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Un viaje a Alemania en invierno parece una mala idea por el clima, pero además de los mercados de Navidad y el vino caliente hay otro posible atractivo: no se pasa frío en interiores.
Cuando se cierra una puerta o una ventana en una casa en Alemania casi se puede oír la succión producida por el efecto de sellado térmico y acústico. No es de extrañar, porque este país tiene algunas de las casas más eficientes energéticamente de Europa.
La empresa de termostatos inteligentes Tado realizó un estudio comparando el aislamiento térmico de las casas en distintos países europeos con una muestra de 80.000 hogares.
La prueba consistía en medir la pérdida de temperatura de una casa al cabo de cinco horas de apagar la calefacción, con 20ºC en el interior y 0ºC en el exterior. En Alemania, la pérdida tras cinco horas fue 1ºC de media, pero ganó Noruega, donde las casas solo perdieron 0,9ºC. Otros países bien aislados son Austria, Suecia y Dinamarca, con una pérdida de 1,2ºC, y algo más en Italia, con 1,5ºC.
La sorpresa es que las casas en España no son las que salen peor paradas. En el estudio, las viviendas de la muestra perdieron de media 2,2ºC, más del doble que los ganadores, pero menos que las casas en los Países Bajos (2,4ºC), Francia (2,5ºC), Bélgica (2,9ºC) y el Reino Unido, que está a la cola con una pérdida de temperatura de 3ºC.
El aislamiento y el valor de la vivienda
El aislamiento y la eficiencia energética de una casa no es un gran factor para los compradores de viviendas en España, pero con los precios actuales de la energía, debería serlo. La etiqueta energética de una vivienda asigna una clasificación energética con una letra, de la A (más eficiente) a la G (menos eficiente).
Según un estudio del instituto IDAE del Ministerio de Fomento, el 45% de las casas en España son de clasificación E y el 28% son clasificación G. Las viviendas con clasificación A, B y C solo suman un 4,3%. Las viviendas más nuevas, construidas después de la entrada en vigor de la regulación en 2007 suelen clasificarse como D.
El boom inmobiliario en la primera década del siglo significó una renovación importante del parque de viviendas en España. Sin embargo, en países como Bélgica o el Reino Unido hay una gran cantidad de casas de mayor antigüedad.
Precisamente en este último país, un reciente informe de su Oficina Nacional de Estadísticas reveló que el coste energético anual de una casa antigua era de 885 libras (1.028 euros), frente a solo 399 libras (463 euros) en una vivienda nueva.
El informe más reciente del Observatorio del parque inmobiliario de la UE confirma que más de la mitad de las viviendas en España están construidas después de 1980 (las regulaciones energéticas empezaron a introducirse en Europa en los años 70), mientras que en el Reino Unido el 75% son anteriores a esa fecha.
España está entre los tres países con el parque inmobiliario más joven, junto con Grecia y Chipre. El mismo observatorio revela que el consumo energético por metro cuadrado en las viviendas españolas está muy por debajo de la media europea (105 kWh frente a 178 de la media de la UE, según datos de 2014).
La Comisión Europea presentó el año pasado el Plan REPowerEU para ahorrar energía, producir energía limpia y diversificar el suministro energético, en parte como una respuesta a la guerra en Ucrania y la crisis energética subsiguiente.
El plan hace especial hincapié en la importancia del aislamiento de los edificios, ya que “el ahorro más inmediato puede conseguirse aislando mejor los sistemas de calefacción”. Frente a otras medidas, estas mejoras tienen plazos de amortización mucho más cortos.
En España, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía contempla ayudas para rehabilitar viviendas que pueden cubrir hasta el 100% del coste de rehabilitación, y con un presupuesto total de 5.800 millones. En cuestión de aislamiento de viviendas. aunque no estemos tan mal como otros países, nos interesa mejorar aún más. La alternativa puede salir muy cara.
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