Entrevista
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Alcalde de València
Joan Ribó: “Estamos haciendo de València una capital europea y mediterránea”
El alcalde de València, Joan Ribó, de Compromís, repasa algunos de los asuntos más importantes de la gestión de la ciudad y hace balance, cuando se llega al ecuador de este mandato, sobre el funcionamiento de su pacto de gobierno con los socialistas. Ribó, que llegó a la alcaldía en 2015, cuando las denominadas “ciudades del cambio” dieron un vuelco a las anteriores mayorías de la derecha, plantea un urbanismo gestionado desde el Ayuntamiento de València y no por los promotores y constructores, defiende el nuevo paradigma en materia de movilidad y sostenibilidad e insiste en que se opondrá a la ampliación del Puerto de València si no se resuelven los efectos perjudiciales que puede tener sobre la ciudad.
Acaba de cumplir seis años como alcalde. ¿Se van cumpliendo los propósitos iniciales que se había marcado?
Estamos haciendo cosas y creo que la gente es consciente de que se ven. Hay cosas que son muy evidentes en los temas de movilidad, en los temas de sostenibilidad, de diseño, de alimentación, están apareciendo cosas poco a poco. Yo creo que estamos convirtiendo València en una ciudad que no sea una urbe de pirámides como se quería antes, por decirlo de una manera gráfica, sino en una ciudad con contenido vinculada a sus raíces mediterráneas y a la vez una ciudad muy moderna. Una de las ideas que tengo es que estamos haciendo de València una capital europea y mediterránea. Antes era una ciudad mediterránea pero con viejas concepciones en las que el coche era importante. Ahora las personas son más importantes. Y yo creo que eso, poco a poco, se está viendo, la gente lo está percibiendo.
Sin embargo, parece que hay dificultades para sacar adelante muchos proyectos, como por ejemplo las reformas de las grandes plazas para peatonalizarlas. ¿Por qué cuesta tanto iniciar estas obras?
Una de las cosas que tengo que reconocer es que los trámites administrativos son muy lentos. Siempre lo han sido y lo siguen siendo, pero en el tema de las plazas hemos tenido, sobre todo en el caso de la plaza de la Reina, una carga de recursos por los temas de la adjudicación larguísimos. Teníamos el dinero preparado, el proyecto, lo teníamos todo preparado, pero se han tenido que resolver recursos en los tribunales contractuales. Estos tribunales están en Madrid y están muy saturados también. Eso nos llevó a quejarnos en el ministerio para que trataran de agilizar los asuntos porque nos genera muchos retrasos. Por ejemplo, hay otro tema que estaba en la misma situación, que es la reforma del Palau de la Música, como consecuencia de todos los recursos que se habían planteado. Pero bueno, ahora las plazas de la Reina y del Mercat ya están en marcha. El Palau de la Música lo hemos conseguido desatascar. Estaba pendiente del Tribunal de Recursos, pero ya se está redactando el proyecto de reforma.
¿Cómo cree que ha evolucionado la vida en estos seis años desde el punto de vista político?
Hay dos aspectos fundamentales que debemos separar: el periodo prepandemia y el periodo actual de pandemia. En el primero ha habido un tiempo en el que hemos estado convenciendo a la gente de que los temas que cada vez se ven más importantes a nivel de la ONU, de la Unión Europea, todos los temas de cambio climático y de sostenibilidad, tenían que aplicarse en la ciudad. Puede que el primer paso significativo que dimos fue el de la alimentación, en el que trabajamos con la capitalidad mundial de la alimentación y que vamos a seguir trabajando, pero también la movilidad es otro elemento en el que ahora estamos entrando y, además, ahora podemos hacerlo con fuerza gracias a la legislación estatal de introducción de energías renovables. Habíamos trabajado en la mejora de la eficiencia del alumbrado público, pero ahora podemos avanzar en esta dirección.
¿Podemos decir entonces que ha habido un cambio de paradigma en ese sentido?
Sí, está muy claro y es evidente en muchos factores. Para nosotros es evidente en la movilidad y en otros muchos asuntos. El cambio de paradigma es que estamos en un mundo que tiene unas limitaciones y en el que nos tenemos que hacer cargo de que no podemos continuar pensando que no pasa nada. Están pasando cosas, nos hemos de adaptar a ellas y debemos trabajar en esas coordenadas, como se trabaja en la Unión Europea y a nivel mundial cada vez más.
Cuando llegó a la alcaldía, en el Gobierno central estaba el PP; ahora hay un Ejecutivo de izquierdas. ¿Han notado el cambio?
