Los vecinos del otro edificio levantado en València por la promotora Fbex: “Tenemos más miedo que nunca”

Lucas Marco

València —
23 de febrero de 2024 22:23 h

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Benjamín, un jubilado con gorra y chandal que vive en el edificio de 20 alturas a la entrada de Mislata, llegó este jueves a su casa y se encontró a su mujer llorando mientras contemplaba el incendio que arrasó un complejo de viviendas del barrio de Campanar, al otro lado del jardín del antiguo cauce del río Turia. “El humo era negro, se veía un aspecto horrible”, recuerda el hombre.

El edificio al que volvía este viernes de dar una vuelta y hacer unas compras fue construido por la misma promotora que levantó el complejo incendiado que se ha cobrado diez víctimas mortales. Se trata de Fbex, una empresa propiedad de Juan Parada Henares que creció al ritmo de la burbuja inmobiliaria y acabó liquidada con una deuda de más de 500 millones de euros.

Los vecinos del edificio de Mislata, situado en la calle de Ernesto Che Guevara de la localidad y con espectaculares vistas al Parque de Cabecera, están muy preocupados. En el grupo de WhatsApp de la comunidad llevan todo el día compartiendo información sobre los materiales de la fachada.

El video de la promotora que publicitaba las 162 viviendas, con piscina y gimnasio comunitarios, 'vendía' el proyecto como un “edificio vanguardista de gran gusto arquitectónico y muy singular”, con dos torres “acristaladas” y “revestidas de alucobond” y con “acabados de calidad”.

La publicidad es calcada a la del edificio incendiado y sostiene que Fbex prestaba la “máxima rigurosidad tanto en materiales de construcción como en todo el proceso de edificación”, supervisado por “equipos de profesionales”.

La firma, tal como reconoce en sus últimas cuentas anuales, sufrió un “colapso financiero” al calor del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. El activo de Mislata pasó a manos de ImmoCaixa, una filial inmobiliaria participada por la Fundación La Caixa. “Esta gente está invirtiendo lo mínimo”, afirmaba este viernes un matrimonio de jubilados venezolanos que vive en el edificio desde hace apenas unos días.

A., otro vecino del edificio, también vio el incendio desde su casa. “Lo vi empezar, fue impresionante”, recuerda a la entrada del complejo. El hombre asegura que están consultando con el administrador sobre los materiales de la fachada. Precisamente, este viernes varios operarios cambiaban los listones de madera de los techos de las terrazas por las “fugas de agua” que acabaron pudriendo el material.

A. afirma que la comunidad ha sufrido “mil historias y problemas” y critica la nueva cláusula impuesta por la propietaria del edificio que obliga a los arrendatarios a asumir los gastos de mantenimiento y reparación de la vivienda, según figura en el contrato de arrendamiento.

La inmensa mayoría de los residente están alquilados. Además, varios vecinos consultados por este diario lamentan que se ha reducido el servicio de conserjería, que antes cubría las 24 horas, y destacan el papel de los porteros en caso de emergencia.

Fuentes de la Fundación La Caixa, cuya filial cuenta con una cartera de activos inmobiliarios en toda España, aseguran que la entidad está recabando información sobre los materiales del edificio y defienden que no tenían ninguna queja en relación al complejo de Mislata. elDiario.es también ha intentado en repetidas ocasiones, sin éxito, contactar con el antiguo propietario de Fbex a través de un teléfono a nombre de una de las mercantiles en la que aún figura como consejero delegado.

“Esta promoción se alquiló enseguida, se supone que era lo máximo y se quedó por acabar”, sostiene A. Miguel Domínguez, vecino desde hace ocho años de la finca, coincide: “Esto lo acabó el banco, por eso las calidades no fueron las mejores”. Domínguez también presenció el terrible incendio del barrio de Campanar desde su terraza y captó las fotografías que ilustran esta información.

Benjamín manifiesta que la obra se terminó “de forma muy rápida para poder obtener más beneficios y muchas cosas se quedaron a medias”. “Todo esto no fue terminado correctamente y hubo muchas prisas por quitarse de encima el problema”, dice el hombre.

Además, recuerda que las alarmas antiincendios han permanecido apagadas esta semana debido, según explica, a que saltaban sin motivo y molestaban a los vecinos. “Como había pitidos que molestaban a los vecinos decidieron apagar el sistema antiincendios”, afirma en la entrada del edificio orientada hacia el Parque de Cabecera.

Benjamín siente “mucho dolor y mucha pena” por el monstruoso incendio del barrio de Campanar. “Ahora tenemos más miedo que nunca”, concluye antes de acceder a la portería con la bolsa de la compra.

Más información sobre el incendio:

Fotogalería, el incendio en imágenes

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