) y sanciones y tasas (2,5 millones).
“Ahora existe una equidad fiscal, en la que pagan todos justo lo que tienen que pagar”, añadió Vilar.
Ambos destacaron los 247 millones de euros ejecutados en inversiones durante los tres últimos años, así como la reducción de la deuda a la mitad -hasta los 446 millones de euros- y del porcentaje de deuda sobre ingresos consolidados, que actualmente se sitúa en el 52,59%.
“Estos resultados se deben a una gestión buena, eficaz y eficiente, ya que el Govern de la Nau ha gestionado con responsabilidad el dinero de los valencianos y las valencianas”, expresó el alcalde.
El PP critica las subidas de impuestos
El portavoz del Grupo Municipal Popular, Eusebio Monzó, criticó al respecto que “la presión fiscal ha aumentado con el tripartito en un 14%” y ha explicado que este dato se desprende de la información contenida en el informe de Liquidación del presupuesto municipal del pasado año.
Monzó señaló que “la gestión económica del tripartito se ha caracterizado, en estos años, fundamentalmente por subir de impuestos, disparar el gasto y un escaso porcentaje de ejecución de inversiones en la ciudad”.
En este sentido el edil popular ha recordado que “a lo largo de este mandato se ha subido el IBI a más de 5.000 comercios, el impuesto de vehículos a más de 27.000 conductores, la tasa de Mesas y Sillas a más de 400 bares y/o cafeterías”.