El debate político y social sobre la polémica ampliación norte del Puerto de València ha subido un escalón y ya no se centra exclusivamente en la conveniencia de realizar una nueva Declaración de Impacto de Ambiental (DIA), tras el controvertido informe de Puertos del Estado en el que deriva toda responsabilidad al respecto a la Autoridad Portuaria de Valencia (APV).
Para diferentes partidos políticos y organizaciones ciudadanas esta ya no es la cuestión de fondo y han dado un paso más al pedir abiertamente que se analice seriamente la posibilidad de desmontar los diques de abrigo construidos entre los años 2008 y 2012, en cuyo interior se proyectó la nueva terminal de contenedores, teniendo en cuenta la erosión que han causado en las playas del Parque Natural de la Albufera. Según un estudio de la Universidad Politécnica, entre los años 2015 y 2020 esta línea de costa ha perdido 400.000 metros cúbicos de arena y hasta 10 metros de anchura.
En esta línea se pronunció este miércoles la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, quien afirmó que “hay que empezar a pensar en deconstruir el espigón ya construido, que está afectando muchísimo a las playas del sur de Valencia y a la Albufera”.
Oltra se reafirmó “en contra de la ampliación” y la calificó como un “desprósito” al tiempo que consideró que el Botànic “está haciendo las cosas bien poniendo en el centro a las personas” y por este motivo “no se puede dejar como legado uno de los mayores errores catastróficos que se cometerían si se hace la ampliación”. La vicepresidenta insistió en que en esta ampliación “está en juego que desaparezcan las playas del sur o La Albufera”.
“No está en juego una DIA o no, sino caminar hacia la lucha emergencia climática y los modelos sostenibles o, por el contrario, seguir hablando de la problemática del colapso ecológico y que nuestros hijos tengan una vida en este planeta”, comentó Oltra, quien defendió tener la obligación “política, moral e intergeneracional” de dejar un planeta “como mínimo como nos lo dejaron”.
Oltra verbaliza así públicamente la línea expresada por su partido y se suma a las reivindicaciones planteadas en la misma línea, es decir, a favor del desmontaje de los diques de abrigo, por Podem y por la Federació d'Associacions Veïnals.
El síndic de Compromís en las Corts Valencianes, Fran Ferri, aseguró que su formación no dejará de lado la lucha para evitar la “ampliación monstruosa del puerto de València” y advirtió de que agotarán “todas las vías necesarias”, empezando por la parlamentaria, y abogó por paralizar la ampliación y por que los puestos de trabajo que iba a generar esta actuación se generen “quitando esa parte que ya estaba construida de la ampliación y que está afectando tanto a las playas del sur”, es decir, los diques de abrigo.
El Consejo de Círculos de Podem València, por su parte, acordó sumarse a la vía judicial contra la ampliación del Puerto y revertirlo a la situación de 2008 con el desmontaje de los diques de abrigo y contradique “de tal forma que la afectación a las playas del sur sea la menor posible y se facilite su recuperación”.
Por su parte, la Federació D’associacions Veïnals de València exigió este martes la paralización del proceso de adjudicación de la concesión para la construcción y gestión de la nueva terminal norte del Puerto de València y ha solicitado la apertura de un debate serio en el que tengan voz todos los agentes implicados con el objetivo de analizar la posibilidad de desmontar los actuales diques de abrigo que tanto daño han hecho y siguen haciendo a las playas del parque natural de la Albufera para reutilizarlos en una posible ampliación del Puerto de Sagunto que satisfaga las necesidades de espacio a largo de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) a largo plazo.
Además, la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà (Compromís), insistió este miércoles en que la ampliación “no es sostenible” y reclamó el proyecto definitivo con las modificaciones introducidas remitido a Puertos del Estado, el cual aún no se ha hecho público: “Esto ya no es cuestión de la DIA porque la DIA de 2007 ha quedado superada por el cambio climático y sobrepasada por la realidad porque no ha servido para proteger las playas del sur”.
También el vicepresidente del Grupo Popular Europeo Esteban Gonzáliz Pons, que dio luz verde al proyecto como conseller de Territorio en los años 2006 y 2007, se opuso a la ampliación al advertir de que el Puerto de Rotterdam, el primero de Europa en mercancías, “crea trabajos (ni tantos ni desde luego de alta cualificación), pero por su causa kilómetros y kilómetros de costa son sacrificados”.
El desmontaje de los diques, técnicamente viable y más sostenible que la ampliación
Para recuperar las playas del sur, sería imprescindible desmantelar los diques de abrigo cuyas obras finalizaron en el año 2012 con un coste de 203 millones de euros, de los que 74 fueron aportados por la Unión Europea.
Sin embargo, es poco probable que Bruselas sancionara al Puerto por eliminar los diques, puesto que se trataría de una actuación con un claro componente ecológico. Además, una vez pasan más de cinco años de una inversión cofinanciada, la infraestructura es susceptible de alteraciones, tal y como argumentó Europa en el caso del puente giratorio del Puerto.
De hecho, el propio anteproyecto de ampliación aprobado en 2018 contempla la retirada del contradique construido, el cual según el puerto, “se desmonta y las piezas se pueden reutilizar en otra zona”.
Por tanto, la retirada de la totalidad de los diques sería perfectamente factible asumiento esos 203 millones de euros más el coste de la obra de desmontaje, pero recuperando a cambio las playas del sur y eiminando cualquier riesgo futuro para la Albufera.
Por contra, seguir adelante con la ampliación norte supondría, solo en dinero público, 400 millones en la construcción de los nuevos muelles de contenedores y un mínimo de otros 400 millones en el acceso norte mediante un túnel submarino, que el Puerto considera imprescindible para evitar un colapso en la V-30, actual acceso para camiones.
Además, cada cierto tiempo habría que acometer una inversión de 28 millones de euros en aportaciones de arena para evitar la desaparición de las playas del sur y poner riesgo la Albufera, tal y como reconoce el proyecto que está en fase de respuesta de alegaciones del Ministerio de Transición ecológica.