En general es un mito urbano que las plantas de albahaca o romero que compramos en tiestos en algunas grandes superficies estén ya muertas y las planten sin raíces para engañarnos. Lo que sucede es que no sabemos cuidarlas, y mira que solo precisan de un poco de humedad regular en la tierra y luz.
Con agua una vez por semana en invierno y dos o tres en verano, crecerán alegres y risueñas nuestras albahacas, sobre todo si están cerca de una ventana, ya que les gusta el sol directo. Otra cosa es que su crecimiento sea limitado, porque no les pongamos abono o bien porque no les cambiemos el tiesto.
Porque sí, hay que cambiarles el tiesto, ya que en realidad en el mismo nos venden juntas de seis a ocho plántulas que acabarán peleándose entre ellas por el espacio y morirán todas al final sin alcanzar su esplendor.
Pero del mismo modo que podemos procurarles un tiesto mayor, también podemos separar las plántulas y convertirlas en diversas nuevas plantas que en un futuro podremos replicar casi at infinitum para nuestras pizzas, nuestra burratta o nuestra salsa de pesto. ¿Quieres saber cómo? Solo tienes que mirar el siguiente vídeo.
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