València sancionará con hasta 3.000 euros el acoso sexual callejero, además de las actitudes xenófobas y sexistas

La nueva ordenanza de convivencia actuará en aquellas situaciones punibles que se escapan al ámbito judicial. Tiene un marcado carácter preventivo y pretende ser útil en temas como el racismo, la xenofobia y la diversidad. En este tipo de acciones la ordenanza recoge sanciones que pueden llegar hasta los 3.000 euros.

Esta es la principal novedad del borrador de la nueva ordenanza de Convivencia (texto completo al final de la información) que presentó este jueves el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano, que también incide de manera especial en la mediación, “porque creemos en la mediación como forma de afrontar los conflictos, ya que, especialmente durante la pandemia, la mediación ha demostrado ser un arma muy efectiva, que ha resuelto de manera favorable entre el 70% y el 80% de los conflictos en los que se ha utilizado esta vía”, afirmó Cano.

La normativa, que aún debe pasar varios trámies antes de su aprobación definitiva, va a permitir a la Policía Local denunciar a las personas que generen problemas de convivencia en la calle.

El concejal destacó, “que se va a convertir en una herramienta muy útil para acabar con los problemas de convivencia que genera el botellón”. Según Cano “podíamos haber cogido el camino fácil y haber establecido sanciones que no iban a tener ningún recorrido legal, pero queríamos que esta ordenanza fuese una herramienta útil para la Policía Local y otros servicios del Ayuntamiento, para poder sancionar de manera efectiva estas acciones”.

La ordenanza prevé sancionar a quienes convoquen los botellones a través de redes sociales, y a quienes interrumpan el descanso de los vecinos. El texto establece, de hecho, que los agentes podrán sancionar “las actividades de ocio no autorizadas con actos de consumo de bebidas alcohólicas o no alcohólicas y otros productos como alimentos por grupos que alteren la pacífica convivencia ciudadana o el descanso de los vecinos”.

La nueva ordenanza de convivencia pretende que las sanciones relativas al botellón sean compatibles con el resto de normas autonómicas y estatales, por ello “no podíamos prohibir el consumo de alcohol en la calle, y hemos elegido la vía de las molestias y la convivencia. Hemos creado la herramienta que necesitamos para combatir el botellón”, subrayó Cano.

También actuará mediante la educación, la sensibilización y la información “porque la educación es un arma muy potente para modificar conductas” remarcó el concejal de Protección Ciudadana.

La ordenanza tiene un capítulo dedicado a los actos vandálicos, que introduce como novedad la posibilidad de sancionar a quienes dificulten el trabajo a los servicios de emergencia, o a quienes utilicen las instalaciones deportivas fuera de los horarios establecidos por la Fundación Deportiva Municipal, un asunto que en palabras del concejal “genera molestias a los vecinos, que queremos atajar”.

La ordenanza también tiene un apartado dedicado a las sanciones por realizar las necesidades fisiológicas en la calle, con infracciones de hasta 750 euros, y otro dedicado a las deposiciones y micciones de las mascotas en la calle, con sanciones del mismo importe.

Otra de las novedades consiste en la protección contra el acoso callejero que sufren las mujeres. Faltas que aunque no tengan la consideración de delito, a través de esta ordenanza se podrán catalogar como falta muy grave, y podrán acarrear una sanción de hasta 3.000 euros.

En concreto, según el texto, “queda prohibido el acoso callejero, entendido como prácticas ejercidas por una o varias personas, con acciones tales como gestos, comentarios, sonidos, insinuaciones o similares, las cuales implican connotaciones sexuales producidas en espacios públicos o privados que generan malestar en las personas que lo padecen, al equipararse como meros objetos sexuales”.

En cuanto al articulado sobre la dignididad de las personas, la ordenanza establece “queda prohibida en el espacio público, así como en los medios de transporte públicos toda conducta de menosprecio a la dignidad de las personas, así como cualquier comportamiento discriminatorio, sea de contenido xenófobo, racista, sexista u homófobo, o de cualquier otra condición o circunstancia personal o social, de hecho, por escrito o de palabra, mediante insultos, burlas, mofas, molestias intencionadas, coacción psíquica o física, agresiones u otras conductas”.

Mendicidad y aparcacoches

La normativa también regula actividades relacionadas con la mendicidad, aunque desde un punto de vista más social que sancionador. En concreto, prohíbe “aquellas conductas que, bajo la apariencia de mendicidad, representen actitudes insistentes o intrusivas”.

Se prohíbe también “la realización en el espacio público de actividades de cualquier tipo cuando obstruyan el paso en la acera o calzada, especialmente cuando dificulte el tráfico rodado por la vía pública, pongan en peligro la seguridad de las personas o bienes que impidan de manera ostensible y manifiesta el libre tránsito de las personas”.

Queda igualmente prohibida “la venta de bienes u ofrecimiento de prestación de servicios no demandados, como, por ejemplo, la limpieza de parabrisas, actuaciones circenses, venta de productos, etc”.

También “la petición de dinero u otras prestaciones a cambio de realizar labores de aparcacoches, especialmente cuando esta actuación se produzca en zonas con limitación temporal de aparcamiento mediante parquímetros.

En todos los supuestos, “antes de imponer la sanción, se procederá a requerir a la persona para que abandone la actividad molesta, salvo que el hecho intrusivo, al ser coactivo o amenazante sea constitutivo de infracción penal”.

Los agentes de la autoridad contactarán “con los servicios sociales al efecto de que sean estos los que orienten a aquellas personas que ejercen la mendicidad a los recursos asistenciales, con la finalidad de asistirlas de manera inmediata”.

El Ayuntamiento adoptará “todas las medidas sociales a su alcance con la finalidad de apoyar y auxiliar a las personas que se encuentran en situación de exclusión, y, por ello, se ven abocados a ejercer la mendicidad”. De igual forma, “el Ayuntamiento adoptará firmemente todas las medidas a su alcance para erradicar el fenómeno de las modalidades encubiertas de mendicidad agresiva, intrusiva u organizada en cualquiera de sus formas en la ciudad”.