Lo primero que ha cambiado es que, cuando yo llegué, València era la capital de la corrupción. Ahora, a veces parece que lo vuelva a ser, pero referido al pasado. Y estoy hablando también del reciente caso Azud. Pero lo que hemos visto en este periodo es que lo que hemos hecho es dedicar los recursos a lo que dicen los presupuestos que se han de dedicar, no a cosas como la financiación de un partido o a ciertos intereses personales. Yo creo que este elemento está muy claro y es importante. El segundo aspecto es gestionar los temas económicos con seriedad y eso se nota por ejemplo con el descenso del endeudamiento a más de la mitad. Aunque no es un parámetro que para la izquierda sea el primordial, lo hemos bajado sin aumentar significativamente los impuestos. Se debe decir, en contra de lo que plantea la derecha, que en València, según los últimos datos del Ministerio de Hacienda, estamos muy por debajo de la media de los impuestos que paga cualquier ciudadano en el resto de urbes españolas: 680 euros es la presión fiscal media española frente a 611 euros en València. Por tanto no es una cuestión de subir impuestos, es cuestión de gestionar mejor, de que se paguen, que no se hagan trampas. Eso de que la derecha gestiona mejor no es verdad. Gestionará mejor su dinero, pero no el de todos y los datos están muy claros.
¿Pero este Gobierno que preside Pedro Sánchez ha satisfecho de momento sus expectativas?
Sí, en general sí. Las cosas están funcionando. A mí me gustaría hacer cosas que a veces no puedes hacer porque no todos los planteamientos de Compromís son los planteamientos de este Gobierno. A mí me gustaría plantear un urbanismo nuevo que, de alguna manera, se concreta en el caso del barrio de Benimaclet. Es el símbolo de lo que querría hacer Compromís, es decir, hacer un urbanismo no pensado al servicio de las grandes constructoras, sino pensado desde el servicio a la ciudad y a los ciudadanos.
¿Pero ese modelo de gestión directa del urbanismo por parte del Ayuntamiento requiere algún cambio legal?
En realidad, no tanto. La actual ley urbanística dice que los planes urbanísticos los gestionará en primer lugar la autoridad municipal, y hasta ahora el Ayuntamiento no ha gestionado prácticamente ninguno. Yo creo que debemos avanzar en esta dirección porque una gestión municipal siempre es una gestión que piensa más en todos que una gestión hecha por un empresario. Eso lo entiende todo el mundo, porque un empresario tiende a sacar el máximo beneficio para su empresa, que no siempre coincide ni con el beneficio del barrio ni con el de las personas que residen en él.
¿Será el modelo de gestión directa que se quiere aplicar en el PAI de Benimaclet el modelo a seguir en otros planes urbanísticos?
La posición de Compromís es avanzar en esa dirección. En el PAI de El Grau, por ejemplo, sí que lleva la gestión el Ayuntamiento a través de Aumsa, que es una empresa pública. Tengo que reconocer que hasta ahora hemos avanzado poco y debemos avanzar más. Se debe gestionar el urbanismo desde una concepción de Ayuntamiento, de todos. Me gustaría que en Benimaclet encontráramos una solución que contentara a todos, pero los pasos que ha dado Metrovacesa no van en esa dirección por la denuncia que han interpuesto. No le veo mucho sentido cuando la normativa dice que la posición prioritaria es que lo haga el Ayuntamiento, no una empresa.
¿En qué situación está otro polémico plan urbanístico como es el de El Grau?
En 2018 hubo un intento de reactivarlo pero lo frenamos porque había una serie de temas que había que solucionar. El tema del río y su conexión con una zona verde con el Parque de Desembocadura, el soterramiento de las vías de Serrería. Y otra cosa que se olvidó es que hay unos laboratorios y un cuartel de la Guardia Civil. Lo primero es hacerlo bien y lo segundo es que hay que pensar en función no del circuito de la Fórmula 1, que era algo descabellado, sino de lo que queremos allí. Dicho eso, ahí hay una serie de cargas urbanísticas que provocó Francisco Camps y que deberemos resolver y hay un tema que estamos pidiendo al ministro Ábalos: hay que soterrar las vías de Serreria hasta la autopista para arreglar este PAI, el río y el PAI de Les Moreres.
¿En materia de movilidad, la visión metropolitana es la asignatura pendiente?
Ahí faltan muchas cosas. Podemos afirmar que en el interior de la ciudad empezamos a controlar la movilidad. Estamos viendo cómo la circulación de los coches baja, cómo aumenta el uso de los patinetes y las bicicletas y también de los desplazamientos a pie, que es fundamental. Pero toda la gente que debe salir a trabajar, a comprar, eso aún no está solucionado. Hay un déficit en cuanto a la movilidad metropolitana gravísimo que lo puede ver cualquier persona en la avenida del Cid o en la entrada de la CV-35. Ese es un problema que hay que arreglar, pero no lo puede arreglar el municipio, lo debe solucionar la Autoridad del Transporte Metropolitano, que ya está en marcha pero le queda mucho por hacer. Además están los trenes de Cercanías, que dependen del Estado y en los que no se ha invertido un euro. Mucho Plan de Cercanías, pero no se ha invertido. Reconozco que ahora ha habido un cambio de talante pero aún no se ha traducido en hechos.
