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Cerraduras inteligentes: cómo funcionan y qué tener en cuenta antes de comprar una

Eric Santaona

2 de octubre de 2023 23:06 h

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Probablemente, todas y todos conservamos en la memoria algún episodio tragicómico en el cual una vez estamos fuera de casa y con la puerta cerrada, nos damos cuenta de que nos hemos olvidado las llaves dentro. Normalmente estos percances se suelen solucionar con una llamada a la pareja, a un compañero de piso, a otro miembro de la familia o con un viaje a casa de unos amigos o los progenitores, que por precaución y por fortuna guardan la llave que les dejamos un día por si acaso.

Otro clásico es sufrir un lío de llaves, por ejemplo, porque vengan amistades a casa y debamos dejarles un juego, o bien lleguen cuando todavía no hemos llegado nosotros y deban esperarse fuera, algo que como anfitriones lamentamos. Por no hablar del caso en que hacemos alguna reparación en casa, o alguna obra de albañilería, y tenemos que dejar una llave a los operarios.

En todo caso, estas situaciones pueden dejar de ser trágicas, cómicas o incómodas gracias a una cerradura inteligente, uno de los avances más interesantes en los últimos tiempos de la domótica. Tras los altavoces, los termostatos inteligentes y las bombillas inteligentes, capaces de regularse obedeciendo a órdenes de voz o a factores ambientales como la luminosidad exterior o la temperatura, ahora es el turno de las cerraduras inteligentes.

Qué es una cerradura inteligente

En esencia, una cerradura inteligente viene a ser una evolución de la cerradura clásica con pomo y llave, pero conectada a internet y con capacidad para ejecutar de modo autónomo los movimientos mecánicos que provoca una vuelta de llave en la cerradura para abrir la puerta. Pero no siempre existe la necesidad de conexión a la red, aunque sí de la existencia de un dispositivo con capacidad de almacenar ciertos datos para recordar las claves que definen la entrada de cada persona. De hecho, una cerradura inteligente puede abrirse de múltiples maneras

Ahora bien, conviene no engañarse, la instalación de una cerradura inteligente es una cuestión de comodidad y no de seguridad, ya que solo constituirá un obstáculo más para alguien que quiera forzar la puerta y no puede suplantar a los clásicos refuerzos que estas suelen tener instalados. Sin embargo, sí facilita muchas operaciones que hasta antes de su aparición se complicaban.

Por ejemplo, en caso de tener visita en casa y que no podamos estar para abrirles, podemos facilitarles perfiles y códigos de apertura que se aplicarán a la cerradura; estos perfiles y claves también se pueden configurar de manera temporal, de modo que al cabo de un día o dos los códigos queden obsoletos e inutilizables de nuevo.

Tipos de cerraduras inteligentes

Las cerraduras inteligentes pueden clasificarse en base a dos categorías principales, la primera es su modo de instalación. Así, distinguiremos entre sustitutivas y complementarias. Las cerraduras inteligentes sustitutivas son aquellas que para su instalación requieren la sustitución total de la cerradura tradicional; quitar todo el pomo y el herraje para colocar una nueva cerradura completa.

Las cerraduras inteligentes complementarias son aquellas que conllevan la implantación de un aparato encima de la cerradura tradicional, sin necesidad de cambiar esta, y facilitan una apertura autónoma. Este tipo de cerradura suele ir instalada en el interior de la casa, es normalmente más barata que la sustitutiva y, en general, menos sofisticada pero en muchos casos puede ser una solución eficaz.

Por otro lado, también podemos clasificar las cerraduras inteligentes por su tecnología de apertura. De este modo, podemos distinguir las cerraduras inteligentes, biométricas, que son aquellas que abren la puerta según parámetros biométricos, como pueden ser las huellas dactilares (los más comunes) pero también el reconocimiento de voz e incluso el reconocimiento facial. Este tipo de cerraduras suele tener en su interior un pequeño disco duro donde guardan los datos de reconocimiento de cada usuario o bien los envían cifrados a un archivo en la nube.

En un segundo lugar estarían las cerraduras inteligentes con conectividad wifi, que son las que se conectan a la red del hogar y desde allí a una página web de acceso exclusivo del usuario, que puede utilizar así, por ejemplo, su teléfono móvil para abrir la puerta de casa.

La existencia de la conectividad wifi no excluye necesariamente la presencia de un teclado físico en el que introducir un código pin para abrir la puerta. Este tipo de cerraduras inteligentes por teclado, que son muy habituales en casas de huéspedes o en apartamentos turísticos, presentan la ventaja de que podemos dar a los invitados o personas de la familia un código de apertura temporal. También suelen llevar un registro de entradas y salidas asociado al código.

Y en tercer lugar estarían las cerraduras inteligentes magnéticas o que pueden activarse mediante una tarjeta o un código NFC o QR del móvil. Este tipo de cerraduras también se llaman invisibles porque son poco aparentes a la vista. En general se trata de cerraduras sustitutivas y para instalarlas se requiere quitar la antigua cerradura.

Ventajas de las cerraduras inteligentes

La principal ventaja es que no necesitamos llevar una llave encima para abrir la cerradura. Dicho esto cabe señalar que la mayoría de ellas también presentan la alternativa de abrirse con llave, pues en caso de que nos falle la conexión a internet o nos quedemos sin luz en casa, no nos quedará otra alternativa.

