Sonia Castedo cedió ante la “línea roja” de Fabra y adelantó que no sería candidata a la alcaldía de Alicante, en las municipales de 2015 por parte del Partido Popular. Pero le quedaba el último cartucho, dimitir, como dijo refiriéndose a sí misma, “lo hará cuando le apetezca, cuando ella lo decida y sin avisar”. Y lo ha hecho, no en el último pleno de 2014, sino al día siguiente, el día de su 44 cumpleaños.
Castedo ha tomado la decisión después de meses de presiones por parte del Partido Popular, que, día tras día, ha tenido que escuchar y leer en los medios las “vergonzantes conversaciones” – así las calificó Alberto Fabra –, entre la propia alcaldesa y “su amigo íntimo”, Enrique Ortiz, y que le ha valido las imputaciones por presuntas irregularidades urbanísticas en favor del promotor alicantino, en las piezas separadas del Caso Brugal, que hacen referencia al Plan General de Alicante y a Rabasa. Se les acusa de los delitos de revelación de información privilegiada, tráfico de influencias, prevaricación y cohecho.
Desde el grupo municipal Popular, apoyo sin fisuras por parte de su núcleo duro: Andrés Llorens, Marta García Romeu, Juan Seva y María Ángeles Goitia. Del resto, algunos más afines que otros, la defienden públicamente. El concejal de Medioambiente, Luis Barcala, dice que se siente orgulloso “de haber formado parte de su equipo”. Afirma que es “la mejor alcaldesa que Alicante podía tener”, a lo que ha añadido “espero que la renuncia sea provisional y podamos recuperar a Sonia para la ciudad y la alcaldía de Alicante”.
Ahora, comienza una carrera en la que están situados en la línea de salida, la alicantina y consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, el director de la Cámara de Comercio, Carlos Mazón o el concejal de Empleo, Carlos Castillo. Pero por especular que no quede. Esta mañana saltaba el nombre de presidente provincial del partido, José Ciscar, como posible cabeza de lista a la alcaldía de Alicante. Por cierto que al también vicepresidente del Consell, la dimisión de la alcaldesa le ha pillado por sorpresa, después de haber sido preguntado por ella en un desayuno de Navidad con los medios y decir que “todo sigue igual”.