En este periodo de seis años, Compromís se ha convertido en el partido más votado de la ciudad, eso marca un antes y un después. ¿Cree que esa tendencia tiene continuidad?
No tengo capacidad de hacer predicciones a ese nivel, no soy profeta (risas). Yo creo que a lo largo de estos años Compromís se ha estabilizado mucho, se ha convertido en una organización grande y tiene un conocimiento serio de la ciudad que le permitirá tener una fuerza muy determinante. No sé lo que pasará en el futuro pero evidentemente Compromís ha venido para quedarse, está clarísimo. El Compromís de hace unos años, que estaba basado en ciudades medianas, ha pasado en València o Elche a tener un peso importante en las ciudades. Eso cambia el paradigma y en el futuro se va a ver de una forma clara.
¿Y hablando de futuro, usted ya ha tomado una decisión sobre si repetirá como candidato de Compromís a la alcaldía?
De eso no voy a hablar hasta dentro de un año. Ahora tengo mucha faena, no es un elemento que sea necesario. El año que viene será cuando empecemos a pensar en las elecciones y entonces tomaré una decisión. Yo ya tengo una edad, no soy un chico de 15 años, pero la verdad es que me quedan muchas cosas por hacer. Por lo tanto, no lo sé, me lo pensaré.
¿Pero no lo descarta pese a que usted siempre ha dicho que un gobernante no debe estar más de 8 años en el cargo?
Sí, yo he dicho muchas veces que me gusta que en los Estados Unidos se establezca un plazo máximo de 8 años para el presidente. A mí eso me sigue gustando mucho.
¿Cómo interpreta el movimiento que hizo el PSPV en el último pleno en el que por primera vez votaron una moción por separado?
Es un movimiento que preocupa, está claro, porque no lo habíamos visto en seis años. Yo no sé cómo van a evolucionar las cosas. Siempre voy a tratar de mantener un equilibrio para que el Gobierno del Pacto del Rialto funcione de la manera más unánime posible y con unidad de acción, pero la unidad no es cuestión de uno, es cuestión de dos, y ahí debemos trabajar todos para conseguirlo. Debo decir que se trabajaba muy bien con Ramón Vilar [concejal socialista fallecido], era un elemento estabilizador de la coalición y la verdad es que lo echo a faltar.
Se han incrementado mucho las discrepancias en el seno del equipo de gobierno. ¿Se puede hablar de crisis entre los socios después de esa votación por separado?
Es un elemento claro. Cuando hace un año desde que faltó Ramón, yo creo que uno de los elementos que hay que lamentar de su ausencia es que engrasaba muy bien la relación entre los partidos. Tenía un talante y también una forma de pensar que engrasaba muy bien porque tenía unos planteamientos muy progresistas. Y eso que yo siempre recordaré que era muy taurino y un día que se votó en el pleno una cuestión contra los taurinos él, un momento antes, se salió porque no podía votarlo en conciencia, cosa que acepto perfectamente, pero es la diferencia. Quiero resaltar en postivo su talante. Yo no voy a hablar de crisis, creo que es un toque de atención, no es una cosa baladí, pero no creo que sea una crisis. Es algo que nos hace estar atentos.
¿Cree que esa reacción del PSPV puede ser una forma de pasar factura por la petición de explicaciones que se ha hecho desde Compromís a los socialistas por el caso Azud?
Es posible, pero han de entender que es normal. Yo soy el primer extrañado con el tema del caso Azud [en el que fue detenido el exportavoz municipal y exasesor socialista Rafael Rubio] porque aún no entiendo la participación de Rafa Rubio en este tema, pero a la vez deben entender que nosotros somos un partido que ha luchado contra la corrupción, que precisamente yo denuncié en 2014 cosas que están apareciendo en el caso Azud. Si piensan así, pues lo lamento mucho.
Uno de los temas en los que mantienen diferencias con sus socios socialistas es la ampliación del Puerto. ¿Mantendrá su voto en contra sin una nueva declaración de impacto ambiental (DIA)?
