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Ximo Puig, Mónica Oltra y el 'juego de la gallina'

Cuando en la noche del pasado domingo 24 de mayo se conocieron los resultados definitivos del escrutinio de las elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana, con un claro triunfo de las fuerzas de izquierdas frente a la debacle del PP valenciano y el insuficiente ascenso de Ciudadanos, todo el mundo daba por sentado que se iba a producir un cambio en la Generalitat y que ese cambio pasaba por un gobierno formado por PSPV y Compromís con el apoyo -desde dentro o externo- de Podemos.

Tanto en la noche electoral como al día siguiente se podía ver a unos exultantes Ximo Puig y Mónica Oltra, el primero ya se veía como jefe del Consell por una cuestión aritmética -los socialistas fueron lo más votados entre los tres partidos de izquierdas- y la segunda porque Compromís se había erigido en la gran sorpresa, al situarse como tercera fuerza con 19 diputados, una cifra muy superior a la que le otorgaban todos los sondeos.

Es más, Puig se mostró muy convencido al asegurar que “lo lógico” era que Ribó fuera alcalde de Valencia (con el apoyo del PSPV) -cosa que ya está clara tras el acuerdo anunciado entre Joan Ribó y Joan Calabuig- y que él fuera el presidente del Gobierno valenciano con el apoyo de Compromís.

Sin embargo, las negociaciones no iban a ser nada sencillas, como está quedando demostrado. El primer elemento de discordia es la Presidencia de la Generalitat, un cargo que Compromís no está dispuesto a 'regalarle' a Ximo Puig, ya que, como ha comentado en diversas ocasiones Mónica Oltra, ella se ve legitimada para aspirar a la jefatura del Consell. Además, esa postura cobra fuerza con el apoyo de Podemos, que siempre ha visto con buenos ojos la figura de la candidata de Compromís como presidenta.

En este contexto se enmarca el encuentro secreto mantenido entre Oltra y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en Madrid. Iglesias nunca ha escondido sus preferencias. Es más, incluso le transmitió al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que nunca entrarán en un gobierno encabezado por un socialista y que ellos van a “trabajar” para que Mónica Oltra sea la próxima presidenta del Gobierno valenciano.

Factor Ciudadanos

Desde hace unos días se están produciendo encuentros a tres bandas entre representantes de PSPV, Compromís y Podemos con el objetivo de acercar posturas de cara a intentar alcanzar un acuerdo de gobierno para la Generalitat Valenciana. Sin embargo, en este tiempo también se han producido reuniones bilaterales para estudiar otras posibilidades, unas entrevistas que han tenido a un protagonista inesperado, Carolina Punset y Ciudadanos.

Ante las reticencias de Compromís a concederle la presidencia a Ximo Puig, los socialistas decidieron evaluar otras opciones que podrían pasar por conseguir el apoyo de la formación de Albert Rivera para la investidura -el 11 de junio se constituyen Les Corts y el siguiente paso será la elección del jefe del Consell-. En esta línea, el propio líder socialista ha deslizado en más de una ocasión que no descartaba el acuerdo con Ciudadanos si los nacionalistas no se decidían.

No obstante, el partido de Punset ha descartado esta alternativa después de que el PSPV y Compromís acordaran este viernes favorecer el nombramiento del candidato valencianista, Joan Ribó, como próximo alcalde de Valencia. Tanto Punset como el secretario general de Ciudadanos, Matías Alonso, ya habían advertido a Puig ante posibles pactos de gobierno con los “pancatalanistas” de Compromís.

¿Condenados a entenderse?

Así las cosas, PSPV y Compromís, Ximo Puig y Mónica Oltra, parecen condenados a entenderse. Ambos partidos vendieron en campaña -desde mucho antes, incluso- la necesidad de un cambio de gobierno en la Comunitat Valenciana para apartar al Partido Popular de las instituciones tras veinte años al frente del Consell, y los dos son conscientes de que un acuerdo entre ambos -con Podemos dentro o fuera del Consell, pero apoyando la investidura- haría posible ese golpe de timón.

Sin embargo, de momento parece que socialistas y valencianistas están jugando al 'juego de la gallina', aquél en el que dos conductores circulan en sentidos opuestos y pierde el primero que se aparta. Ahora falta por saber si uno de los dos (Oltra o Puig) se apartará -cediendo en el tema de la Presidencia- o si no lo hará ninguno y nos veremos abocados a una nueva convocatoria electoral. Próxima parada, la constitución de Les Corts, el 11 de junio.