Los actos políticos del pasado 9 d'Octubre en València tuvieron lamentablemente unos protagonistas nada habituales. El grupo de aficionados de extrema derecha del València CF, Ultras Yomus. Reconocidos miembros de este colectivo participaron en la procesión cívica matutina organizada por el ayuntamiento con su pancarta oficial y profiriendo insultos a cargos públicos. Por la tarde, lideraron las agresiones a manifestantes y periodistas en la manifestación vespertina de las fuerzas de izquierda, obligando a la marcha a cambiar su itinerario. La policía nacional ya tiene identificados a varios de estos integrantes como causantes los actos violentos, que en algunos casos tienen antecedentes policiales y penales. La Delegación del Gobierno entregará esta documentación a la Fiscalía para que actúe.
¿Qué hacen unos aficionados al fútbol en actos políticos y atacando manifestaciones que reivindican el valenciano o por la independencia? Desde los años 90, miembros de Ultras Yomus han participado en actos políticos de los partidos y grupúsculos de la extrema derecha valenciana. Incluso integrantes del grupo radical han sido condenados por atacar a activistas de izquierda o antifascistas. Es el caso de Pedro Cuevas, autor del asesinato del joven de Burjassot Guillem Agulló en 1993, o de Joan Josep Martínez y Sergio Ochando, condenados por apuñalar a un joven en 2008. La propia peña se considera defensora de la ideología de extrema derecha y en no pocas ocasiones reivindican el asesinato a Agulló con cánticos en las gradas de Mestalla o en los desplazamientos del equipo como visitante.
Pero el pasado lunes la peña radical acudió oficialmente y con pancarta propia a la procesión cívica que homenajea a la “Real Senyera”. Ya no se escondieron de manera individual tras las banderas de partidos ultraderechistas como España 2000 o la extinta Coalición Valenciana, sino que actuaron con su propia visibilidad. Como un ente propio. Unos 400 ultras de la peña radical participaron en el acto cívico en el que aprovecharon, entre cántico y cántico sobre el València CF, para insultar a los participantes de Compromís y Podemos en la manifestación. Cuando sonó el himno de España realizaron saludos fascistas y cánticos de “Sieg Heil”, “eterna victoria”, frase entonada por los nazis durante el Tercer Reich. Todo en la plaza del Ayuntamiento de València y ante miles de ciudadanos que seguían los actos oficiales.
Por la tarde, algunos de sus miembros y líderes, como Vicent Estruch “Alfarrasí” o Néstor Franco, detenido en 2013 por pegar a unos jóvenes en unas jornadas por la lengua, protagonizaron las agresiones a participantes de la marcha independentista y a varios periodistas. El propio Estruch hace referencia en su Twitter a esta acción investigada ya por la policía: “Joder con los antisistema ”fuck police“ y se llevan 4 varazos y parece que los allas (sic) muerto, cuando vengan los tiros que haran (sic)”.
En estas últimas semanas ha habido un rebrote en València de la extrema derecha al calor del proceso catalán y con los ultras Yomus como protagonistas. “La extrema derecha ha estado bastante desmovilizada en los últimos años, pero ahora se han visto legitimados por todo el clima de ultranacionalismo español”, asegura Miquel Ramos, periodista experto en la extrema derecha. Para Ramos, los radicales “han encontrado una excusa perfecta para atacar a sus víctimas favoritas en el País Valencià, que son los que ellos llaman catalanistas, aunque no son -apunta- sino todos aquellos que no comulgan con sus ideas”. El periodista explica que los actos violentos del pasado 9 d'Octubre “estaban perfectamente organizados” y que la actuación fue premeditada y estudiada.
El periodista es muy crítico con la actuación de la Delegación del Gobierno por no haber tomado medidas preventivas. De hecho, el propio Ramos y otros activistas expertos en este tipo de movimientos violentos ya habían alertado días antes de la manifestación de que existía un proceso de radicalización y movilización de estos grupos. “Encuentran amparo ideal en el discurso y la inacción del delegado de gobierno, que no hizo su trabajo”, explica, al tiempo que recuerda que los clubs de fútbol no toman medidas contra los ultras.
Los partidos de extrema derecha no consiguen pasar de la marginalidad. De hecho, en las elecciones no suelen superar los 10.000 votos en la Comunitat Valenciana y prácticamente no tienen representación institucional. Pero en València están intentando recuperar popularidad con la bandera del anticatalanismo, resucitada con el proceso independentista de Catalunya. Aunque pese a mantener este discurso, todavía siguen sin ser buen escaparate para captar a gente joven.
En cambio, en los estadios de fútbol la situación cambia. Puesto que es un ambiente al que muchos jóvenes acuden a divertirse. Bajo el paraguas de los grupos de animación del equipo y en concreto en la grada joven del València Club de Fútbol -bautizada como la Curva Nord Mario Alberto Kempes-, los Yomus se han vuelto a hacer fuertes y a incrementar su masa y visibilidad. Un cocktail peligroso, menores de 25 años pero dirigidos por los ultras de siempre, que en algunos casos superan los 40 años de edad.
Joan Cantarero, una de las voces que analizan la extrema derecha desde Valencia, considera que la extrema derecha nunca se ha ido de las calles. “No ha desaparecido, evoluciona y es menos nostálgica. Algunos abandonan la calle y se van al gran hervidero: los campos de fútbol”. Para el periodista, que lleva años analizando estos grupos, a los clubs de fútbol “les es útil” que acudan a sus gradas. “Es útil para su economía, atrae gente, forma parte del espectáculo” cuenta, a la vez que señala lo complicado que es para un club deshacerse de los ultras. Cantarero diferencia la extrema derecha ideológica de la callejera; piensan igual, pero actúan diferente. La extrema derecha existe, está organizada y está en los campos de fútbol.
Con la presencia de los Yomus en Mestalla intentó acabar la directiva del València CF durante la presidenta Layhoon Chan. Para ello, en la pasada temporada redujo la edad para poder entrar a la grada joven a los menores de 30 años. La medida terminó con un boicot absoluto de la Curva Nord al equipo al dejar de animar en los partidos como local. Miembros jóvenes de Yomus llegaron a instaurar una verdadera “dictadura del silencio” a otros aficionados a quienes amenazaban con agresiones si se decidían a animar. El nuevo presidente, Anil Murthy ha decidido levantar esta prohibición y esta semana, históricos líderes como Alfarrasí han recuperado sus pases para seguir accediendo a Mestalla. El club, ante las evidencias de que ultras de su equipo participaron en las agresiones del 9 d'Octubre ha asegurado que tomará medidas contra los identificados.
La policía nacional considera que no hay más de 200 “yomus” activos y que la mayoría están identificados, pero en los actos del 9 d'Octubre se aprecia que fueron alguno más, al menos los que acudieron al acto matutino en la plaza del Ayuntamiento. Las imágenes de estos días han demostrado que esta peña ultra se ha convertido en un catalizador de la violencia de la extrema derecha en València. Un verdadero brazo armado.