Fútbol, multitud y aficionados jóvenes con ganas de animar a sus equipos. El caldo de cultivo preferido históricamente por la extrema derecha para tratar de reclutar adeptos a su causa. Tras dos años de pandemia en los que los estadios han funcionado prácticamente sin público, la vuelta a la normalidad también ha reactivado a los grupos ultras que tratan de hacerse con el control de las gradas de animación del Levante UD y del Valencia CF.
Así lo confirman diversas fuentes conocedoras de las interioridades de estos grupos consultadas por elDiario.es las cuales aseguran que ambos clubes ya han sido advertidos de esta situación. En el caso del Valencia CF, se trata de una escisión de la disuelta peña ultra Yomus la que de nuevo trata de controlar la Curva Nord, la grada de animación valencianista ahora llamada Curva de Mestalla 1919, con algunos de sus adeptos ya infiltrados aunque de momento sin que haya constancia de altercados en el interior del estadio.
La directiva del club vetó hace tres años a los aficionados más radicales y de la vieja escuela que tuvieran antecedentes penales. Además, tras ser identificado entre los supuestos agresores, el entonces presidente de la Curva Nord, Javier Cervera, se vio obligado a dimitir por estar presente en la contramanifestación del 9 d'Octubre de 2017 pese a afirmar que no participó en las agresiones.
Durante todo este tiempo, según las mismas fuentes, se ha cocido un conflicto interno entre el sector más politizado y vinculado a la extrema derecha y sus rivales que optaban por una línea más disimulada y puramente hooligan, al menos dentro del estadio. Los enfrentamientos entre ambos bandos han sido notorios hasta que finalmente se han impuesto los radicales controlados por antiguos dirigentes de la peña.
En este contexto de guerras internas, los Yomus han vuelto liderados por un viejo líder extremista con antecedentes penales y simbología neonazi tatuada, con el objetivo de hacerse con el control de la refundada Curva Nord infiltrando a sus seguidores, tal y como reconoce en sus redes: “Uno sabe cuándo tiene que retirarse. Una vez establecido el orden en curva y viendo que todo funciona correctamente es hora de decir adiós”.
Con el objetivo de recuperar la grada de animación, el club modificó las condiciones para abonarse a este sector ubicado tras la portería del fondo sur. Así, el Valencia CF bajó el precio de los 250 euros que estaba a 198 euros con el fin de promoverla y se subió el límite de edad hasta los 30 años. Los que ya estaban abonados no tenían límite de edad.
Fuentes conocedoras de la situación aseguran que “gente de los nuevos Yomus ya se ha colado y está dirigiendo la grada de animación y aunque dentro tratan de pasar desapercibidos, fuera se juntan todos. De hecho, tras el partido contra el Atlético de Madrid un nazi robó y pegó a un padre que iba con su hijo con banderas del club colchonero”.
Este incidente fue difundido por las redes sociales del grupo, cuyo avatar incorpora un nuevo escudo de los Yomus.
Además, ese mismo día la Policía Nacional detuvo en los aledaños de Mestalla a otro conocido neonazi que forma parte de los nuevos Yomus.
Al respecto, fuentes oficiales del Valencia CF aseguraron que mantienen su política de tolerancia cero ante cualquier expresión, cántico o simbología ilegal y como ejemplo ponen la propia expulsión de los Yomus del estadio años atrás o la expulsión de por vida de un aficionado del Valencia CF que hizo el saludo nazi en el estadio del Arsenal.
“El club ha dado sobradas muestras de tolerancia cero con este tipo de políticas y de la gente que las secunda, se ha trabajado muy duro para evitar todo esto a pesar de las críticas que se han recibido; cero dudas con el Valencia CF con respecto a cualquier tipo de connivencia con cualquier tipo de política que fomente el odio o la violencia”, insisten desde el club.
Además, desde el Valencia CF añaden que el club filtró persona por persona mediante la política de acceso con huella y biometría facial para control y aseguran que los históricos Yomus no tuvieron acceso a la grada de animación. En todo caso, advierten de que habrá expulsión inmediata ante cualquier manifestación de odio o violencia.
Quejas entre los abonados del Levante UD
La situación en el Levante UD es más explícita. Un grupo de aficionados ha alertado a la dirección del club sobre el acoso creciente por parte de elementos ultras infiltrados en la grada de animación del estadio Ciutat de València. “Muchos socios que pertenecían a la grada Levante Fans han abandonado sus filas por la transformación política de esta grada, sufriendo acoso continuo por ello, sin que el club haga nada por controlar la situación”, denunciaban una treintena de socios.
A su queja se adhirieron una peña y otros colectivos de hinchas del equipo granota. La dirección del club se reunió con esos socios y se mostró dispuesta a atajar las coacciones. Los aficionados aportaron pruebas gráficas de las relaciones de los miembros ultras de Levante Fans con otros también de extrema derecha de la Curva Nord del Valencia CF. No se trata de un problema general de la grada de animación sino de “un grupo que intimida al resto, especialmente a los más jóvenes, para llevárselos a su terreno y moldearlos a su imagen”, señalaron. Los directivos del Levante UD dijeron desconocer la situación y se comprometieron a tomar medidas.