Sí, hay elementos diferenciadores en los que no pensamos lo mismo y no son cuestiones menores, como es el caso del Puerto. Es evidente. Nosotros mantenemos una posición muy crítica. Yo ya voté en contra hace dos años. Si en ese momento se hubiera pedido una DIA simplificada ya la tendrían. Me parece importante esta reflexión. Por mucho que diga el abogado del Estado que no hace falta, no estoy tan seguro. Hay elementos muy importantes para reflexionar si a la ciudad de València le beneficia un puerto como el que se plantea. Por tanto, sin una nueva DIA no votaré a favor porque creo que hay que tener garantías jurídicas y me parece muy importante. Pero por encima del tema de la DIA hay aspectos que se deben clarificar.
¿Puede concretar esos aspectos?
Por ejemplo, cómo va a ser la movilidad que va a generar esta nueva terminal, si va a ser por tren o por un acceso norte que está en estudio informativo. Si va a ser por un acceso norte, digo rotundamente que no, con DIA o sin DIA. Si se va a plantear una movilidad principalmente ferroviaria y descarbonizada, podemos hablarlo. Segundo tema. Cómo se va a afrontar la erosión evidente de las playas del sur que viene reflejada en la DIA de 2007, pero que no se está cumpliendo. ¿Vamos a llegar a un acuerdo concreto para paliar todos estos efectos? Tercer tema, de dónde van a sacar los casi cuatro millones de metros cúbicos de material de relleno que no están contemplados en la DIA de 2007. Se debe explicar. Y cuarto tema, esta ampliación supondrá acercar todas las grúas a la parte de las playas de la Malva-rosa y El Cabanyal. Habrá que hacer un estudio paisajístico porque no es bonito bañarse junto a todas las grúas moviéndose. Entonces, yo no quiero ir contra una ampliación, quiero ir contra una ampliación que tengo claro que, si estos temas no se arreglan, perjudica seriamente a nuestra ciudad.
¿Por qué cree que el presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, es tan reacio a pedir esa DIA?
No lo sé, a veces me cuesta entender determinadas posiciones personales porque creo que se hubiera podido clarificar mucho y agilizar mucho. Ahora nos podemos encontrar con problemas jurídicos evidentes.
En cuanto al tema del nuevo estadio del Valencia CF, el informe del Ayuntamiento apuesta por anular la Actuación Territorial Estratégica (ATE), pero también deja la puerta abierta a la prórroga con unas garantías. ¿Cuál de las dos opciones cree más viable?
La ATE, para mí, no es el gran tema. Para mí, hay dos grandes temas. En primer lugar, que el Valencia CF cumpla con su compromiso de hacer un polideportivo en el barrio de Benicalap. Y en segundo lugar, que cumplan el compromiso con sus seguidores y con la ciudad de acabar el nuevo estadio. Ese es el tema, y eso se puede hacer con ATE y sin ATE. Y se deberá hacer con ATE y sin ATE. Todo lo que pueda dialogar con el club para avanzar en estos temas lo voy a hacer, no me voy a dedicar a demonizar a nadie ni a culpabilizar a nadie. Lo que quiero es que se resuelvan estos temas, pero se deberá hacer con ATE o sin ATE. Nosotros hemos hecho un informe y ahora es la Generalitat la que debe pronunciarse. El Valencia CF debe solucionar estos temas y eso es lo que le pide el Ayuntamiento de València.
¿Qué balance hace de la pandemia en València?
Pues hemos dedicado una gran cantidad de recursos a atender las necesidades de la gente. Quiero destacar también que ha habido una actitud muy colaborativa de los ciudadanos, a destacar en este sentido la colaboración y la voluntad de acuerdo del mundo de las Fallas, cosa que quiero agradecer porque me parece muy importante. En definitiva, en general ha habido una actitud muy responsable de la gente, no hemos visto grandes botellones como en Madrid o Barcelona. Puede hacer habido algo pero muy puntual y el resultado lo tenemos. Datos recientes: 32 casos por cada 100.000 habitantes de incidencia acumulada a 14 días frente a 210 en Madrid, siete veces más, la incidencia es significativa. Y eso supone cosas serias, por ejemplo, problemas para que vengan los turistas ingleses porque los datos en el resto de España no están como en València y eso es porque otras comunidades no han hecho lo que debían. Y eso para los valencianos es muy grave, porque el turismo es la principal fuente de ingresos.
La política española sigue muy crispada, ahora está centrada en los indultos a los condenados por el 'procés' en Catalunya. ¿Cómo se puede salir de ese círculo?
Pensando en llegar a acuerdos, pensando, no en la venganza, sino en buscar posiciones de buscar acuerdos y de superar problemas. Por tanto, soy partidario de los indultos porque pienso que es una manera de salir de un círculo vicioso que me parece infernal. Si se indultó a gente que sacó su pistola en el golpe del 23F, con mayor motivo se puede hacer ahora, recordemos al señor Armada.
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