La asociación vecinal Amics de la Malva-rosa se ha manifestado este lunes desde la plaza de María Carbonell “por el derecho a vivir en un barrio digno, habitable y sin la mafia de la droga”. La protesta, a su vez, conmemora el 33 aniversario de las cargas policiales en el barrio, tras la primera gran manifestación vecinal contra el mercado de la droga de las Casitas Rosas, que acabó con 35 heridos.
El portavoz de la entidad, Agustín Abarca, ha justificado la protesta en que desde el pasado mes de enero no se ha reunido la mesa interconcejalías del equipo de Gobierno del PP y de Vox para haber un seguimiento del estado de las medidas acordadas para hacer frente al problema de la seguridad en el barrio y la falta de infraestructuras.
Según Abarca, el pasado mes de septiembre hubo un encuentro con el concejal de Urbanismo, Juan Giner, pero se trató de un monográfico sobre la marcha de la reurbanización de la Avenida Malvarrosa: “Los temas de seguridad y tráfico de drogas los tenemos que tratar en la reunión interconcejalías que sigue pendiente de que nos digan para cuándo. Solo hubo una en enero y debería haber tenido continuidad después de fallas pero sigue pendiente de convocar”.
El portavoz vecinal ha comentado que “el mercado de la droga sigue existiendo no hay un plan integral para las Casitas Rosas, por ese este lunes 7 de octubre, desde la calle reivindicamos que es necesario redactar un plan especial para la Malva-rosa y establecer un calendario para la construcción de un centro cívico con biblioteca; es imprescindible echarle coraje político para acabar con el tráfico de drogas y liberar a este barrio del estigma que padece y por eso reivindicamos en la calle lo que se nos niega en los despachos”.
Abarca ha asegurado tras la movilización que espera que el equipo de Gobierno les cite en breve y ha lamentado que en los últimos meses han notado que se ha reducido la dotación policial tanto de la Policía Local, que depende del Ayuntamiento, como de la Nacional, que depende de la Delegación del Gobierno de la socialista Pilar Bernabé: “Entre los vecinos reina el escepticismo porque son 30 años de promesas y los problemas persisten. A nivel de seguridad se ha olvidado la prevención, solo hay agentes en momento puntuales porque hay algún problema o alguna operación. A nivel de policía de barrio, antes teníamos cuatro agentes y ahora solo dos para todo el distrito que patrullan en coche”.