El PP dice no a los mercados hortofrutícolas en la zona rica de València y sí en el extrarradio

La alcaldesa de València del PP, María José Catalá, anunció a los pocos de días de su investidura que una de las primeras medidas que impulsaría iba a ser la eliminación de los llamados Mercados de la Huerta, unos puestos regulados por una nueva ordenanza de venta no sedentaria que da cabida a la venta de productos hortofrutícolas frescos de proximidad en las ubicaciones determinadas por el Ayuntamiento.

Actualmente, funcionan cuatro de estos mercados con un total de entre 15 y 20 puestos que abren de forma simultánea los sábados en el pueblo de Castellar-Oliveral, en los barrios de Benimaclet y Malilla y el cuarto, el que más polémica generó en su día en el momento en el que se anunció, el ubicado cada martes en una de las zonas de València con mayor poder adquisitivo, junto al Mercado de Colón.

Pese a que este enclave comercial en su mayoría alberga negocios de hostelería, salvo una frutería, una pescadería, una carnicería y una charcutería ubicados en el sótano, llegaron a cerrar sus puestos en señal de protesta al considerarlo competencia desleal y solicitaron su traslado a otra zona.

Catalá vinculó los Mercados de la Huerta a la llamada 'Tira de Comptar' y justificó su eliminación en que realizan una supuesta “competencia desleal a los mercados tradicionales, a personas que pagan su canon, sus impuestos y una importante cantidad de dinero, estando allí legalmente”.

Sin embargo, los titulares de estos puestos, muchos de los cuales tienen también puestos en los mercados municipales, afirman que este mercado es diferente a la Tira de Comptar, especialmente a la de Mercavalencia que es de acceso restringido, ya que estos vendedores son productores que acercan el producto recogido el día anterior de forma directa al consumidor. Además, afirman que pagan las tasas que estipula la nueva ordenanza de venta no sedentaria que les da cabida y que, igualmente, tal y como dictaminó una resolución de la Comisión de Defensa de la Competencia de la Comunitat Valenciana, la Tira de Comptar no supone competencia deseal.

Tras el anuncio, las asociaciones vecinales de los barrios afectados, en concreto las de Malilla, Benimaclet y Castellar-Oliveral, criticaron la decisión al recordar que no cuentan con mercados municipales de proximidad, una carencia que en parte venían a suplir estos Mercados de la Huerta.

Desde la asociación vecinal de Benimaclet consideraron “un error la decisión de cancelar los Mercados de Huerta que comenzaron a funcionar con gran aceptación del barrio desde esta pasada primavera”.

La entidad criticó que “de nada sirve lanzar soflamas en defensa de Valencia y su patrimonio, en este caso su patrimonio agrícola, si se impide que el agricultor de proximidad pueda vender directamente sus productos al consumidor, potenciando el producto de kilómetro 0 y saltándose las tramas de los intermediarios”.

Desde la asociación vecinal de Castellar-Oliveral manifestaron su “protesta y malestar” por la eliminación de los puestos de frutas y verduras: “Venta de productos que esos mismos vecinos cultivan y que habíamos comenzado a disfrutar. Familias que construyen proyectos agroecológicos y tienen la oportunidad de suministrar a través del mercado de productos de la huerta. En estos meses de funcionamiento ha sido plenamente satisfactorio para el productor y para el consumidor”.

Por este motivo, han exigido a Catalá que reconsidere su postura y que mantenga los Mercados de la Huerta ya que “un cambio no implica deshacer todo lo que el anterior gobierno ha construido y menos aún cuando todos los que participan están satisfechos” y han añadido: “No hagan de esto una revancha política, hablamos de calidad de vida y mejora de un entorno a todos los niveles. Analicen la situación y den un giro a la supresión de los mercados de productos de la huerta. Exigimos ser oídos”.

También desde Compromís lanzaron críticas ante la posible eliminación de estos mercados. Su portavoz adjunta, Papi Robles, trasladó “una propuesta en positivo a la señora María José Català, que facilite el trabajo a los agricultores y agricultoras de nuestra ciudad y que acerque el producto de la huerta y de proximidad a los barrios que no disponen de un mercado municipal”. En concreto, propusieron mantener los de Malilla, Benimaclet y Castellar-Oliveral, y buscar un emplazamiento alternativo al del Mercado de Colón, más alejado del recinto.

Tras estas críticas, Catalá ha abierto la puerta este lunes a mantener los puestos en los barrios del extrarradio en los que no hay mercados municipales de proximidad: “Lo que hemos hecho es dejar sin efecto una resolución que desde el primer momento no estaba consensuada con los mercados municipales ni con el sector. Yo no tengo inconveniente en recibir a cualquier asociación o entidad y hablar con ellos sobre la situación de atención de mercados de proximidad en sus barrios, no soy una persona sectaria. Es verdad que Castellar, por ejemplo, no tiene un mercado municipal, pero sí un mercado ambulante. Se puede hablar de que en el entorno de ese mercado ambulante podemos incorporar mercado de frutas y verduras, es una posible solución. Yo me he limitado a derogar una resolución que no estaba consensuada con los mercados municipales y que generaba conflicto especialmente en uno de ellos”, en alusión al de Colón.