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Así perdió la mujer su papel protagonista en el desarrollo de la cultura cervecera

Foto: Linda Silva

Linda Silva

Hablemos de las brujas. Hubo una época en la que pudieron expandirse libremente por todo el planeta y se dedicaron a dar de beber a la humanidad sus pócimas secretas. Los tiempos del libre mercado, el hambre, la sed y el agua envenenada, fueron el escenario de estas negociantas natas, que supieron usar la astucia para mantener el sustento de sus familias.

Existieron otras muchas mujeres, mucho antes, a las que no se les resistieron las bondades y los beneficios de la fermentación de cereales. Existieron las diosas, ampliamente respetadas como solo se puede valorar a un ser capaz de hacer magia con cuatro ingredientes, y fueron las manos de mujeres las primeras en tocar las ganancias producidas por lo que pasaría a ser un mercado sin precedentes. ¿Cuál fue el papel de la mujer el asentamiento de la cultura cervecera? Viajemos en el tiempo.

Ninkasi y Cleopatra. La divinidad y el ingenio

Fue en la antigua Mesopotamia donde se encontraron las primeras evidencias de la elaboración de cerveza, y su culto se centró en torno a la diosa Ninkasi, respetada por haber traído la cerveza a la tierra mortal y haber enseñado a las mujeres su elaboración. Ya por el año 1800 A.C. se rendía homenaje a esta deidad sumeria a la que se le dedicaron poemas, canciones y, cómo no, las primeras recetas de cerveza de la historia de la Humanidad.

Las mujeres que sabían elaborar esta bebida gozaban de prestigio y un estatus social que les permitía en algunos casos una cierta independencia económica. Los egipcios, por su parte, tenían como divina representante de la cerveza a Sekhmet, hija del dios del sol Ra. Pero fue Cleopatra la responsable de hacer de la cerveza un asunto de Estado, y con clara visión mercantil, no dudó en establecer un impuesto sobre la cerveza, cuya recaudación se destinó a financiar sus planes bélicos de manera estable.

A pesar de las guerras y las crisis que experimentó Egipto durante la última fase del reinado de la faraona, el único gran reproche por parte de su pueblo fue el malestar generado cuando tuvieron que empezar a pagar para poder beber.

Las brujas de la cerveza. ¿De dónde viene el mito?

Varios siglos después, allá por la Edad Media, la elaboración de cerveza seguía siendo un asunto de mujeres. Lo cierto es que se trataba de una actividad a la que se dedicaban con total normalidad como parte de sus quehaceres del hogar, y la cerveza se consideraba un alimento más y un tema de salud, pues, habitualmente contaminada e insalubre.

Este preparado casero con frecuencia tenía un porcentaje de merma, y las mujeres la vendían para contribuir al sustento de la familia o bien para su propia supervivencia ante la adversidad. Pero, ¿cómo se convierte una simple ama de casa en bruja? Gurús del marketing, la estrategia de venta se inventó mucho antes de lo que imagináis.

Visualicemos sombreros puntiagudos para destacar en los mercados por encima del resto de vendedores y compradores, grandes calderos donde almacenar la refrescante y alimenticia pócima, escobas en las puertas de las casas a modo de aviso de que había cerveza lista, gatos y más gatos para espantar a las ratas que intentan comerse los ingredientes base, y estrellas de 6 puntas para indicar la calidad de la cerveza. La bruja es más que real.

La inquisición no tardó en pensar que una mujer con el poder y el conocimiento sobre cómo usar plantas, hierbas y cereales para crear semejante bebida nutritiva y deliciosa, podía sólo dedicarse a la magia negra y ser por tanto peligrosa. Los problemas no tardaron en llegar, y las persecuciones y los asesinatos empezaron a resquebrajar la economía de las cerveceras.

¿Qué pasó para que la cerveza se convirtiera en una bebida de hombres?

El monopolio de la cerveza fue casi exclusivo de las mujeres en el norte de Europa hasta los tiempos del feudalismo, la cacería de brujas por parte de la iglesia y la reestructuración de la sociedad, en la que se establecen unos roles muy específicos para hombres y mujeres. Surgen además nuevos impuestos sobre la cerveza y normativas específicas sobre cómo elaborarla.

A medida que el mercado se hacía más grande y técnico, la economía cervecera empezó a pasar a manos de los hombres y la lucha contra los bares clandestinos regentados por mujeres llegó a manos del gobierno. Ya en la era de la Revolución Industrial, con la aparición de los primeros sindicatos, la cerveza ya se había convertido en una bebida hecha por hombres y para hombres, y los pequeños lotes caseros volvieron a un ámbito familiar cada vez más reducido.

Mirando al pasado y tejiendo el presente

El recorrido hasta los tiempos actuales sigue sin ser fácil para la mujer en el sector de la cerveza, teniendo en cuenta que la lucha por dominar una bebida tan ligada a nuestra historia es en ocasiones una cuestión política. La historia del papel de la mujer en el patrimonio cultural cervecero es extensa y llena de altibajos.

No ha sido hasta hace relativamente poco cuando se ha vuelto a echar la vista atrás para recuperarla. El papel del trabajo femenino ha experimentado un resurgir venido de la mano de la lucha por los derechos femeninos, y cada vez es más común volver a encontrar maestras cerveceras, así como expertas en otros campos del mercado cervecero como el control de calidad, las finanzas, la cata o la asesoría.

Asociaciones como Pink Boots Society, fundada por la maestra cervecera Teri Fahrendorf, tienen como objetivo fomentar la formación profesional de las mujeres en sector de la cerveza a nivel internacional. Actualmente la asociación cuenta con delegaciones en varios países, y crea seminarios y eventos dedicados a la educación y el networking.

La nueva era no ha hecho más que empezar, y es importante buscar en el pasado los orígenes del trabajo de preservación de la cultura de la cerveza por parte de las primeras elaboradoras. Gracias, brujas del mundo, por haberlo hecho posible.

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