La Torre Miramar, que se ubica en una superficie de 7.200 metros cuadrados en la entrada norte de la ciudad de Valencia, se convertirá en un espacio bioclimático destinado a la cultura urbana.
El Ayuntamiento de Valencia contempla dotar al espacio de fuentes de agua potable y generadores de energía con pérgolas solares para recarga de vehículos eléctricos o dispositivos móviles.
Además, se ajardinará la superficie y se instalarán zonas de sombra vegetal y un jardín vertical de 45 metros en la cara norte de la torre. El concejal de Emergencia Climática y Transición Energética, Alejandro Ramon, ha afirmado que “la Torre Miramar se encuentra en un espacio estratégico y se debe consolidar como un hito arquitectónico, bioclimático y sostenible, imagen de una Valencia que ya es capital verde europea y que tiene el compromiso de ser ciudad neutra en emisiones de CO2 en 2030”.
Para Alejandro Ramon, “la Torre Miramar se encuentra en una zona universitaria, cerca de los campus de la Universidad Politécnica y de la Universidad de Valencia, y en un punto que la convierte en imagen y puerta de la ciudad para todos los que llegan por la autopista de Barcelona”. Por eso, según el concejal, “queremos dignificarla y transformarla en un elemento para el disfrute de la ciudadanía y un emblema urbano de referencia. El objetivo es convertirlo en un nuevo espacio verde, bioclimático y sostenible”.
El concejal ha recordado que “la Torre Miramar costó en su momento 26 millones del erario público, estuvo abandonada durante más de una década. Era un ejemplo de mala gestión y despilfarro que ahora revertiremos para ponerla al servicio de la ciudadanía y transformarla en un emblema de la Valencia que queremos”.
El proyecto
El proyecto municipal transformará este espacio urbano con la instalación de placas solares fotovoltaicas y pérgolas de sombra con revestimiento vegetal. En la fachada con orientación norte se instalará un jardín vertical y la fachada con orientación sur se cubrirá con acabado de vidrio fotovoltaico para la producción de energía solar. Además, se instalarán fuentes de agua potable.
Por otra parte, la rotonda se convertirá en un espacio para la práctica de deportes urbanos como el skate, la calistenia, el patinaje o el parkour y una zona para las expresiones artísticas ligadas a la música, la danza o las artes plásticas.
La Junta de Gobierno Local aprobó en diciembre de 2021 la recepción del complejo. En 2023 se ejecutará la primera fase del proyecto, con una inversión de 250.000 euros. La remodelación integral del espacio está presupuestada en 1.300.000 euros.