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Renfe se escuda tras el incidente en el incendio de Bejís en que no es obligado que los trenes de media distancia lleven interventor

Renfe, a raíz de lo ocurrido en el incidente del tren que se vio envuelto por las llamas en el incendio de Bejís (Castellón) -en el que resultaron heridas decenas de personas, algunas de ellas de gravedad-, ha remarcado que no es obligatorio que los trenes de Media Distancia (MD) circulen con interventor, “salvo en líneas con unas condiciones predeterminadas de circulación”, y que estos agentes “solo realizan labores comerciales” y “en ningún caso de seguridad”.

La empresa pública sale al paso de las críticas de sindicatos como CCOO o el Sindicato Español de Maquinistas Ferroviarios (SEMAF), que denunciaron que la maquinista tuvo que asumir toda la responsabilidad a la hora de gestionar la situación ante la falta de personal comercial, es decir, interventores, tal y como avanzó elDiario.es.

Los sindicatos en ningún momento afirmaron que es una situación de obligado cumplimiento por la empresa, pero en el caso de CCOO sí aseguraron que antes del incidente ya habían solicitado que se replantearan esta cuestión al considerar necesario la presencia de personal de apoyo. Tampoco dijeron las organizaciones sindicales consultadas por este diario que los interventores tienen atribuidas labores de seguridad, sino que en una situación de tensión como la vivida, podían haber ayudado a la maquinista a mantener el orden a bordo del convoy.

Según Renfe, el Marco Regulador de personal de Intervención en Regionales (Media Distancia) suscrito por la dirección de la empresa y representantes del Comité General establece las funciones del personal de intervención.

El documento establece que estos agentes tienen la función del control de billetes, así como su venta, “con los medios que se doten, en trenes o estaciones, cuando se determine”. También disponen de hojas de reclamaciones “cuando se le requieran”, manejan la plataforma de acceso al tren para personas con discapacidad, facilitan información comerciales a los viajeros, controlan los servicios a bordo “cuando los hubiere” y colaboran en los trasbordos.

Fuentes de Renfe señalan a Europa Press que, según esta normativa, el interventor “sólo debe realizar labores comerciales” y “no se contempla en ningún caso realizar labores relacionadas con la seguridad de los viajeros ni del tren”.

Por otra parte, la normativa de Renfe señala asimismo que no es obligatoria la presencia del personal de Intervención en los trenes, “salvo que así se determine por las condiciones de explotación de cada línea, como, por ejemplo, disponer en esa línea de llamados túneles singulares”.

Como informó este diario, la maquinista prestó declaración de lo ocurrido ante la Guardia Civil el pasado jueves 18 de agosto dentro de la investigación que hay abierta para esclarecer los hechos.

Según la versión de los hechos que trasladó el SEMAF tras hablar con la maquinista, “al ver que el incendio cada vez estaba más cerca de las vías, paró el tren y contactó con el puesto de mando para comunicar la situación y solicitar el retroceso a Caudiel. Esa fue la primera noticia que tuvo el puesto de mando de Adif de que el fuego estaba ya casi en las vías. La maquinista pidió a los viajeros que no bajaran del tren ya que iba a iniciar la maniobra de retroceso, por lo que cambió de cabina. Algunos viajeros, presos del pánico, se amotinaron y accedieron para salir por la puerta de la cabina, que no está bloqueada”.

Las mismas fuentes explicaron que, según les trasladó la conductora del convoy, “tardó unos minutos en iniciarse la marcha ya que algunos de los viajeros que estaban muy asustados activaron la alarma, que es un frenado de emergencia, la cual después se tiene que reponer para poder continuar la marcha”.

Además, comentaron que “lo mismo sucedió cuando varios viajeros lograron abrir una de las puertas laterales del tren, lo que hace que se pare y que no se pueda reiniciar la marcha hasta que se cierren, o cuando tras la invasión de la cabina dejaron una maleta sobre el pedal del hombre muerto, que es otro freno de seguridad”.

Desde el Semaf hicieron hincapié en que “la maquinista en todo momento pidió a la gente que no bajara del tren porque había riesgo de quemaduras, como así sucedió por desgracia a algunos de los viajeros”.

Como consecuencia de las heridas sufridas en el incidente del pasado martes siguen hospitalizadas cuatro personas, tres de ellas en este mismo centro: una mujer de 62 años en estado grave; una de 43 con pronóstico igualmente grave y un hombre de 48 años con pronóstico reservado. En el General de València continúa ingresada una mujer de 30 años que sufrió una fractura de tobillo, según la última actualización de la Conselleria de Sanidad del pasado viernes.