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En busca del pastrami más auténtico, recalamos en Katz Madrid, en Chamberí, Madrid, donde nos llevamos la sorpresa de que David Bibi, el propietario israelí afincado en España desde hace décadas y viajero gastrónomo, es uno de los mayores expertos en pastrami que podemos encontrar en el Estado Español.
Sobre todo, porque puso este nombre a su bistrot, su obrador, tienda take away y puesto en el mercado de San Antón (Chueca) en homenaje al legendario templo del pastrami neoyorquino, de propiedad de la familia Katz de la que viene a ser miembro.
Pero lo curioso es que, a los 14 años, Bibi creó en Tel Aviv su propio ahumador y empezó a repartir pastrami a domicilio hasta el punto de montar un imperio desde el patio trasero de casa de sus padres con 16 años. De ahí conserva sus recetas propias inspiradas en técnicas tradicionales israelíes, pero quitándole el predominante clavo para adaptarlo al paladar del cliente.
Y es que, para hacer el pastrami, relata, “se cubría la carne (principalmente de ternera, pero también con pavo o pollo) con pimentón, pimienta negra, clavo y laurel, para ahuyentar a los insectos”. Asimismo, asegura que el pastrami viajó desde el centro de Europa, sobre todo Rumanía y Hungría, “a finales del XIX y principios del XX, a la costa este de Estados Unidos”.
Allí se quedó y evolucionó por el tipo de carnes que hay, y, a continuación, también viajó a Asia, a Oriente Próximo, y paró en Turquía, donde lo prensan, lo salan y lo dejan a una temperatura y humedad determinada“.
Esos métodos de salazón, ahumado y prensado arribaron incluso a Australia y Rusia. De ahí que, en cada país, el pastrami sea diferente. Igual que lo es en cada uno de los establecimientos que te reseñamos a continuación:
Con ahumados caseros propios
Katz Madrid: una ración muy generosa de carne ahumada y prensada con su salsa secreta entre sus panecillos de cristal y sin gluten, a la que le puedes echar pepinillo extra. O bien, pedir la tabla de degustación Katz con pastrami de pollo, pastrami de ternera, bacon ahumado y queso viejo servido con una salsa incluida a elegir.
Coco Bar, también en Madrid, “tiene el mejor pastrami de la galaxia”, según Silvia Sparks, compañera de la Revista Mongolia, Muchos asiduos la secundan. Encierra en pan de mollete un buen montón de carne de ternera o de pollo con su salsa de mostaza y su pepinillo en trozos.
La Abacería del Cantarrana: impresionante el camperito, ese típico bocadillo tostado y crujiente de Málaga, reinterpretado con pastrami, con salsa de mostaza verde y queso fundido que te quieres morir. Aunque la receta original no incluye queso, aquí comprobarás que debería llevarlo.
Cañitas Maite: en este restaurante de Casas-Ibáñez (Albacete), en la zona de la DO Manchuela, sus jóvenes y prometedores chefs, Javier Sanz y Juan Sahuquillo, elaboran para su carta de tapas delicatessen un delicioso bikini de pastrami trufado de lo más diferente.
Bar Desy: es uno de los bares de pintxos más exitosos del barrio de Gros y de Donosti en general. Su bocata de Pastrami se divide en dos triángulos tostados y rellenos de lonchas de carne cocida y macerada con mostaza, aderezadas con mantequilla, lechuga, tomate, pepinillo encurtido y, para que no se quede seco, salsa rosa. Te va a chorrear.
Pepito Ternera: en esta taberna aragonesa de Zaragoza, Fran Bernad se marca un original pastrami de picaña ahumado y lo sirve loncheado o en sándwich con crema de queso, rúcula, pepinillo y salsa de mostaza de grano.
Cierzo Brewing: esta cervecería zaragozana propone su pastrami sandwich de vacuno mayor, curado en salmuera durante una semana y ahumado de forma artesanal en su horno con queso edam, pepino encurtido casero y mostaza antigua en pan de cristal y acompañado de patatas fritas.
De Villada Food Truck: David Ramos adoba en salmuera y ahuma su propio pastrami en leña de roble encima en su fábrica de Palencia y lo va llevando allá donde recala con su gastroneta. Una vez a la plancha, lo adereza con salsa de yogur con pepinillo, lima y aceite de oliva. Lleva rúcula y/o col lombarda y lechuga picadita dentro de un pan de brioche para que esté blandito y jugoso.
Ahumados fuera de casa
En Madrid Fusión conocimos a los chicos de Rooftop Smokehouse y nos hablaron de varios restaurantes donde distribuyen su pastrami ya listo para el bocata al estilo de cada cual.
El Celler de Les Nenes: hemos podido comprobar que está muy bien ahumado en este bar-restaurante de Canet de Mar, donde se marcan un sándwich en rebanada de pan de hogaza, tostado repleto de pastrami con mostaza especiada, pepinillo encurtido y un montón de col lombarda para darle jugosidad e intensidad.
Paradiso & Pastrami Bar: aunque este clandestino de Barcelona al que accedes atravesando una puerta de nevera dentro de un pequeño Kebab es famoso por sus cócteles, tienen un sándwich de tres plantas con pastrami que crea tanta controversia como el servicio del personal: unos lo aman, otros lo deploran; así que juzga tú mismo si merece la pena esperar la cola.
Barna Brew Barcelona: un bar que te recuerda a la casa de tu abuela pero con obrador de cervezas artesanales incluido, de las cuales puedes hacer una buena degustación mientras te comes un bocadillo bastante grande de pastrami con mostaza, pimiento rojo a la brasa y rúcula.
Hermanas Martínez: este Food Atelier sirve, en Cardona, Alicante, sándwich de pastrami ahumado con queso fundido y salsa rusa tanto para desayunar o para el brunch como para la comida del mediodía o para llevar.
El Bacaro de Fabio Gasparini: desde sus sedes en Chamberí, la Latina y Pozuelo, ha conquistado paladares con su sándwich de pastrami con su salsa tártara con mayonesa, mostaza, alcaparras y tomates seco, pepinillo encurtido y rúcula. A elegir entre rebanada del pan de sándwich y la versión focaccia tamaño palma de una mano.
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