“Las familias de los retenidos en Singapur queremos comunicar que las autoridades de Singapur han procedido a la devolución de los pasaportes de la pareja y regresarán a València en el primer vuelo disponible. Finalmente ha quedado todo en una amonestación”.
Familiares de la pareja de aficionados del Valencia CF retenidos desde el pasado viernes 4 de octubre en Singapur tras protestar contra el máximo accionista del club, el magnate singapurense Peter Lim, se han pronunciado en estos términos en un comunicado.
Además, han agradecido “a todas aquellas personas e instituciones (Embajada de España en Singapur y Delegación de Gobierno en València)” que se han preocupado “realmente” por ellos y han lamentado “el ruido generado por otras” que ha retrasado, “por intereses personales, la resolución de esta pesadilla”.
La familia ha añadido: “Agradeciendo nuevamente a todos los que nos han hecho llegar su apoyo estos días, nuestra petición en estos momentos es que respetéis la intimidad de la familia para poder volver a la tranquilidad y recuperar la normalidad del día a día”.
Como informó elDiario,es, el aficionado Daniel Cuesta se encontraba de luna de miel con su mujer en Singapur. El jueves 3 de octubre difundió en sus redes sociales unas fotos vídeos suyos posando con una bandera con la leyenda 'Lim go home' frente a un edificio que propiedad supuestamente de Lim y poniendo una pegatina de pequeñas dimensiones con el lema 'Lim out' en la puerta del inmueble.
Al día siguiente, es decir, el viernes 4 de octubre, Cuesta y su pareja tenían previsto viajar de Singapur a Bali para proseguir con su luna de miel. Sin embargo, según avanzó el periodista Héctor Gómez, director de Tribuna Deportiva, en el aeropuerto de Singapur fueron retenidos y trasladados a un hotel a la espera de prestar declaración. A ambos se les retiró el pasaporte.
Según el diario local StraitsTimes, uno de los de mayor difusión en el país asiático, las autoridades investigaban una posible vulneración del artículo 16.2 de la Public Order Act que sanciona reuniones para las cuales no se haya concedido permiso con una multa no superior a 3.000 dólares singapurenses (unos 2.100 euros), considerando como tales cualquier marcha de dos o más personas que circulen para demostrar apoyo u oposición a las opiniones o acciones de cualquier persona o para dar publicidad a una causa o campaña. Sin embargo, en este caso todo ha quedado en una amonestación sin multa económica.
En abril de 2009, Aministía Internacional cuestionó el endurecimiento de esta normativa al considerar que restringía “aún más el derecho de reunión pacífica” y aumentaba “los poderes de los órganos encargados de la seguridad pública en detrimento de las salvaguardias adecuadas para impedir los abusos”.