Otra ventaja que ofrecen es la de no tener que repartir copias de nuestra llave a diestro y siniestro, sino que podemos habilitar códigos temporales que podemos ofrecer a invitados o miembros de la familia. Además, este tipo de cerraduras nos permiten llevar un control de las entradas y salidas en casa.

Incluso algunas de las que están conectadas a internet permiten comprobar a distancia, desde una aplicación en el móvil, si la puerta está abierta o cerrada, lo que nos puede ahorrar muchos sustos.

Desventajas de las cerraduras inteligentes

Pero no todo son ventajas en este campo, ya que también presentan algunos inconvenientes. Por ejemplo, debemos tener en cuenta que este tipo de cerraduras no son como las tradicionales, que pueden durar incluso varias decenas de años. Aquí estaremos sujetos a una cierta obsolescencia programada o al cierre de la compañía que las creó, con lo cual nos podemos quedar sin cobertura en lo referente a actualizaciones de software o a posibles reparaciones o sustituciones de piezas.

También hay que tener en cuenta que suelen llevar una batería, que es la que les ofrece autonomía, y que por tanto cada cierto tiempo habrá que cambiarla si no nos queremos llevar una sorpresa o un disgusto.

Por otro lado, todos los perfiles de usuarios y datos biométricos que utilicemos pueden ser enviados a un archivo de una página web que, aunque suelen tener cifrados muy potentes, en ocasiones no se libran de la acción de los ciberdelincuentes, que pueden hacerse con estos datos.

Finalmente, aquellas cerraduras inteligentes que incluyen un teclado pueden sufrir desgaste en las teclas más habituales para abrir la puerta, con lo cual pueden dar ciertas pistas a hipotéticos ladrones de cuál es el perfil que solemos utilizar con más frecuencia, o al menos la combinación de números más frecuente.

Qué tener en cuenta a la hora de comprar una cerradura inteligente

El diseño: es mejor que la cerradura no desentone con el aspecto general y estético de nuestra casa, o vendrá ser un elemento disonante y que llame la atención. Hay numerosos diseños en el mercado entre los que elegir.

La instalación: este quizás sea el aspecto más importante, ya que nos puede determinar el tipo de cerradura inteligente a instalar, ya sea complementaria o sustitutiva. Por un lado hemos dicho que las complementarias son más sencillas de instalar y más baratas, pero también hay que tener en cuenta que suele ser un aparato que se ensambla en la antigua cerradura, generalmente envolviendo a una llave colocada en el interior. Por lo tanto, dicho aparato debe poder caber físicamente encima de la antigua cerradura sin encontrar impedimentos a su aplicación. Es importante estudiar bien este aspecto antes de comprar la cerradura.

Por otro lado, en el caso de las cerraduras inteligentes sustitutivas, debemos ponderar la capacidad que tengamos de eliminar la antigua cerradura y aplicar la nueva, sin que queden desperfectos estéticos en la puerta y sin que el coste de la instalación resulte excesivamente caro.

La capacidad de conexión a la red: aunque muchas cerraduras contemplan conectividad wifi, la misma se ve condicionada por la cobertura que tenga el router, ya que tal vez a la puerta de salida apenas llegue la señal y con ello nos sea más complicado hacer funcionar correctamente la cerradura. Es decir, antes de optar por una cerradura inteligente que funciona por conectividad a la red, debemos estudiar la intensidad de señal que nos llega a la puerta o, en su defecto, colocar algún potenciador de señal cercano. En algunos tipos de cerraduras se vende un aparato complementario que hace de captador wifi para después habilitar la orden a la cerradura, pero debemos tener en cuenta que será un gasto extra.

La configuración: es importante que tenga un sistema fácil para la configuración de los distintos perfiles y las distintas claves para la apertura de la puerta. Una cerradura cuya configuración sea compleja y exija operaciones largas y complicadas a los usuarios y usuarias, puede terminar por ser desechada

Las posibilidades de apertura: cuantas más posibilidades tenga la cerradura tanto mejor nos irá. Por ejemplo, nos interesaría que además de apertura a través de una aplicación móvil, pudiera abrirse por códigos biométricos o bien por códigos numéricos.

El modo de almacenamiento de los datos: hay cerraduras que almacenan los datos en un disco duro en su interior; son las más seguras. Otras lo hacen en archivos en la nube y suelen ser muy seguras, pero debemos asegurarnos de que el fabricante nos certifica el código de cifrado y las garantías respecto a la preservación de nuestros datos

La duración de la batería: conviene escoger un modelo, aunque tengamos que pagar algo más, que funcione con una pila duradera, más allá del año, y que no nos deje tirados en unos pocos meses en los que la hayamos usado intensivamente.

El precio: esto es lo mismo que reflexionar qué necesidad tenemos de la cerradura inteligente y cuánto estamos dispuestos a pagar. Si necesitamos, por los motivos que sea, un diseño muy sofisticado, deberemos pagar quizás cantidades importantes, pero si solo la queremos por la comodidad de no llevar siempre encima la llave o bien porque somos varios los que vivimos en el mismo apartamento y de este modo no tenemos que tener tantas copias de llaves, hay modelos a buen precio sin necesidad de instalar sistemas complejos.